[resumen.cl] Entre el 15,16 y 17 de noviembre, la compañía la Fanfarrona Teatro volverá a presentar El Desaparecido, monólogo escrito por el fallecido dramaturgo Juan Radrigán, en la cual se abordan problemas propios de la historia reciente del país y se expresan en la subjetividad de la personaje. Su estreno fue en octubre en la sala de Artistas del Acero y ahora se vuelve a presentar en la sede de la Sociedad de Socorros Mutuos Carpinteros y Ebanistas con entrada liberada.
Para conocer mayores antecedentes respecto a esta obra conversamos con su director, Cristóbal Troncoso Orellana, quien es actor egresado de la extinta escuela de teatro de la universidad Del Desarrollo y con una trayectoria que suma trece años en diferentes roles vinculados a la representación escénica y a otras áreas como la música. Nos explica que el proyecto de El Desaparecido está a cargo de la Fanfarrona Teatro y fue Daniela Ortiz, la actriz de la obra, quien lo convocó a dirigir el monólogo.
-Cuéntanos en qué consiste la obra que están prontos a presentar y, si es posible, cuáles son los aspectos más relevantes de su preparación.
El trabajo unipersonal tiene consigo un gran riesgo para el interprete que debe sostener la atención de las personas que participan del teatro. Por el título de la pieza se desprende que es un trabajo que pretende reflexionar respecto a la persecución política que vivió el país hace 45 años y cómo esto influye en alguien, que victoriosa en su dolor, viene a reclamar justicia.
-¿Cuál crees que es la vigencia que tiene la obra y qué propósitos tienen con su presentación?
Creo que el texto es vigente porque es nacional. En el sentido que revisa a modo de introspección el ayer y el hoy de esta sociedad chilena lacerada por la dictadura militar y sus crímenes de lesa humanidad y como se levanta un nuevo modelo de vida, capital, que incentiva la inmediatez y alimenta el olvido, retrasa la justicia.
El primer propósito que existe es levantar esta nueva compañía, liderada por Daniela Ortiz. Ella convocó al resto de nosotros para acompañarla en este monologo. Y por otra parte, también en relación a la ultima pregunta, en lo personal. Me parece que a casi dos años de la muerte de Juan Radrigán, es un tributo abrirle los espacios, públicos, privados, del carácter que sean, a las letras de este gran desaparecido. Los actores en su mayoría respetamos mucho por ser un hombre sencillo pero frontal, con un teatro que no esconde las verdades y que hace hablar a los olvidados, a los marginados haciéndolos transitar desde la profundidad de sus raíces humanas hasta elevarlas a planos providenciales.
-¿Qué representa para ti la figura de Juan Radrigán y qué significa estar dirigiendo una obra de su autoría?
Estar dirigiendo este monologo para mi significa rescatar la dramaturgia de Radrigán como primer universo otorgado, el cual contiene en su oralidad fragmentos de la historia del país. Es contribuir a la búsqueda sincera de nuestro ego histórico, buscando verdad en el desafío de ser social y que el espectador pueda realizar el mismo ejercicio.