[resumen.cl] Un verdadero triunfo consiguieron las comunidades de Penco luego de años de lucha contra el proyecto de explotación de tierras raras, esto luego que durante la tarde de ayer jueves la empresa a cargo anunciara que retira la iniciativa ante inminente rechazo en el estudio de impacto ambiental del proyecto. Con ello, se marca un nuevo precedente de resistencia de la población ante la instalación de una empresa extractivista con tremendos impactos socioambientales en su territorio.
La empresa Aclara titular del proyecto de extracción de tierras raras en Penco, anunció la tarde de este jueves 24 de marzo el retiro de su proyecto ante el a todas luces seguro rechazo en el estudio de impacto ambiental, transformándose así en una tremenda victoria para las comunidades que lucharon contra la iniciativa durante más de seis años de defensa del territorio.
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Un broche de oro para las organizaciones socioambientales de Penco, Lirquén, Tomé y del Gran Concepción en general, quienes utilizaron tanto la escuálida institucionalidad ambiental así como la movilización social para concientizar a las comunidades respecto a los impactos y devastación de los territorios que implicaría.
A través de sus cuentas en redes sociales, la Asamblea Penco-Lirquén señaló que «Sabemos que este no un triunfo final contra el proyecto minero y que la empresa intentará ingresar un nuevo Estudio de Impacto Ambiental con campañas de desinformación e intentando persuadir a las autoridades en ejercicio; pero ahí estaremos nuevamente como vecinas y vecinos dando la lucha e informando técnicamente sobre lo desastroso de este proyecto que pretende afectar el suelo, la flora, la fauna, el agua, el aire y la salud humana».
Cabe recordar que una planta piloto funciona desde el 2014 sin tener calificación ambiental. Por ello es que la comunidad se movilizó el pasado domingo 27 de febrero para mostrar su abrumador rechazo en una consulta ciudadana con un arrollador 99,02% en contra a la instalación de un proyecto que pretendía explotar unas 600 hectáreas en los cerros frente a la ciudad, con una capacidad para procesar hasta 240 toneladas/hora de mineral, para producir de 1.700 toneladas anuales de Concentrado de tierras raras.
¿Qué son las tierras raras?
Lo que los empresarios mineros están buscando en Penco y la cordillera de la costa en el Biobío son tierras raras. Un grupo de minerales que se han vuelto sumamente codiciadas por las empresas y los Estados más industrializados del mundo.
Estos elementos se consideran indispensables para el desarrollo de nuevas tecnologías marcadas por aplicaciones cibernéticas, desarrollo creciente de la inteligencia artificial, nuevos materiales para dispositivos bélicos por parte del complejo militar-industrial y de programas espaciales de las potencias imperialistas, tales como aleaciones para fuselaje de aeronaves y vehículos espaciales, o sistemas de guías de misiles y aviones no tripulados (drones).
Algunas aplicaciones civiles incluyen el desarrollo de microprocesadores, dispositivos de almacenamiento eléctrico e información digital, el desarrollo de energías eólica, solar, vehículos, medicina alópata, smartphones, cámaras digitales, televisores LED, baterías recargables, entre otras. De esta forma las Tierras Raras se constituyen como unos elementos altamente estratégicos en el campo de la geopolítica mundial.
Sin embargo, las tierras raras también se han hecho conocidas por los altos impactos socioambientales asociados a su extracción. Por ejemplo China, el país que produce cerca del 95% de estos minerales en el mundo ha presentado graves contaminaciones químicas y radioactivas en zonas de Mongolia Interior.
Un caso emblemático es lo que ocurre en la ciudad de Baotou la llamada capital de las Tierras Raras descrito como uno de los lugares mas contaminados del mundo. Para refinar estos materiales hay que triturar la tierra agregando ácido sulfúrico, nítrico y clorhídrico, generando aguas residuales sumamente toxicas y desechos radioactivos. La población de Baotou está altamente afectada por esta contaminación. Antes de que China fuera el primer productor mundial, lo era Estados Unidos. En los yacimientos de Mountain Pass en el país norteamericano surgieron diferentes episodios de contaminación, incluyendo uno ocurrido en 1998 en donde 1000 millones de litros de aguas residuales radiactivas y químicamente contaminadas fluyeron de un contenedor con fugas contaminando una reserva natural.