El consenso ciudadano y de los alcaldes implicados en el tema es unánime: la ruta de la madera debe ser nacionalizada. Esta medida es aún más urgente después del terremoto del 27 de febrero, debido a que es utilizada por todos los camiones de carga imposibilitados de cruzar el puente Llacolen.
Sólo este lunes 26 de abril, dos camiones volcaron. Sus ocupantes, debieron ser asistidos, por vecinos quienes despejaron la ruta. Del personal que monitorea la carretera… nada se supo.
La ausencia y abandono en que la concesionaria mantiene la ruta que posee los estándares de seguridad más bajos y el peaje más caro de la zona, son impresionantes. Lo único que espera la concesionaria, en la cual habrían capitales del propio Sebastian Piñera, según denuncio públicamente un consejero regional, es que el Estado desembolse una cifra abultada para ser indemnizada por el fin de la concesión.
El modelo de concesiones graficado en la Ruta de Madera es un rotundo fracaso, sin embargo continúa aplicándose con todos los perjuicios que implica para los ciudadanos y el Estado.
Si sólo durante un día tuvimos dos volcamientos ¿cuantos serán los problemas que surgirán en el invierno, cuando la ruta se vuelva mucho más peligrosa?