En junio de este año nuevamente el Alto Bío Bío fue envuelto en un gran manto blanco, provocando las tímidas miradas de las autoridades y de la prensa nacional. Pasaban los días y mientras algunas autoridades discutían cuál era la mejor forma de enfrentar esta situación, en las comunidades que habitan los cerros del cajón del Queuco, la nieve aumentaba velozmente su nivel cubriendo en los sectores altos las viviendas con más de 2 metros de nieve, literalmente estos habitantes estaban enterrados vivos. Mucha gente llevaba más de 10 días aislados cuando recién comenzó a llegar la "ayuda". También aparecieron los canales de televisión buscando imágenes para mantener su rating y así complacer a su fiel público, que como corderos los sigue día a día llorando y riendo según sea lo que les muestren.
Nos mostraron helicópteros del ejército lanzando cajas con mercaderías donde con suerte veían una casa. Mientras el show continuaba, en la Universidad del Bío Bío algunos jóvenes que tenían algún contacto en estos sectores y la Federación inician una campaña para ir en auxilio de estos hermanos pewenches. En esos días llega a Concepción Eliana Paine junto a sus dos hijos Sayin de 4 años (Toñita para los que la conocen) y Bastián de 7 años, ella vino de visita donde una familia amiga de Talcahuano, más que visita venían arrancando del infierno blanco que los mantuvo enterrados por más de 13 días. Nos contó lo que se vivía allá arriba y cómo la nieve y el viento había destruido invernaderos, galpones y caminos, de cómo muchos animales estaban muriendo por falta de forraje. Ella, apenas pudo salir de su casa, decidió venir para que sus hijos se distrajeran un poco. Eliana nos conoce ya que hace un tiempo atrás el Sindicato de Estibadores de San Vicente y la Unión Portuaria Comunal Talcahuano San Vicente realizaron algunas campañas de ayuda creando un pequeño lazo de cooperación, pero este vínculo terminó ya que los portuarios hoy están enfocados en sus propias luchas reivindicativas.
Uno de los estudiantes que conocía de nuestros viajes al Queuco nos contactó y armamos un encuentro en la Universidad del Bío Bío, asistieron jóvenes del hogar Mapuche PegunDugun de Concepción, estudiantes de la U Federico Santa María, Santo Tomás, Eliana y sus hijos. Ese día decidimos hacer que esta campaña comenzada en la U del Bío Bío se extendiera a otras organizaciones. La campaña de realizó en la UFSM, UBB, Santo Tomas, FEC y Liceo de Niñas de Concepción, además de aportes de algunos sindicatos y particulares. La idea era recolectar alimentos, ropa de abrigo, velas y fósforos para ir en ayuda de cerca de 100 familias de los sectores más aislados.
El sábado 12 de julio llegamos a Cauñicú, en el cajón del Queuco. La ayuda se destinó para tres sectores: Las Kinwas, Los Maitenes y Raweko, que son los sectores que se internan en los cerros. Conversamos con la comunidad de cada sector y recogimos algunas de sus opiniones, todos coinciden en lo abandonado que se sienten, que a pesar de que esto sucede casi todos los inviernos, las autoridades no tienen un catastro de las familias y su ubicación, esto quedó demostrado cuando los helicópteros lanzaban 6 cajas en un sector en que habían 12 familias. Ellos nos cuentan que en este lugar no hay trabajo para su gente y que sobreviven con los que les reporta el ganado menor, de la producción de miel y de algunas pensiones de gracia que da el Estado. A pesar de que reconocen la importancia de la luz eléctrica, aquello no les quita el sueño, ya que conocen la realidad de los que viven a orillas del camino principal y los que habitan por el lado del Rio Bío Bío y que tienen que pagar más de $30.000.- mensuales por una ampolleta y un enchufe.
Los jóvenes ofrecieron sus instalaciones del hogar Mapuche PegunDugun para cuando vengan a Concepción, además de estudiar algunos proyectos que les puedan servir en el sector y de ayudar en la comercialización de sus productos (piñones, miel y tejidos), todos concordamos en que este vínculo no quedará sólo en la ayuda de emergencia, sino que deberá ser un impulso para el auto sustento de estas familias respetando su cultura y el medio ambiente.