La lucha de los trabajadores de Huachipato por la defensa de sus empleos y de sus condiciones laborales vino a abrir un profundo cuestionamiento, no solo al actuar de la empresa, sino también a la posible solución de la severa crisis en que se encuentra el acero nacional. Insertos en una problemática dada por el modelo primario exportador chileno, abierto a las importaciones libres de arancel, los trabajadores sufren en carne propia como la única siderúrgica integrada chilena, entra en una crisis de la que no será fácil salir.
El primer indicio de lo que venía, la precarización del empleo
Desde hace varios años, particularmente desde la cooptación de los sindicatos por parte de la empresa, se venía dando una fórmula que hasta el año recién pasado, no había generado oposición plausible entre los huachipatinos. Se generaba un clima de tensión planteando la situación económica de la empresa, se procedía a los despidos individualmente, de preferencia haciéndolos renunciar a la indemnización a todo evento de los huachipatinos. El año 2009 particularmente, se dio un despertar de los trabajadores, por cierto tardío. Lograron presentar una demanda contra la compañía siderúrgica Huachipato por despedidos injustificados y paralelamente presentaron una demanda contra los dirigentes del Sindicato de trabajadores por abandono de funciones. Pero la situación no fue más allá. El año 2011 se produjeron más despidos bajo los mismos términos.
Lo que sí fue más allá fue la actuación de la empresa a través de la tercerización de las plazas de empleo. Y por supuesto, el silencio cómplice de los sindicatos. el año 2012 existían alrededor 1739 trabajadores contratados; en contraste con los 3000 trabajadores de empresas contratistas, los cuales no disponen de los mismos beneficios sindicales que los trabajadores contratados.
Pero los huachipatinos despertaron.
Las prácticas de la empresa contra el sindicato nº1 comenzaron en abril del 2013 «nosotros planteamos desde abril del año pasado, que entendíamos la crisis por la que pasaba la empresa y que estábamos dispuestos a cooperar, con trabajo, con beneficios, con esfuerzo, con todo lo que nos compete. Pero que no estábamos dispuestos a rebajar nuestro convenio colectivo, porque creemos que es un derecho que nos pertenece por todo el esfuerzo que hemos realizado en el trabajo día a día» Ahí, como señala Mónica Aguilera, presidenta del Sindicato nº1 de Huachipato «estalló la bomba».
«Ellos querían que firmáramos el convenio que había firmado el otro sindicato [nº2]. Y eso se buscó dándole mucha propaganda al bono por término de conflicto de $1.650.000. Querían que firmáramos un convenio a la baja»
El jueves 20 de febrero, en oficinas del Gobierno Regional del Bío Bío, se realizó una reunión entre la Compañía Siderúrgica Huachipato y el Sindicato nº1 con mediación de la Inspección del Trabajo que dio la razón a los reclamos de los trabajadores.
La reunión se realizó, pues los trabajadores el año 2013 estamparon una denuncia por vulneración de derechos en la Inspección Comunal del Trabajo de Talcahuano. El informe de la inspección del reciente 20 de febrero ratificó de manera categórica las denuncias realizadas por el sindicato nº1, es decir, reconoció la vulneración de derechos fundamentales relacionados con prácticas antisindicales y desleales.
Frente a la oposición del sindicato nº1 al convenio que quería imponer la empresa, la gerencia de la siderúrgica acostumbrada al tradicional, corrupto y negligente actuar de antiguas dirigencias sindicales, inició un proceso de aislamiento del sindicato nº1 que terminó dejándolos con 430 asociados de los 1300 con que contaban, despidiendo a la mayoría y obligando al cambio al sindicato nº2 (pro empresa).
Pese a estas evidentes muestras del ilegal actuar de la compañía, Huachipato sigue adelante con su plan de reestructuración, que no es otra cosa que traspasar los pérdidas de la empresa a los salarios y beneficios de los trabajadores.
Los trabajadores proponen la estatización de Huachipato
Tras subirse a una chimenea del complejo siderúrgico a 75 mts de altura, medida que mantuvieron hasta el 5 de febrero, los dirigentes del sindicato nº1 de trabajadores presentaron a la empresa y a la opinión pública un petitorio con 3 puntos: que cesaran los despidos de trabajadores, que se terminara con las prácticas antisindicales y lo que fue una llamativa propuesta: la estatización de Huachipato.
En conversación con Resumen, Mónica Aguilera profundiza sobre esta propuesta "La empresa Huachipato ha sido subsididaria de la Minería. A Cap no le interesa la siderúrgica, sino que le interesa obtener recursos de la minería. De hecho eso se ve en la gran cantidad de accionistas que se abultan sobretodo en la minería y no en Huachipato."
Además, refiriéndose a otro punto que incide en la actual crisis, incluido el mal manejo de Cap, agrega "(…) los Tratados de Libre Comercio han destruido la industria nacional. Eso no es un misterio para nadie. Es cuestión de ver qué ha pasado con el calzado, con la industria textil. Hay una desindustrialización que ha traído además una precarización del empleo"
Según datos aportados por la revista Nueva Minería, "La compañía siderúrgica Huachipato registró a diciembre de 2013 pérdidas por US$1 18 millones, cifra casi el doble de los US$64 millones en pérdidas registrados en igual periodo de 2012. " Es decir, la siderúrgica tras su reestructuración orientada hacia la minería y la construcción, ha reducido significativamente sus cifras. De hecho, el 2013 Huachipato no exportó productos.
Eso está lejos de lo que en sus orígenes se planteó la compañía. Como señala Mónica "Huachipato cuando nace con la misión de ser la industria que iba a otorgar y a liderar el mercado del acero en el país. No olvidemos que Huachipato es la única siderúrgica integrada del país. Creo que a Cap le quedó como poncho el tema de la siderúrgica."
Los argumentos de la dirigente no son menores. La pérdida de competitividad debido a los tratados de libre comercio, ha sido el principal factor de la desaparición de Bellavista, Gacel, Machasa, Caprice y otras tantas. Sigue siendo de hecho, uno de los principales factores que no permiten el desarrollo regional, según una variedad transversal, políticamente hablando, de expertos.
"Yo pienso que hay que generar la discusión de la estatización. Hay que recordar qué pasó con Huachipato hace unas décadas: se vendió a precio de huevo. Y si a Cap le queda grande Huachipato no veo por qué no podría intervenir el Estado en la empresa."
Según un informe de Contraloría del año 1990, Cap se vendió a 105 millones de dólares, cuando su valor era de 800 millones de dólares- es decir, al 13% de su valor- La siderúrgica es una empresa emblemática en el proceso de industrialización del país bajo el modelo ISI -industrialización por sustitución de importaciones- con la intención de romper la dependencia de los mercados externos afectados por las duras crisis financieras de las guerras europeas. En vez de importar productos de acero, se extraerían las materias primas en el país, para manufacturarlas y ofrecer diversos productos de acero a la demanda nacional. Una estrategia de desarrollo del país.
"(…) a las nuevas autoridades se les viene una tarea titánica, porque van a tener que primero escuchar. Porque sentimos que las autoridades no se han percatado de lo que pasa, y no lo digo por mí solamente, o por nuestra empresa; lo digo también por lo que pasa en Asmar, por lo que pasó con Maestranza Cerrillos. Con todo lo que pasa en el Cordón industrial. Vemos que las autoridades miran desde la vereda de enfrente. Y luego de escuchar tienen que establecer un plan de desarrollo a mediano plazo donde todos los actores estén incluidos y sean partícipes de lo que va a suceder."
Y el sondeo de la opinión de los trabajadores apunta hacia un cambio en el paradigma de desarrollo. "Hemos hablado con varios sindicatos del cordón y tenemos una opinión similar, pero hemos estado muy insertos, cual más cual menos, en lo que es la problemática interna de cada sindicato. Y lamentablemente el año 2013 para los sindicatos del cordón, fue un año muy duro. Esperamos que este año podamos generar propuestas colectivas, que vayan apuntando a generar políticas en la industria basadas en la restricción de la libre importación, que es lo que nos tiene asfixiados."
La estatización de Huachipato no tiene que ver solo con el empleo. Se relaciona también con la soberanía política. La medida estatista busca el control del mercado del acero nacional, lo que permitiría controlar los precios y la producción del acero. Es decir, obligaría a tomar control también, para asegurar su plan de desarrollo, de los recursos naturales para la producción del acero. El caso requiere cirugía mayor, pues cabe recordar que el principal productor mundial de acero es China, con casi la mitad de la producción mundial - un 46,4%. Por ello para controlar la producción nacional, necesariamente debe haber un arancel a las importaciones que proteja lo nacional. De hecho el caso chino es fundamental en este sentido, por su nivel de incidencia "La industria siderúrgica de China ha enfrentado una menor demanda respecto a años previos, lo que ante el exceso de producción ha impulsado los precios hacia abajo." (Cochilco 2013)
Según un informe de la misma Cochilco del año 2010, donde se analiza el mercado del acero nacional, se muestra que "Estos niveles productivos de acero permiten cubrir cerca del 70% de la demanda por acero en Chile, en tanto que el restante 30% es importado principalmente de Brasil, Argentina y China". Lo que significa que hay un mercado para esta industria. Es de hecho el acero uno de los principales productos para el desarrollo de otras industrias como la construcción (42%), maquinaria (15%), transporte (17%), energía (10%), utensilios domésticos (12%) y otros (4%)
Y aporta otro dato importante, que permite apreciar la importancia de cobrar aranceles a la importación como medida para fomentar la industria nacional "A lo largo del año 2008, se consumieron a nivel nacional 2.568 miles de TM [toneladas métricas], lo cual significó un incremento de 11% respecto del 2007. Con este nivel, Chile se posiciona como líder de consumo en Latinoamérica, con 162 kilos per cápita"
Los trabajadores aciertan en su propuesta. Y Mónica Aguilera lo reafirma "Huachipato es parte de la región. Todo el mundo tiene algún pariente, algún conocido que ha trabajado o trabaja aquí. Es parte de la identidad de Talcahuano. Si desaparece Huachipato caerá un montón de industrias y pequeñas maestranzas que están alrededor de ella. Esto sería un efecto dominó."
Imagen 2: Sindicato nº1 Hpto.
Publicado en Resumen nº53, Marzo 2014. Disponible en kioscos.
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