17 días en paralización cumplieron este viernes los trabajadores del Hospital Salvador, en un gesto con el que buscan para paralizar el proceso de concesión que se está realizando en su recinto hospitalario, y también en oposición a lo que se ha vuelto una política metódica y que amenaza con dejar una parte importante de la red de salud pública bajo el sistema de concesiones.
Los trabajadores de la salud, tanto asistentes, auxiliares como médicos del recinto, reclaman ante la decisión de Contraloría de aprobar la concesión para "ejecución, reparación, conservación y explotación" del mencionado recinto de salud. Según lo que ha afirmado uno de sus dirigentes, Ignacio Loyola, la concesión de este hospital contraviene con las promesas electorales que les había hecho Michelle Bachelet cuando era candidata: "ella se comprometió que si la elegíamos y votábamos por ella, no iba a haber nunca más hospitales concesionados, y nos mintió".
Muy por el contrario a lo que se había pensado, el sistema de concesiones lejos de frenarse durante este gobierno se ha mantenido y ha crecido más vigoroso que nunca. Junto al Hospital Salvador, también se ha decidido y ratificado la concesión del Hospital Félix Bulnes, por lo que el durante el día de hoy los trabajadores de dicho hospital se han adherido a la paralización, la que se ha hecho efectiva desde el día viernes 25.
Hasta este momento, pese a la fuerte paralización que tiene a más del 80% del personal en paro (funcionando solamente con turnos éticos la Urgencia, la UCI y los demás sectores críticos), el gobierno a desoído la voz de los trabajadores, aduciendo de que sería contra la institucionalidad revertir una resolución que ya ha sido aprobada por Contraloría. Aunque se ha dejado una carta a la presidenta, y se ha asistido al Congreso, no ha existido hasta ahora una real respuesta ni una decisión de acabar con el modelo de concesiones en la salud.
Con la creciente oleada de concesiones de hospitales y centros de salud, se vuelve cada vez más difícil hablar de "Salud Pública". Si bien dichos centros se siguen encontrando dentro de la red de salud pública, muchos de sus servicios internos han sido o serán privatizados. Tanto los estacionamientos, farmacias, servicios ambulatorios, entre otros más, son servicios con que la empresa que se adjudicó la concesión puede "explotar" para así sacar mayores ganancias. En palabras de Juan Luis Castro, ex presidente del Colegio Médico, "estas concesiones implican construir prácticamente un centro comercial alrededor de un hospital"
Junto a ello, también está el dinero que el Estado le entrega también a la empresa concesionaria. Si bien el Estado no paga en un primer momento la inversión, a lo largo del tiempo el Estado va pagando a modo de "crédito" (con intereses incluidos) lo "invertido" por el privado.
Si a esto le sumamos el desvío de fondos que se realiza desde el sector público al sector privado debido a los Bonos Auge, montos transferidos sin reparos a un sistema en donde los costos suelen ser mucho mayores. A modo de ejemplo, el Estado debe gastar hasta 800 mil pesos por cada día/cama que se derive al sector privado, mientras en el sector público ese día/cama tiene un valor de solo 20 mil pesos. En otras palabras, el Estado en vez de estar destinando sus recursos en tener más camas en el sector público, está derivando dichos fondos al sector privado, en donde los costos pueden ser hasta 40 veces mayor. Esto ha hecho que actualmente el Estado esté gastando más en el sector privado que en fortalecer la red pública de salud.
Además de todo aquello, al menos las dos experiencias que disponemos de hospitales concesionados, el de Maipú y el de La Florida, ya han mostrado graves falencias y falta de prolijidad tanto en sus instalaciones como en su gestión. Esto refuta el pretendido argumento y justificación de que al menos los hospitales concesionados tendrían una mejor calidad que los hospitales públicos dependientes del estado.
En la tarde del día de hoy los trabajadores del Hospital Félix Bulnes decidieron en asamblea adherirse al paro, debido a que dicho recinto hospitalario también será concesionado. Con la adhesión del Félix Bulnes a la movilización, será una parte considerable parte del sistema de salud pública de la capital que se encontrará funcionando tan solo con turnos éticos. Esto podría traer una mayor congestión a los otros recintos, en especial por ser este un periodo crítico en enfermedades respiratorias. Sin embargo, a pesar de la amenaza sanitaria que podría avecinarse, el gobierno se ha rehusado sentarse a conversar y negociar con los sectores movilizados. Por ahora, parece que ni desde el Ministerio de Salud ni de La Moneda hay intención de echar pie atrás con el sistema de concesiones, y muy por el contrario, parece determinado a profundizar la mercantilización de la salud.