[resumen.cl] Los problemas respecto a la vivienda -en su habitabilidad- datan desde el terremoto de febrero de 2010. Las y los pobladores de la Villa Futuro en Chiguayante, en el actual contexto de crisis sanitaria, continúan teniendo problemas respecto a su situación habitacional, donde la reciente intromisión de la Municipalidad ha afectado de sobremanera un proceso que ya contaba con irregularidades.
En conversación con RESUMEN, Bárbara Orrego, presidenta de la Junta de Vecinos de Villa Futuro y secretaria de la Unión Comunal de JJ.VV. de Chiguayante, comenta que se han estado organizando desde hace años en comités de trabajo, y a través de estos, negociado con el Servicio de Vivienda y Urbanización (SERVIU) para avanzar en la solución habitacional. En este marco, el proceso se encuentra en la cuarta etapa de entrega de los proyectos de salida para las familias agrupadas en los comités.
Sin embargo, 120 familias pertenecientes al Comité Última Esperanza aún no tienen solución. Ante esto, Orrego plantea que "decidimos empezar a trabajar con los vecinos para buscar departamentos para que puedan trasladarse de los bloques que están más malos". Es por ello que decidieron tomarse cuatro torres de la Villa Futuro.
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La comunidad, en el marco de crítica hacia la lentitud del SERVIU en su gestión, denuncia que la Municipalidad de Chiguayante se ha entrometido de mala forma en la situación. La dirigenta vecinal comenta que, de parte de la institución comunal, fueron designados 'líderes' por torres, quienes generan amenazas en contra de pobladoras y pobladores que se retiran y desarman la actual infraestructura.
La Villa Futuro, emplazada e un terreno propiedad del SERVIU, ha visto estancado el proceso de demolición y la entrega de soluciones concretas. Mientras las y los vecinos intentan desarmar -por su cuenta- los edificios en mal estado, los basurales, focos de drogadicción y contradicciones de parte de la Municipalidad respecto al futuro de las y los pobladores se multiplican.
De parte de la vecindad, Orrego hace hincapié en que "todas las negociaciones son directamente con SERVIU, nada que ver el municipio aquí", por lo que no se logra comprender la intromisión de la autoridad comunal en una situación en la que "nunca se quisieron involucrar".
Actualmente, la toma de las cuatro torres se mantiene como forma de presión para que SERVIU pueda entregar los terrenos y viviendas respectivas a las familias restantes.