Los condenados, al momento de los hechos, eran funcionarios de la Primera Comisaría de Carabineros de Santiago; el teniente Nicolás Andrés Neira Durán y al cabo segundo Gustavo José Andrés Ferrada Vásquez.

Por Florencia Inostroza Escobar

Después de que la Corte de Apelaciones de Santiago anulara una primera condena por el mismo delito el pasado 12 de junio, el Cuarto Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Santiago dio por acreditadas nuevamente las agresiones, condenando por torturas a los funcionarios policiales, Nicolás Neira y Gustavo Ferrada, quienes fueron declarados culpables de forma unánime por los magistrados tras 4 años de impunidad.

Los hechos se habría producido el 31 de enero de 2020, al interior del Metro Universidad de Chile, donde los miembros de la policía uniformada condenados, junto a otros funcionarios, persiguieron e interceptaron a la víctima, agrediéndolo con golpes de pie en su nariz, para luego atacarlo con su bastón de servicio.

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Ademas de ello, tras detenerlo y esposarlo, lo llevaron a la salida de dicha estación de Metro, amenazándolo y agrediéndolo a través de una serie de torturas, entre estas; asfixias intermitentes.

Lo anterior le provocó a la víctima diversas fracturas, entre otras lesiones, las que quedaron registradas en el testimonio del personal médico de urgencia que lo atendió, además de los informes clínicos emanados tras su primer tratamiento. Estos actos de violencia hacia el joven, cometidos por los funcionarios de Carabineros, fueron considerados por el tribunal como constitutivos del delito de torturas.

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La condena se sustentó en la evidencia suministrada por los querellantes durante el juicio, el Ministerio Público y el Instituto Nacional de Derechos Humanos. A su vez, fue fundamental el testimonio del afectado, el que terminó siendo coincidente con el relato de los testigos y las pruebas médicas.

La sentencia definitiva será comunicada el próximo lunes, lo que otorgaría un grado de justicia a la víctima de torturas perpetradas por los carabineros luego de 4 años de espera por una condena contra sus agresores.