Una nueva ola privatizadora se suma a la que iniciaron Eduardo Frei y Ricardo Lagos. Cuatro empresas sanitarias se intentan privatizar completamente, vendiendo a 1.600 millones de dólares, la porción que el Estado, aun tiene en su propiedad. Es el caso de Esval, Aguas Andinas, Esal y Essbio. El Gobierno argumenta que necesita recursos para financiar proyectos que ha mencionado con vagedad y ambigüedad.
Con Frei se inició la privatización de estas empresas que tenía como condición, dejar un 35% de ellas en manos del Estado. Sin embargo, en el Gobierno de Lagos, esta medida se derogó, posibilitando que las sanitarias fueran privatizadas totalmente. Aprovechando este pase, el Gobierno de Piñera intentará privatizar el porcentaje de propiedad estatal que le queda a estas empresas, que en el caso de Essbio llega al 43.4%.
Las criticas que publica la prensa tradicional de esta medida, vienen de la propia Concertación, que se aferra al discurso de que hay mantener las cosas como están, cuando la misma comunidad rechazó, en una consulta ciudadana, la privatización de Essbio (participaron 136.783 personas y el 99,02% rechazó la privatización que igual se hizo).
La mercantilización que se ha hecho con el agua, no sólo se ha expresado con el alza de tarifas, sino que también se ha plasmado en macabras escenas, como cuando en abril de este 2010, ESSBIO acudió a Dichato a dejar las boletas de pago del servicio en las ruinas de las casas de los damnificados.
Por otra parte, el alza de las tarifas ha terminado por costearse con fondos estatales, pues los subsidios de agua potable que entrega el Estado han tenido un aumento sustancial, desde la privatización de Essbio. Este 2010, los subsidios llegaron a ser 111.491 en la región, representando un gasto fiscal de más de 5 mil millones de pesos. A nivel nacional, el gasto se multiplica llegando, este 2010, a 37 mil millones de pesos.
La Corfo es la institución que, desde el Estado, maneja la propiedad estatal de las sanitarias, que representan un 12,5% de su patrimonio, por lo que su privatización golpearía fuerte el manejo de recursos que esta tiene, ya que percibe anualmente 100 millones de dólares como ganancia provenientes de estas cuatro sanitarias.
No obstante, este escenario es descartado por el vicepresidente de Corfo, Hernán Cheyre quién ha declarado a El Mercurio que «el mecanismo de tarificación funciona de forma expedita y transparente», por lo que los usuarios no deben inquietarse. Es decir, como hace años, dijo Lagos; las instituciones funcionan.
La reestatización de los servicios básicos, es una medida que cualquier Gobierno con sentido de soberanía y democracia, implementaría. En diversas consultas públicas, las privatizaciones han sido las medidas peor evaluadas y las que, sin duda, marcan la precariedad de nuestra calidad de vida.
Para este jueves, el Centro Latino de Talcahuano realizó una convocatoria a una reunión, en que junto a Edgardo Condeza (organizador de la consulta ciudadana en torno a la privatización del agua), se buscará acordar acciones ante la la amenaza de la privativatización total de las cuatro sanitarias a nivel nacional; Esval, Aguas Andinas, Esal y Essbio.
La cita será este jueves 30 de diciembre, en el Hotel Alonso de Ercilla de Colo Colo 334, Concepción a las 18:30.
Foto: Vecinos de Centinela 2 en los cerros de Talcahuano, durante los días posteriores al terremoto, recogiendo el agua que, por semanas, denunciaron; era insuficiente.
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