La Historia del Teniente Tirso Montiel
[resumen.cl] Muchos han podido enterarse de las andanzas guerrilleras del Che Guevara por dos películas protagonizadas por Benicio del Toro y dirigidas por Steven Soderbergh: Che, El Argentino y el Guerrillero. La segunda de éstas trata sobre su fallida experiencia en Bolivia que a la postre le costó la vida. Lo que muchos no saben es que en este proyecto estaban involucrados un grupo de Chilenos, y que a pesar de la muerte del Che y las escasas posibilidades de éxito que habían tras estos sucesos, con un idealismo a toda prueba partieron a unirse a 5 sobrevivientes que aquel día que calló el Che Guevara, rompieron el cerco militar del ejército boliviano y los Rangers americanos.
Dentro de ese grupo de jóvenes había un teniente de carabineros que se desempeñaba en el puerto de Talcahuano, su nombre Tirso Montiel Martínez.
Tirso es lo que podríamos definir como el típico "Paco del Pueblo", figura hoy en extinción. De origen Chilote, Tirso ingresó a la escuela de carabineros desde donde fue destinado a nuestra zona, hombre bonachón y sensible cumplió una importante labor en lo que fue la creación de la Fundación Niño y Patria (1963), creando un hogar para niños de la calle en el sector de Lan B en Hualpén, uno de los primeros del país, que permaneció por muchos años y que hoy es un sitio de instrucción de carabineros.
Tirso Montiel murió en la guerrilla el año 1970 en el departamento de Cochabamba Bolivia, sus restos esperan aún ser encontrados y repatriados, tal como lo fueron los del Che Guevara hace unos pocos años.
La historia de Tirso nos muestra una figura de Carabineros totalmente distinta a la que poseen hoy. Desde el golpe militar la policía de carabineros pasó a ser una policía militarizada, instruidas bajo la doctrina de seguridad nacional se dedicaron a cumplir un carácter fundamentalmente represivo, perdiendo todo carácter de servicio público.
Antiguamente, antes que los dólares de Estados Unidos nos convirtieran a los uniformados en enemigos del pueblo, guardianes de los intereses de las transnacionales, los grandes grupos económicos y los políticos corruptos; antes de que les enseñaran a torturar y asesinar jóvenes como los hermanos Vergara Toledo, a degollar profesores como a Parada, Natino y Guerrero a desaparecer personas en Laja, Yumbel o San Rosendo; existieron hombres que vistieron uniforme que se caracterizaban por ayudar a la comunidad. En pueblos rurales les escribían las cartas a los campesinos analfabetos, de ellos recogían historias y leyendas que algunos publicaron, en este país. Existieron pacos escritores, como el paco Luis Rivano y pacos profesores también, aún en Lota existe la llamada popularmente escuela de los pacos.
Esperemos que algún día a este país llegue de nuevo la racionalidad, que termine esa cultura de odio y violencia, que los carabineros en vez de allanar, golpear y detener a niños y mujeres en las comunidades mapuche, se dediquen nuevamente a velar el sueño del niño inocente, el de la escuela municipal y el barrio marginal, protegiéndolo del narco que goza de tanta impunidad y condescendencia hoy en día.
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