El intercambio de prisioneros en medio de la sangrienta guerra en Yemen, que se extiende desde 2014, es una consecuencia de las negociaciones de paz y acercamiento diplomático entre los principales actores beligerantes en este conflicto, Arabia Saudita e Irán, que fue promovido por la diplomacia china y que fue anunciado en marzo.
Por Alejandro Baeza
China es un actor geopolítico cada vez más relevante y así lo comprobó el pasado 10 de marzo cuando en una reunión en Pekín, representantes de los regímenes teocráticos autoritarios de Irán y Arabia Saudita, potencias antagónicas durante décadas en la región de Asia Occidental, acordaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas y promover una política de acercamiento.
Arabia Saudita, sostenedor a nivel internacional de grupos yihadistas sunitas (salafistas, wahabitas) se ha enfrentado de manera proxy a Irán, máxima potencia chiita, en conflictos armados en el Líbano, Irak, Siria y con mucha más fuerza en el actual y sangriento conflicto en Yemen.
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Por eso uno de los grandes triunfos de la diplomacia china está viendo sus primeros resultados en este conflicto. El día de ayer, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) informó que concluyó el intercambio de casi 900 prisioneros entre el Gobierno y los rebeldes hutíes del movimiento Ansar Alá, en medio de conversaciones para poner fin a más de ocho años de guerra.
Fue a través de Twitter que la organización aseguró que «Las operaciones de liberación han concluido con éxito después de tres días. El CICR y la Media Luna Roja yemení han trabajado incansablemente para reunir a unos 900 exdetenidos con sus familias, dando un paso positivo hacia la paz y la reconciliación en Yemen».
En tanto, el jefe del Comité Nacional para los Asuntos de los Prisioneros, Abdul Qader al Murtadha, aseguró que el movimiento Ansar Alá, que controla el norte de Yemen, tiene previsto realizar un nuevo intercambio de 1.400 prisioneros con el Gobierno yemení.
«El próximo acuerdo prevé intercambiar 700 prisioneros de una parte y 700 de otra, las negociaciones se celebrarán en mayo», declaró el vocero.
El 20 de marzo último, el Gobierno de Yemen y los rebeldes hutíes acordaron en Ginebra (Suiza) un intercambio de prisioneros de guerra, auspiciado por Naciones Unidas.
Entre los liberados se cuenta el exministro de Defensa Mahmoud al-Subaihi, el general Nasser Mansour Hadi, hermano del expresidente Abdo Rabu Mansur Hadi; así como periodistas y prisioneros de guerra de la coalición liderada por Arabia Saudita.
El intercambio se produce en medio de crecientes esperanzas de paz para un conflicto armado que ha sumido a Yemen en una de las peores crisis humanitarias de la actualidad.
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Los hechos son una muestra del retroceso de la influencia estadounidense en la región, que fue fundamental para el mantenimiento del régimen saudí y de su alianza con Israel, promoviendo a Irán como el principal enemigo en la zona. Una paz entre los dos máximos representantes de las facciones islámicas significaría una reconfiguración completa de las relaciones geopolíticas en el «Medio Oriente», la que puede tener múltiples salidas y opciones, pero que hasta el momento sólo está significando el posicionamiento de la diplomacia china como un actor importante para resolver conflictos internacionales en su intento de transformarse en la principal potencia del mundo, que además ahora intenta ser un actor negociador para la paz en Ucrania.
*Imagen: ICRC Yemen