“SUPERmiso”: un héroe para las empresas y un villano para las comunidades

La semana pasada, representantes del gobierno de Chile aprovecharon las obras del nuevo teleférico Bicentenario de Santiago para celebrar la entrada en vigencia de la Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales, la cual busca impulsar las inversiones en el país facilitando la desregulación institucional y precarizando aún más los procesos de tramitación ambiental vigentes en el país.

Por Javier Arroyo Olea | integrante del OLCA

Pero no solo los representantes de carteras claves de la administración de Boric se dieron cita al lugar, sino que también un nuevo personaje que será parte del historial de la manipulación y cooptación del supuesto ecologismo impulsado por el gobierno central: El llamado “SUPERmiso”.

Así es. Un robot rojo es parte de la estrategia que decidió el Gobierno para instalar “un nuevo símbolo que representa la agilización en la tramitación de permisos que la ley conllevará”, según señaló el propio Ejecutivo.

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El Gobierno busca presentarnos a SUPERmiso como un superhéroe; sin embargo, este no es el clásico superhéroe que defiende a la población, por el contrario sus superpoderes favorecen al gran empresariado nacional y transnacional que celebra la flexibilidad que les entrega la administración del Presidente Boric para que sus intereses puedan adentrarse más rápida y profundamente en los territorios.

Pero quien fuera un superhéroe para la clase político-empresarial, viene a ser un villano para las comunidades locales y organizaciones sociales. Es el fiel reflejo de la permisividad ambiental y el nuevo consenso extractivista: una operación comunicacional para favorecer la vulneración de ecosistemas y correr el cerco más allá de los límites de la frontera extractivista.

No sería de extrañar que SUPERmiso aparezca con sus superpoderes de “combatir la burocracia” o “alta velocidad en procesos administrativos” o “supuesta” visión Pro Pyme en los conflictos socioambientales vigentes, como también en los venideros. Desde las organizaciones y comunidades, nos queda encontrar la kriptonita de este villano.

Sin embargo, nadie puede negar que, ahora, la transición energética corporativa tiene un aliado con superpoderes; alguien a quien incluso Dr. Doom, Galactus o el Joker temerían. Y todo por obra y gracia de la “virtuosa” alianza público-privada.

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