[resumen.cl] Dos ex-trabajadoras de la Compañía Regional de Infraestructuras (CRI) S.A. denunciaron que fueron constantemente asediadas por el director ejecutivo de la empresa, Juan Sánchez Sanhueza; el gerente de comunicaciones, Iván de la Rivera, y el gerente general, René Figueroa. Por lo que ambas habrían efectuado su auto-despido a fines de diciembre de 2017. Y una tercera denuncia anónima denuncia la continuidad de esta clase de tratos a quienes continúan en sus labores. La empresa CRI prestó servicios a GNL Talcahuano durante el proceso de evaluación ambiental del proyecto de suministro de energía fósil que pretende funcionar en conjunto a la central termoeléctrica Tierra Noble en la comuna de Cabrero.
Ambas empresas comparten la misma dirección en Concepción: Avenida Padre Hurtado 320, piso 8, oficinas 6 y 7. Pese a esto, a través de un comunicado público la gerencia de GNL Talcahuano intentó evadir su responsabilidad en este caso, señalando que su vínculo con la CRI habría terminado en agosto de 2017, al finalizar el proceso de evaluación ambiental y con la aprobación del proyecto.
Los hechos de hostigamiento sexual y laboral fueron dados a conocer por las afectadas mediante denuncias individuales de tutela laboral por vulneración de derechos y demanda por despido indirecto y cobro de prestaciones dirigidas a la Compañía Regional de Infraestructuras. Causas ingresadas el 15 de enero del presente año que, poco antes de ser notificada la audiencia preparatoria a los denunciados, fueron retiradas sin mayores explicaciones.
Mediante los escritos, las denunciantes describen los constantes amedrentamientos sufridos desde el comienzo de sus contratos, a fines de 2015, hasta poco antes de su salida de la empresa. De esta forma Juan Sánchez les amenazó «…con un tono muy pesado y agresivo que interviene nuestros celulares con el objeto de saber si filtramos información del proyecto GNL Talcahuano…»; vulnerando el derecho a la vida privada y a la inviolabilidad de toda forma de comunicación privada de las afectadas.
Esto sólo sería el inicio de una serie de hostigamientos perpetrados por los altos mandos de la empresa a las trabajadoras, que terminarían en una alta cantidad de denuncias de violencia y acoso.
«En el mes de mayo de 2016, el director ejecutivo Juan Francisco Sánchez, otorga a toda la empresa una semana libre, y hace una invitación a nosotras las del Departamento de Diseño a pasar esa semana junto a él en unas termas con gastos pagados. Lógicamente teniendo en cuenta todo lo indicado, me negué a ir, entonces el sr. Juan Francisco se enoja y como consecuencia saca en cara en forma permanente esta cuestión, comportándose conmigo y mi compañera desde ese momento derechamente agresivo y siempre burlesco», se puede leer en uno de los escritos de ingreso de la denuncia.
Y continúa, «en ese mismo periodo sufro comentarios inapropiados de carácter sexual de parte del Gerente de Comunicaciones, Iván de la Rivera, el que genera un ambiente de acoso. Todos estos hechos atentan y vulneran gravemente el derecho y a la honra de la suscrita, además notaba que Iván y el gerente general que a la vez es el gerente de ingeniería (René Figueroa) siempre se me quedaban mirando al pasar (mi cuerpo), fue tanto que opte por vestirme con ropa más ancha y tener un trato serio y claramente marcando distancias, para tratar generar distancia entre ellos y yo.»
En las declaraciones de su compañera se evidencia cómo se va agravando la situación, pues durante el mismo año, Sánchez «me ofrece derechamente junto con mi compañera […] salir con amigos de él en una cita a ciegas». A cuya oferta ambas se niegan causando el enojo de su superior, por lo que cada cierto tiempo les sugería que «debíamos salir con hombres mayores y no con hombres de nuestra edad».
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Estas actitudes llevaron a una situación cada vez más tensa y abusiva. Las trabajadoras declararon que no les pagaban horas extras del supuesto trabajo libre ofrecido en sus contratos, que les ordenaban realizar labores para las que no estaban preparadas y a tiempos muy apresurados, siendo denostadas por el Director Ejecutivo quien incluso las trató de «inútiles» y «buenas para nada».
Ante la vulneración que sentían y por miedo de ser despedidas, ambas sufren graves consecuencias para su salud mental y física. Llegando a las crisis de angustia, calambres y dolores musculares. Por lo que solicitan licencias médicas de octubre a diciembre de 2017 y solicitando el auto-despido al reintegrarse.
La tercera denuncia
Los hechos anteriores no habrían sido conocidos de no ser por una nueva denuncia en la Inspección del Trabajo de de la Región del Biobío. En la que una o un trabajador sin identificar asegura que las instancias anteriores no prosperaron por un «acuerdo extrajudicial» pero que el hostigamiento persiste al interior de la empresa, enfocada en una nueva presunta víctima.
Mediante este nuevo escrito, al/la anónima relató sobre el amedrentamiento que sufren de mano de la Gerencia de la compañía, quienes utilizan «el aparataje de seguridad del Casino Marina del Sol (ex funcionarios de PDI y Carabineros) para amedrentar y perseguir a los profesionales que periódicamente han denunciado o se auto despiden, a fin de asegurar el hermetismo de las ilegalidades y malas prácticas llevadas a cabo al interior de la compañía, tales como la intervención de nuestros equipos de compañía celular personales…»
De esta forma, introdujo la arista de espionaje al asegurar que para tales efectos «utilizan un moderno equipo de procedencia israelí, que han adquirido para estos efectos, los cuales también son utilizados para intervenir los teléfonos de políticos locales o cualquier persona de interés, según Juan Francisco Sánchez, esto sirve para obtener información primordial para el avance de sus operaciones».
Así la violencia sistemática a las mujeres también toma cuerpo dentro de uno de los proyectos energéticos de mayor oposición en la zona y que pretende incrementar el uso de energía fósil en el Biobío.
*FOTO | Agencia UNO