Vacunación en Chile: el pituteo institucionalizado

Por Joaquín Pérez

En España la vacunación de altos mandos militares y de la policía terminó en un escándalo con renuncias y destituciones, en Perú ya se destapó un episodio por vacunación de altas autoridades conocido como Vacuna Gate, en Argentina la prensa habla de Vacunación VIP para algunos altos funcionarios. En Chile, donde han existido mucho más denuncias que en Argentina y Perú juntos, no hay tal escándalo, ni se ha destituido a nadie.

Desde los jóvenes y sanos estudiantes de la Escuela de Oficiales de Carabineros, pasando por congresistas, jueces o fiscales, funcionarios jóvenes en teletrabajo, tanto del gobierno central como de muchos municipios, ya se han vacunado, mientras personas en hogares de ancianos, enfermos postrados y crónicos aún esperan.

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Pero en Chile el saltarse la fila, el privilegio de algunos por sobre otros, una cuestión naturalizada y culturalmente asumida, no tiene castigo en ningún sitio, ni en la justicia, por que es parte de todo el entramado, ni siquiera en la prensa porque está vendida al poder económico.

La impunidad de la corrupción es total como lo demostraron los casos de financiación irregular de la política, el saque del erario publico a través de boletas ideológicamente falsas o el caso FUT, y hoy con las vacunas es exactamente lo mismo. Cerca del 30% de las personas que debió recibir su vacuna no lo ha hecho y éstas fueron a parar nuevamente a sectores privilegiados. Los recolectores de basura, las cajeras de supermercado, los choferes del transporte público, entre otros, siguen esperando.

En Chile nadie será destituido, nadie irá a la cárcel, nadie será crucificado por la televisión o los grandes medios de comunicación. La impunidad de los privilegiados los lleva a cometer los más groseros delitos, hasta matar a alguien conduciendo ebrio, sin embargo, nunca pagan.

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