Los empleados de los principales transportes urbanos han prolongado la huelga del martes y el jueves por otras 24 horas, en protesta por las nuevas medidas antipopulares aprobadas anoche en el Parlamento.

La decisión de continuar con el paro laboral fue anunciada en sendos comunicados por los sindicatos de los empleados del metro y tranvías, así como de los conductores de taxis, que están de huelga desde el lunes en protesta por la liberalización de su profesión.

De los transportes urbanos, este jueves circulan solo algunos autobuses, trolebuses y algún tren suburbano, por lo que se formó una grave congestión vehicular en los principales accesos a la capital y en el centro de la ciudad.

En huelga siguen también los empleados de la sociedad pública de electricidad (DEI), cuya privatización es inminente. Por la mañana sindicalistas de GENOP DEI, sindicato mayoritario de la empresa, ocuparon la sede de la compañía, en protesta contra el previsto aumento de los precios de electricidad.

El doloroso paquete de medidas antipopulares aprobado entre gallos y medianoche el miércoles por un voto muy ajustado contiene disposiciones «exigidas» por la tríada de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo para continuar con la ayuda financiera destinada a salvar los beneficios de los dueños de bancos griegos.

Entre otros, se ha aprobado el despido de unos 25.000 funcionarios hasta final de 2013, aún mayor «flexibilización laboral», léase facilidades para el despido, reducciones de pensiones y el copago sanitario. Los únicos que no copagan son los banqueros, para ellos no hay recortes.

Durante la jornada del miércoles, la segunda de la enésima huelga general, entre 70.000 personas, según la Policía, y 200.000, según la oposición, abarrotaron la Plaza Syntagma, donde se ubica el Legislativo, en una manifestación en protesta contra las medidas antipopulares que derivó en disturbios y enfrentamientos luego de que la policía comenzara a reprimir.