La empresa de automóviles eléctricos y otros productos tecnológicos propiedad del multimillonario Elon Musk, quien hace unos meses se hizo propietario de Twitter, realizó una gran cantidad de despidos de trabajadores y trabajadoras con el objetivo de impedir la formación de un sindicato. Un nuevo episodio que demuestra cómo las grandes fortunas se basan precisamente en el abuso laboral.
Por Alejandro Baeza
La denuncia fue realizada ayer jueves por los mismos trabajadores de Tesla, quienes indicaron que la empresa comenzó a realizar despidos horas después de que iniciasen los trámites para formar un sindicato en la planta de Búfalo, en el Estado de Nueva York.
Fue a través de Twitter, paradójicamente también propiedad del dueño de Tesla, Elon Musk, que señalaron: «Quieren que estemos asustados pero han iniciado una estampida. Estos despidos son exactamente la razón por la que necesitamos un sindicato en Tesla».
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En particular se trata de decenas de trabajadores (hasta ahora alrededor de 30) que prestaban su fuerza de trabajo en la planta Gigafactory 2 de Búfalo, donde se producen células solares y otros productos, quienes estaban en proceso de formación de un sindicato.
Los trabajadores, agrupados en Tesla Workers United, cuentan con el importante apoyo del sindicato Workers United, que también ha participado en la formación de sindicatos en Starbucks, Canada Goose y Lush Cosmetics, propiciando una ola sindical que no se veía hace décadas en Estados Unidos, dando un nuevo impulso a la clase trabajadora norteamericana.
Musk se ha opuesto a todos los intentos de sindicalización y ha amenazado reiteradamente a los trabajadores de sus empresas en cuanto a la formación de sindicatos, lo que nuevamente demuestra cómo las grandes fortunas están sustentadas en la apropiación del valor que generan los trabajadores y trabajadoras a sus productores, pagándoles menos de lo que generan y evitando que se puedan organizar.