Una multitud -49.000 personas, según el recuento efectuado por GARA- colapsó ayer las calles de Bilbo para reivindicar que es la sociedad vasca «la llave decisiva» para abrir las puertas a la paz definitiva en Euskal Herria y que debe construirse respetando «todos los derechos» de toda la ciudadanía. Medios internacionales resaltaron la «inmensa marcha».
Agustín GOIKOETXEA | BILBO
Apenas 48 horas después de que se abra una nueva era con la decisión de ETA, Bilbo fue escenario de una potente movilización para dar impulso al proceso que persigue la paz y la normalización política en el país. A convocatoria de los agentes políticos, sociales y sindicales que han suscrito el Acuerdo de Gernika, 49.000 personas -según el recuento efectuado por este diario- marcharon por las calles del Botxo mostrando que cada vez es mayor el número de vascos que reivindica una solución que se dé salida a todas las claves del conflicto, a sus causas y a todas sus consecuencias.
La manifestación comenzó en torno a las 17.45, pero 45 minutos antes ya se podía vislumbrar que la respuesta ciudadana iba a ser importante, como lo fue la representación política, social y sindical que se dio cita en La Casilla, punto de partida de la marcha. La nómina de rostros conocidos resultó interminable, destacando la de militantes de la izquierda abertzale como Rufi Etxeberria, Maribi Ugarteburu, Jone Goirizelaia, Pernando Barrena, Niko Moreno, Joseba Permach, Iñaki Antigüedad, Tasio Erkizia, Txelui Moreno, Jose Ramón Etxebarria, Miren Legorburu, Iñaki Olalde, Haxier Arraiz o Iñigo Iruin, junto a históricos como Eugenio Etxebeste o Periko Solabarria.
La delegación de EA, con su secretario general, Pello Urizar, a la cabeza, también fue amplia: Juanjo Agirrezabala, Anjeles Iztueta, Esther Larrañaga, Abel Muniategi, Rafa Larreina, Juanjo Martínez Leunda, Maiorga Ramírez, Koldo Amezketa, Maider Carrere, Unai Ziarreta, Ikerne Badiola o el alcalde de Gernika, José María Gorroño.
De Aralar estuvieron, entre otros, Patxi Zabaleta, Txentxo Jiménez, Dani Maeztu, Maite Sarasua, Jon Inarritu y Rebeka Ubera, mientras de Alternatiba su cara más conocida era Oskar Matute. También participó Mertxe Colina, de AB; y Joxe Iriarte Bikila, de Zutik Gorripidea.
En cuanto a la representación sindical, la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, encabezó la amplia delegación de la central, junto a representantes de STEE-EILAS, ESK, EHNE e Hiru. No faltó tampoco Jesús Uzkudun, de CCOO; el ex alcalde de Donostia Ramón Labaien; Paul Bilbao, de Kontseilua; Izaskun Guarrotxena, de Bilgune Feminista; Mattin Troitiño, de Etxerat; Martxel Toledo e Itziar Arratibel, de Esait; Lorea Bilbao, de Behatokia, Oihana Agirre, del movimiento pro amnistía, y el ex preso Jon Agirre Agiriano, que firmó el Acuerdo de Gernika en representación de EPPK.
Gritos en favor de los presos
Poco antes de que se desplegara la pancarta con el lema «Euskal Herriak konponbidea nahi du» y la representación de los organizadores se situara tras ella, la multitud agolpada en las aceras junto al colegio público Félix Serrano ya había comenzado a corear consignas como «Euskal presoak etxera», «Independentzia», «Amnistiarik gabe, bakerik ez» y «Presoak kalera, amnistia osoa», que se irían repitiendo hasta la finalización.
Al llegar la cabeza a la intersección de la calle Autonomía con Gordoniz, la estampa ya presagiaba una gran manifestación -Autonomía estaba a rebosar- e incitaba a más de una a lanzar un irrintzi mientras los aplausos se repetían y comenzaba a entonarse «Hator, hator», entre gritos por la amnistía.
Paso a paso, la comitiva, acompañada de un centenar de periodistas, alcanzó Zabalburu mientras un helicóptero de la Ertzaintza vigilaba desde el aire una calle a rebosar. Cuatro furgonetas de la Policía a las órdenes de Rodolfo Ares hicieron una tímida aparición en Hurtado de Amezaga.
Unos minutos después, en el muro de la estación de Abando, un grupo de solidarios con los presos pintaron en escasos minutos un gran mural reclamando amnistía. Unos metros más adelante, en la otra acera, varios vecinos de Ondarroa se situaron con una pancarta con el lema «Iparra galdu baik. Preso guztiak etxera!».
Poco minutos después de alcanzar el Ayuntamiento y una vez quienes portaban la pancarta subieron a la balconada, los bertsolaris Unai Iturriaga y Miren Amuriza tomaron el testigo, como preámbulo a la intervención final, que corrió a cargo de Belén Arrondo, de STEE-EILAS, y la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, en euskara y castellano.
Los fimantes del Acuerdo de Gernika saludaron las propuestas concretas de la Declaración de Aiete para responder tanto a las consecuencias como a las raíces del conflicto, añadiendo que la Conferencia de Donostia «abrió una ventana que trajo nuevos aires». Tras la decisión de ETA, que saludaron, ahora apelan a los estados.
«ETA ha dado una buena noticia a la sociedad vasca, una noticia que nos acerca hacia un escenario de paz», remarcaron, antes de apostillar que la declaración de la organización armada vasca «es, sobre todo, un claro llamamiento a la responsabilidad, a la responsabilidad de todos los agentes y a la responsabilidad de la sociedad en su conjunto».
Llamada a los estados
Incidieron en que no se puede perder «esta oportunidad histórica», por lo que los firmantes del Acuerdo de Gernika emplazaron a Madrid y París «a que sienten y dialoguen cuanto antes con ETA para dar salida a las consecuencias de décadas de confrontación armada».
Junto a las consecuencias, apuntaron que se debe dar respuesta también a las causas del conflicto y, para ello, reivindicaron la necesidad de diálogo político. «Porque las bases de la futura convivencia democrática sólo pueden construirse desde el acuerdo entre todas las culturas políticas» del país, añadieron.
Pero por encima de los llamamientos a los estados y de los partidos políticos, desde el Acuerdo de Gernika se remarcó que es la sociedad vasca, su ciudadanía, «la única llave de esta nueva situación, la llave decisiva de este nuevo escenario», del que puntualizaron que «no tiene precedentes en la historia reciente de nuestro pueblo».
«La Conferencia Internacional de Donostia -añadieron- abrió una ventana a la esperanza de paz, nosotras y nosotros queremos abrir de par en par todas las puertas a la paz en Euskal Herria, vamos a abrir las puertas del derecho a decidir de Euskal Herria, vamos a abrir las puertas al respeto de todos los derechos para todos los ciudadanos y todas las ciudadanas». La promesa fue respondida con fuertes aplausos de un público que aba- rrotaba toda la zona.
Los acontecimientos de los últimos días en Euskal Herria han motivado que numerosos medios internacionales hayan fijado su mirada en lo que acontece en el país. Prueba de ello es la presencia de periodistas en la manifestación convocada por los firmantes del Acuerdo de Gernika.
Al margen de los medios españoles con corresponsales en Bilbo, destacó la presencia de la corresponsal de France Press venida desde Barcelona y que ya estuvo el lunes en Aiete o el amplio dispositivo montado por Catalunya Radio y TV3 con unidad móvil incluida, aunque no fueron los unidos venidos desde el Principat, pues también enviaron cámara y una redactora otra televisión, 8TV de Barcelona, y hubo otros periodistas catalanes que trabajan para la prensa escrita y web. Hubo también periodistas desplazados desde Londres, Roma, Brasil y un largo etcétera. Todos destacaban en sus primeras crónicas la potencia de la manifestación, al igual que «El País», que la siguió en tiempo real por twitter y la convirtió en la primera noticia de la tarde en su edición digital. En el ámbito de las televisiones, campó a sus anchas el popular El Follonero, y sobresalió el despliegue de TVE -con conexiones en directo a Canal24-.
A.G.