Por Guillermo Correa Camiroaga / resumen.cl
El día miércoles, previo a su última Cuenta pública, la Presidenta Michelle Bachelet, mediante un video difundido en su cuenta personal de Twitter , entre otras cosas, manifestó que:
" La verdad es que siento un tremendo orgullo por los avances que hemos tenido, por las transformaciones que hemos planteado(...)pero también por los beneficios directos que han recibido miles, y miles, y miles de compatriotas(...) la verdad es que me siento orgullosa del país que somos..."
Este jueves 1° de junio, el día de la Cuenta Pública, los porteños y porteñas no pudimos sentirnos orgullosos del país al que se refiere la Presidenta, ya que Valparaíso, una vez más, amaneció sitiado por rejas y copada por miles de uniformados, como si estuviéramos bajo estado de sitio.
La soledad en torno al Congreso Nacional demuestra que el pueblo porteño no acudió en masa ni menos orgulloso a presenciar la llegada de la Mandataria. Pero esto no afecta en nada a las elites, ya que se han acostumbrado a una democracia entre cuatro paredes, simbólicamente enrejada y custodiada por uniformados en donde la presencia de la gente pareciera importarles un comino.
La ausencia de personas civiles fue reemplazada nuevamente por un elevado contingente militar, que este año rompió todos los récords. Sin pecar de exagerado, me atrevería a decir que el número de policías desplegados en el plan de Valparaíso era casi equivalente al número de manifestantes que marcharon por las calles del Puerto. Un amigo me comentó al pasar "sólo por las veredas del lado derecho he contado 500 Carabineros en estas cuadras".
Y es que en esta ocasión, además de los cientos de uniformados distribuidos en distintos puntos de la ciudad, con un número impresionante de vehículos represivos, a lo largo de toda la Avenida Pedro Montt, en las veredas de ambos lados, una fila continua de policías de las Fuerzas Especiales se dispuso desde tempranas horas de este día jueves, en una clara demostración de poder y amedrentamiento que ni siquiera recuerdo haber presenciado en época de la dictadura pinochetista. Sin duda que la suma total de uniformados se podrían haber contado en miles.
Por su parte, la marcha convocada por la Coordinadora No+AFP, la Confech y la Anef congregó acá en Valparaíso a un número menor de manifestantes de lo esperado. Debemos además considerar la decisión tomada por los estudiantes de la Confech en Santiago, los cuales, en contra de toda lógica, decidieron manifestarse en esa ciudad, alejados de donde estaba la Presidenta entregando la Cuenta Pública. El actual Movimiento Estudiantil, principalmente universitario, y sus dirigentes, definitivamente siguen dando palos de ciego estos últimos años, enfrascados en procesos poco claros de participación en diálogos institucionales que no han conducido a nada, mientras quienes detentan el poder y determinan el rumbo de los cambios cosméticos, lo hacen con completa claridad y certeza.
Por lo anteriormente expuesto, para quienes ejercen el poder institucional y junto a los poderes fácticos siguen perfeccionando y profundizando el modelo de sociedad injusto y excluyente instaurado en dictadura, el que las calles estén vacías en torno al Congreso Nacional es un simple elemento más, ausente en la decoración secundaria de un evento reservado a las elites y sus invitados de confianza al interior de palacio.
De lo observado directamente en los alrededores del edificio legislativo podemos concluir que la última Cuenta Pública de la Presidenta Bachelet fue "orgullosamente», pero en completa soledad.