[resumen.cl] De origen chiguayantino, la joven militante de las Juventudes Comunistas lideró importantes tareas de resistencia contra la dictadura. A sus 19 años, Tatiana Fariña Concha fue asesinada tras una explosión en instalaciones de la Municipalidad de Lo Prado, crimen aún en investigación.
Al mediodía, exactamente a las 12:10 del lunes 14 de mayo de 1985, una bomba detona en el baño del Servicio de Acción Social de la Municipalidad de Lo Prado, en el Noroeste de Santiago. La explosión deja varias personas heridas de diversa gravedad, además de dos personas fallecidas: una funcionaria municipal de nombre Susana Sánchez Espinoza y restos de otra persona, a la cual no se pudo identificar debido a que resultó totalmente destrozada.
Meses más tarde, en octubre de aquel fatídico 1985, un juez determina que los restos humanos encontrados correspondían a una joven de 19 años de edad, estudiante de la Universidad de Chile que provenía de Concepción, sobre la cual se había interpuesto un recurso de amparo debido a su desaparición precisamente el 14 de mayo. Su nombre: Tatiana Valentina Fariña Concha.
Tatiana había nacido en Concepción el 24 de diciembre de 1965, en el seno de una familia de origen proletario y de izquierda. Tras el golpe militar de 1973, su padre Raúl Fariña Medina, fallecido hace sólo unos pocos días atrás, fue exonerado por motivos políticos de la petroquímica de Chile en Talcahuano, quedando una familia de cinco hijos dependiendo del sueldo de la madre, la profesora básica, María Concha Sanhueza.
A principios de los ochenta, con el inicio de las protestas, Raúl, hermano mayor de Tatiana, es detenido y con 18 años de edad, encarcelado en la antigua Penitenciaria de Concepción, ubicada en Chacabuco, centro de memoria que fue borrado por un supermercado.
Tatiana, tras terminar sus estudios básicos en la Escuela N° 25 de Chiguayante, ingresa al Liceo experimental de Niñas en Concepción, que en aquellos años se ubicaba donde hoy lo hace el Colegio Brasil. Será allí donde comenzará su participación en los primeros núcleos de reconstrucción del movimiento estudiantil secundario en Concepción y también en las Juventudes Comunistas.
De su paso por el Liceo Experimental, todas y todos recuerdan a una estudiante de excelencia, premiada por sus excelentes calificaciones, pero además por su compañerismo. Son los años de reconstrucción, donde las y los jóvenes militantes de izquierda se esfuerzan por sobresalir no sólo como estudiantes, sino además en las actividades extraprogramáticas o culturales, como forma de influir y reclutar.
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En los últimos años de secundaria, Tatiana ya tenía claro que quería estudiar sociología. Aquella carrera, como toda la facultad de Ciencias Sociales, fue cerrada por la dictadura tras el golpe militar y no existía en Concepción; sólo quedaban los cupos controlados que la dictadura permitía en la Universidad de Chile, los cuales eran muy disputados.
En aquellos años, entrar a sociología requería un puntaje similar a medicina en la entonces Prueba de Aptitud Académica, y para Tatiana, estudiante de promedio 6,9 en el experimental, aquello no fue problema.
Son los años de Rebelión Popular contra de la dictadura de Pinochet, y el Partido Comunista asume por primera vez en su historia la lucha armada.
Tatiana, quien ya tenia probada militancia en el partido en Concepción y Chiguayante, apenas llega a Santiago a estudiar Sociología (1984), se instala en San Ramón, al sur de la capital, incorporándose al denominado Frente Estudiantil del naciente Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), donde destacó por su responsabilidad y compromiso, llegando a quedar a cargo de unidad en tareas de "recuperación económica".
Tatiana se duplicaba, no sólo en el trabajo clandestino como miliciana rodriguista, también en la reconstrucción de los Centros de Alumnos y de la Federación de Estudiantes: la ebullición del movimiento estudiantil de aquellos años, que en 1984 significó la reconstrucción de la FEC en Concepción y un año más tarde, de la FECh en Santiago. Son los años de las grandes Jornadas de Protesta Nacional que Tatiana vive como estudiante en la Chile, pobladora en San Ramón y como combatiente rodriguista.
Sobre su muerte, aún en investigación, son muchos los hechos por aclarar, pero lo que queda por resaltar es a esa joven inteligente, llena de ideales, solidaria y aguerrida, dispuesta a todo por lograr la libertad de su pueblo. Digna representante de aquella heroica generación de jóvenes que dejaron su sangre regada en las calles y veredas de nuestro país, combatiendo la más cruel y criminal dictadura que ha padecido Chile.
Tatiana fue una de aquellas jóvenes combatientes, que desde muy temprana edad le tocó enfrentar en desigual combate a las bestias que oprimían a nuestro pueblo.
Hoy familiares y amigos la recuerdan a través de una beca, que ya se ha otorgado por cuarto año consecutivo en una Escuela Pública de su Chiguayante natal.