Nadie duda de la importancia que tiene Hugo Chávez para todos nosotros y para muchas personas en el mundo. Es un líder brillante, histórico, que ha cambiado la faz política de Venezuela y el mundo. Chávez es referencia política para gente de izquierda y de derecha, bien sea para apoyarlo o rechazarlo. Su voz clara, sin cortapisas ni ambigüedades, es escuchada con atención en todas las latitudes. Por eso lo queremos tanto y nos incumbe todo lo que dice o hace.
…El presidente Chávez ha sido un crítico permanente de su propio Gobierno, en eso emula uno de los grandes aciertos de Fidel Castro: el ejercicio de la crítica hacia adentro. Pero es muy común en Fidel, cuando esto ocurre, hablar en primera persona del plural: "nosotros hemos errado". Siempre el principal responsable del barco es el Capitán, aunque parte de su trabajo es señalar las fallas de sus oficiales, pero nunca dejando de evidenciar las suyas propias. Así que con todo respeto y cariño, voy a transmitir al Presidente Chávez por esta vía (que ignoro si le es accesible) algunas de las críticas que escucho frecuentemente entre revolucionarios más bien timoratos, ya que no suelen hacerlas públicas. Las enumero:
1. Fallas de gerencia a la hora de escoger al personal. No sería corta la lista de equivocaciones en ese sentido. Pienso que aquí juega en Chávez una paradoja: una de sus grandes virtudes es la lealtad, por eso a veces pone el afecto por encima de otras consideraciones. En ese caso, la lealtad se convierte en amiguismo, y eso sí es un defecto.
2. Lo importante son los proyectos, no las personas. Muchas veces nuestro Presidente pareciera escoger a sus acompañantes en el alto gobierno sin exigir de ellos la presentación de un proyecto ejecutivo que se corresponda con los grandes proyectos nacionales. Ha habido ministros que hacen y dicen cosas que van a contrapelo de lo que Chávez y el pueblo quieren.
3. Excesiva sensibilidad ante la crítica. En estos días le habló en un tono de reclamo a Eleazar Díaz Rangel porque este hizo críticas al PSUV, nuestro partido. Pero es que son críticas que no las inventa Eleazar, sino que las escucha a cada rato por todas partes, tal como me ocurre a mí mismo. No basta con decir "Bienvenida la crítica", es necesario que el Presidente y las autoridades del partido la escuchen, la procesen e introduzcan correctivos.
4. Excesiva sobre-exposición mediática. El problema aquí es que el Presidente parece no haber contado ni con una estrategia comunicacional de largo aliento, ni con liderazgos alternativos en el alto Gobierno que tengan su nivel de credibilidad y confianza. Entonces se ve obligado a ser prácticamente un vocero múltiple. El problema con la sobre-exposición mediática es que la persona o el objeto sobreexpuesto tiende a convertirse en parte del paisaje y su audiencia a perder lo que es llamado "poder atencional". Se lo digo, querido Presidente, sus discursos ya no cuentan con el mismo "raiting" que tenían al principio. Usted debería reservarse solo para los grandes temas, y delegar más en otras vocerías.
5. Finalmente, Presidente, un defecto que no es tan suyo como de su Gobierno, aunque algunos piensan lo contrario: el verticalismo. Hay que dejar que la creatividad de la gente termine de eclosionar y extenderse. Usted ha insistido mucho en eso, pero algunos que están cerca de Usted parecen no escucharlo. El nivel de burocratismo es muy alto y se frena por todas partes el crecimiento de la participación popular. A veces pareciera que hay como demasiados reyezuelos. El problema es que Usted ha enseñado al pueblo en el sentido de no ser súbditos de nadie. El burocratismo conduce a la ineficiencia, y si no se le frena, conducirá al desencanto y la decepción.
Las virtudes y aciertos de Chávez superan infinitamente a sus defectos y errores. Debemos estar agradecidos de contar con su capacidad, su tesón, su honestidad, su liderazgo de altos quilates. Pero lo cortés no quita lo valiente. Al Presidente le diremos siempre lo que pensamos, porque lo queremos demasiado, y es demasiado importante para nosotros, como para estar adulándolo sólo por sacar provecho personal.