[resumen.cl] Infraestructura productiva dañada y varias familias que incluso perdieron sus viviendas, es el saldo que han dejado al interior de la comuna de Tomé los incendios que esta semana han arrasado gran parte de la zona central del país. Según los vecinos, Nachur, San Carlitos, San Francisco, Quillayes, Pissis y Lloicura -donde en la madrugada del pasado jueves el fuego cobró la vida de Daniel Vera Araya de 38 años- son algunos de los sectores afectados del Tomé rural. Todos ellos asentamientos rodeados por plantaciones de pino y eucalipto que fueron rápidamente consumidos por las llamas.
Julio Torres, presidente de la Junta de Vecinos del sector Los Quillayes, detalló a Resumen que si bien no pocas viviendas salvaron del fuego, hubo casos de pérdida total. También se hay daños en infraestructura prioritaria para la subsistencia en el medio rural como estanques de agua y cañerías "planza". Además, el sector lleva cuatro días sin electricidad -advirtió. Por otra parte, Torres informó que la noche de ayer viernes los pobladores escucharon la carrera de un auto a alta velocidad en un camino de ripio donde esto no es costumbre. También nos dice que desde un auto lanzaron botellas de licor en las inmediaciones de la Junta de Vecinos del sector, hecho que pudimos corroborar en terreno. Esto se suma al hallazgo de un envase de cera para pisos por parte de una de las familias afectadas por el incendio. Hechos que en los pobladores generan sospechas de intencionalidad detrás de los siniestros. Por ello piden a las autoridades vigilancia nocturna.
La familia Fuentealba (conocidos como "chabelita" en el sector), es de aquellas que sufrieron pérdida total de su vivienda y sus enceres en el sector Los Quillayes.
Según nos relata uno de sus integrantes, el incendio comenzó el miércoles aproximadamente a las 12:00 hrs. en el sector San Carlitos. Ya en la tarde, por efecto del fuerte y cambiante viento, el fuego avanzó con inusitada velocidad de propagación hacia el sector San Francisco -contiguo a Los Quillayes. Preocupados, los Fuentealba, una familia compuesta por dos adultos mayores, una joven de 20 años, un joven de 21 y dos menores de edad; comenzaron a realizar trabajos preventivos para evitar la propagación del incendio. Prepararon cortafuegos, pero debido a que el camión aljibe que los abastece de agua llevaba días sin pasar, no tenían suficiente suministro de este recurso para combatir las llamas. Debieron bajar a un río a llenar estanques para después acarrearlos hasta su sitio. Pero pese a los esfuerzos, el fuego alcanzó el terreno en el que se emplazaba la casa y otras dependencias.
Ahora, habitando una improvisada choza de latas, ellos solicitan a las autoridades una vivienda de emergencia, materiales de construcción y estanques con agua para higiene personal.
En los sectores de Pissis y Lloicura las situación es similar: se registran varios casos de familias con pérdida total.
Los vecinos sostienen que la mayoría de la ayuda ha llegado de parte de voluntarios particulares que solidariamente se han acercado con sus propios medios a asistir a las familias damnificadas con agua embotellada, víveres, enseres y fuerza de trabajo para limpiar los escombros que dejó el avance del fuego. Invisibles para los grandes medios de comunicación también son invisibles para las autoridades a las que hacen una urgente solicitud de ayuda.