La semana pasada el Comité de Ministros aprobó el polémico proyecto de supercarretera eléctrica Itahue-Hualqui. En la Región del Biobío destacó el impactante caso del Parque Nacional Nonguén en Concepción, Chiguayante y Hualqui que podría quedar cercado con un verdadero anillo eléctrico. Son más de 20 comunas afectadas en las regiones del Maule, 'uble y Biobío. En el Maule el proyecto afectará la histórica zona de Nirivilo y más al norte la localidad de Toconey.
Por: Alberto San Martín
El polémico proyecto que se ha caracterizado por una fuerte oposición en distintos territorios había sido ingresado en 2020 con una serie de irregularidades y justamente fue rechazado en 2024 por el Servicio de Evaluación Ambiental.
Sin embargo, el pasado jueves en una jugada abiertamente antidemocrática por parte del gobierno de Boric, fue aprobado sin incluso haber obtenido los permisos necesarios de los servicios públicos pertinentes. Y además, sin tomar en cuenta centenares de observaciones por parte de la población afectada por el largo trazado de la línea.
Únicamente se consideraron tres observaciones, una de Cauquenes, otra de Empedrado y otra de la Asociación Nonguén (que incluye las comunas de Concepción, Chiguayante y Hualqui).
Pese a no obtener su Resolución de Calificación Ambiental (RCA), la empresa apeló y el Comité de Ministros de todos modos le permitió seguir adelante con su cuestionado proyecto.
En la comuna de San Javier el proyecto atravesará el sitio declarado Monumento Histórico en Nirivilo. El trazado que afectará a la emblemática localidad campesina de Nirivilo continúa hacia el norte atravesando el río que da nombre a la región.
En conversación con nuestro medio, Darío Cuellar, vecino de la localidad de Toconey, comuna de Pencahue, en la ribera norte del Río Maule nos explica que hace años que se encuentran luchando contra este proyecto, del cual consideran que «solo nos dejará destrucción en nuestros cerros, en nuestra calidad de vida y en la vida de todos los seres de la naturaleza con los que compartimos este lugar, en nombre de un progreso que es para otros y que viven lejos de aquí».
Darío comenta que «Nos parece injusto que sean localidades como la nuestra las que deban asumir las cargas de un desarrollo que no vemos, que no nos llega, que no queremos. Vemos con preocupación como esta megacarretera eléctrica contempla la instalación de enormes torres de alta tensión a escasos metros de casas de adultos mayores con enfermedades crónicas» explica el dirigente vecinal.
Cabe recordar que en la comuna de Hualqui, así como en otras zonas afectadas, el trazado pasa también a escasos metros de familias campesinas que han vivido toda su vida allí. Familias muchas veces integradas por adultos mayores con enfermedades crónicas, los cuales pueden quedar expuestos a un severo riesgo para su salud debido a los impactos de la contaminación electromagnética.
En 2017 en la comuna de Colbún, nuestro medio recogió dramáticos testimonios sobre lo que significa para familias rurales el vivir en las cercanías de líneas de Alta Tensión y subestaciones eléctricas.
Al zumbido constante se le suma la sensación de que muchas de las enfermedades que sufre la población local pueden ser empeoradas o estar directamente relacionadas con la presencia de estos fuertes campos electromagnéticos. Una problemática que está muy poco estudiada en Chile.
Además de estos impactos en la salud, se suma el estrés de enfrentarse a procesos de expropiación con valores bajísimos que suelen perjudicar a sobremanera la economía de las familias rurales.
Durante su construcción, estos proyectos generan deforestación y fragmentación del hábitat para las especies que allí viven. El paisaje se ve alterado de manera irreversible.
Durante la etapa de construcción aumenta el riesgo de erosión en la zona deforestada. También puede generarse contaminación al suelo o a los cursos de agua cercanos.
Durante su operación se pueden generar impactos en la fauna como aves electrocutadas o desorientadas.
La exposición a campos electromagnéticos es un objetivo de preocupación constante entre investigadores y comunidades afectadas. Por lo tanto se recomienda evitar a sobremanera la cercanía de estas infraestructuras a sectores con viviendas.
Darío Cuellar, vecino de Toconey señala que estas líneas de Alta Tensión «Además de afectar la producción de miel, la intervención de hábitats de especies protegidas como el naranjillo, la contaminación electromagnética y la alteración de un paisaje que hemos mantenido prácticamente sin alteraciones durante décadas y que nos ha permitido llevar una vida tranquila y en conexión con nuestro entorno natural».
Junto a esto, se sabe que las líneas eléctricas incrementan severamente el riesgo de incendios y megaincendios forestales.
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Cabe recordar que grandes megaincendios en la Región del Biobío en 2023 y del Maule en 2017 se han producido por contacto de vegetación con tendido eléctrico, desencadenando devastadoras catástrofes con altas pérdidas de vidas humanas y de biodiversidad, además de incalculables pérdidas económicas.
Con respecto al mismo tema, Darío de Toconey nos explica que esta infraestructura eléctrica «Se puede transformar en un elemento devastador al momento de enfrentar incendios forestales, que lamentablemente son una amenaza permanente en nuestra zona».