VIH: Mitos, datos, transmisión y responsabilidades públicas de esta emergencia en Chile

En Salud

Por Alejandro Baeza

La salud pública en Chile tiene muchas falencias, como cualquier usuaria o usuario de ésta puede saberlo. Sin embargo, existe una verdadera crisis, una emergencia, en nuestro país: las impresionantes cifras de VIH (+) que ponen a Chile en la lista de las tasas más altas de transmisión en América Latina y a nivel internacional. Los motivos, como todo fenómeno complejo, se explican con múltiples factores, no obstante, dadas las evidencias es posible aseverar que, básicamente, responde a la falta de interés del Estado en educar a la población para desarrollar una sexualidad placentera y responsable.

Cifras: Población en riesgo y transmisión

La semana pasada el Ministerio de Salud confirmó que durante 2018 se detectaron 6948 nuevos casos de VIH (+) en el país, 1132 más que en 2017, sumadas a las 61 mil personas ya detectadas hasta 2016, aunque según estimaciones del mismo MINSAL, la cifra total debe rondar a los 100 mil casos. Según datos de ONU Sida, sólo el 53% de estos está recibiendo tratamientos requeridos como la triterapia. El organismo estima además, en este mismo informe, que 90 niños se infectaron VIH debido a la transmisión de madre a hijo.

Puntalmente, los grupos con mayores índices de transmisión en Chile son:

  • Trabajadoras sexuales, con una prevalencia del 1,1%
  • Hombres gays y otros hombres que tienen sexo con hombres, con una prevalencia de VIH del 20.3%
  • Presos, con una prevalencia del 0,4%.

Particularmente preocupante es que los nuevos casos de VIH han aumentado en un 35% y las muertes relacionadas con el SIDA han aumentado en un 34% desde 2010 a la fecha.

Casos confirmados de VIH (+) en Chile 2010-2017 | IPSUSS

Cabe señalar que la forma más fácil de transmisión es a través del sexo con penetración anal, pues con esta práctica se rompen muchos vasos capilares, esto debido a que el ano tiene una serie de vasos e irrigaciones, paredes blandas diseñadas para eliminar excrecencias, por lo tanto la posibilidad de que pueda haber rupturas es significativamente mayor. Por el contrario, las relaciones sexuales entre mujeres representan el menor riesgo. En relaciones con penetración vaginal hay que tener cuidado cuando hay sangrado, sexo violento, rompimiento del himen o alguna secreción, cualquier ruptura de capilares puede hacer que el virus ingrese más rápido al organismo, por tanto aumentar el riesgo de transmisión.

Región del Biobío

Desde la SEREMI de Salud, revelan que en nuestra región aumentó de 306 casos en 2014 a 403 nuevos casos detectados en 2018. «Sólo en el sistema público de salud se registran del 2010 a la fecha, más de 2.430 personas con VIH/Sida, de las cuales un bajo porcentaje, cercano a los 180 casos no recibe tratamiento retroviral por decisión propia» consiga Diario Concepción, y además agrega que «Del total de contagiados [SIC], la mayoría de los casos se concentran entre los 20 y 30 años, con tasas de 30,9 a 102,8 casos por cada 100 mil habitantes».

Coronel y Curanilahue son dos comunas en la región con alta tasa de transmisión (esta última fue bautizada a finales de los 90 por la prensa como «la capital del sida en Chile»). En ambas, el índice de casos aumentó desde el cierre de las minas del carbón, principal actividad productiva e históricamente identitaria de estos territorios, que además provocó altísimos índices de desempleo y reconversión forzosa, que se tradujeron también en aumento de los niveles de alcoholismo y depresión. Ante este escenario, se hace preciso realizar estudios sociológicos que permitan establecer la relación entre estos elementos y el rompimiento del tejido social tras el cierre de las minas, lo que podría arrojar resultados más esclarecedores sobre esta temática en particular.

Desinformación, irresponsabilidad y despreocupación del Estado como responsable de la explosión de transmisiones

El mayor arma para combatir el aumento del VIH es la educación. No solamente en el uso adecuado de preservativos, sino en la formación de personas que sean capaces de desarrollar una vida sexual y afectiva responsables.

Al respecto, María José Montenicos, matrona, en conversación con Resumen y ante la pregunta de la principal causa de transmisión señaló que «El diagnóstico es bien compartido en general y tiene que ver con la falta de políticas públicas educacionales. Si te das cuenta el rango etario donde están más altas las es en la gente de 18 a 28 años y tiene que ver con papás ignorantes en esta materia que no tuvieron educación sexual, ya sea por el conservadurismo en general, por la derecha, por la Iglesia o la dictadura, pero son generaciones ignorantes en este aspecto»

Quienes rondamos los 30 años podemos recordar ese intento de realizar educación sexual en las escuelas a mediados de la década de los 90, las llamadas «Jornadas de Conversación en Afectividad y Sexualidad» o JOCAS, que si bien eran del todo insuficientes, implicaron «algo» de educación en el tema, sin embargo fueron duramente aportilladas por la derecha política y la Iglesia Católica. Por otra parte, el año 2003 el gobierno impulsó una campaña publicitaria que pretendía fomentar el uso del condón como método de prevención, que fue nuevamente atacada por estos mismos sectores, hasta el punto en que los canales de televisión abierta con cobertura nacional Mega, UCV y Canal 13 (Un empresario Opus Dei dueño del primero, mientras los otros dos ligados a universidades católicas) decidieron restarse de ésta. Campañas menos intensas se han realizado -siempre sorteando las trabas que imponen estos grupos-, la última en 2015, por lo que hay toda una generación que no ha tenido acceso a ningún tipo de formación en la materia a través de campañas masivas en los medios, población joven que es precisamente la que lidera el índice transmisión por cohorte etario. ¿Coincidencia?, probablemente no.

María José nos comentó al respecto que «los jóvenes de 14 a 18 años son súper ignorantes en el área, es una generación educada en base a Instagram y pornografía, que es como su espacio de sexualidad. Entonces están llenos mitos y lo que saben, lo saben mal. Que de repente adolescentes ya grandes me pregunten ‘¿me puedo poner dos condones?’ es una brutalidad, ahí te das cuenta que lo que uno puede pensar que es algo tan básico que deben tener asociado, que das por sabido, te das cuenta que no, lo que demuestra que hay una falta de educación en general que es culpa del Estado, porque más allá de las presiones que puedan hacer algunas religiones, es responsabilidad del Estado preocuparse por las políticas públicas (…) Si un cabro te pregunta si puede usar dos condones demuestra que claramente no tiene idea cómo usarlos y aumenta el riesgo de transmisión de ETS y embarazos no deseados, pero cuántos de nosotros evidenció alguna vez una muestra de cómo se usa un condón en nuestros colegios o en nuestra casa, yo creo que ninguno, y esto debiese estar tan integrado, tan naturalizado, tan parte del día a día, porque en el fondo el sexo es como comer y no está así de naturalizado. El Estado que no ha establecido lo que quiere de la educación y lo ha dejado al libre ejercicio de grupos privados y religiosos, o los políticos que ponen una y otra vez trabas para avanzar en políticas públicas que sean menos conservadoras y que sean más amplias.»

Sin embargo, el mal uso del condón no es restrictivo a la población más joven, pues malas prácticas como ponerlo solamente momentos antes de la eyaculación son bastantes extendidas y generan una falsa sensación de protección, cuando la forma correcta es utilizarlo antes de cualquier penetración y no cuándo ésta ya ha iniciado.

Actualmente vivimos una emergencia en la materia, por lo tanto se hace urgente tomar cartas en el asunto ya, tales como: campañas de promoción de uso de condones, incentivar A LOS HOMBRES a ir a buscarlos a los consultorios (que son de muy buena calidad a pesar del mito popular al respecto) además de subsidiar el precio para hacerlo más accesibles al público que más los necesitan, los jóvenes menores de 25 años, quienes además son la cohorte etaria sexualmente activa con menor poder adquisitivo. Esto, considerando que en promedio el costo de la caja de 3 condones va desde los 2.500 a los 3.000 pesos, unos 4,5 dólares, mientras que en Cuba, país de Latinoamérica con políticas tan avanzadas en la materia que darían para otro artículo y que logró según la OMS en convertirse en el en el primer país del mundo en eliminar la transmisión maternoinfantil del VIH, el valor de la caja de 3 preservativos es de tan sólo 4 centavos de dólar.

Por otro lado, es necesario informar que a partir del 1 de febrero se determinó por decreto que los condones «vendidos, importados y manufacturados en Chile están siendo incorporados al régimen de control sanitario establecido en el artículo 111 del código sanitario.» según consigna también el Diario Concepción.

En esta materia, María José tiene una opinión clara: «¿En qué lugar puedes acceder a llevarte condones sin ningún problema? De hecho en Chile ni hay planes que incluyan a los hombres a que vayan a buscar métodos anticonceptivos. Las mujeres se hacen cargo de su sexualidad, van a pedir pastillas u otro método. Así que debería educarse a que los hombres tienen que ir permanentemente a buscar sus condones y aprovechar de conversar con la matrona de manera que puedan tener conocimiento respecto a las cosas que tienen dudas. En el fondo tiene que ver con desarrollar una sexualidad que sea placentera , que sea sana y que sea natural.», declaraciones que dan cuenta de cómo las diferencias culturales de género pueden ser un elemento que propicia la transmisión del VIH.

Diferencia cultural también generacional, donde aplicaciones como Tinder generan una suerte de catálogo de personas, facilitando el encuentro, pero sin conocer realmente con quien se está involucrando. Asimismo es necesario tener en cuenta la cultura «zorrona» en que hombres se vanaglorian de la cantidad de encuentros sexuales que son capaces de sostener, o la cantidad de parajes sexuales que pueden mantener simultáneamente, y que muchas veces desligan el carácter de respeto hacia la persona con quien estas viviendo un encuentro sexual, y por ende, sin tener consideración hacia la salud de éstas.

Políticas a largo plazo que el Estado debe implementar desde ahora

Además de estas medidas inmediatas, es necesario que el Estado decida qué tipo de políticas públicas quiere realizar y proyectarlas a largo plazo. En este sentido es de vital importancia la formación de profesionales con las herramientas y competencias necesarias para llevar adelante esta tarea, particularmente quienes tienen mayor cantidad de horas de contacto con los jóvenes: Los profesores y las profesoras.

«En la universidad no se forman con una mirada de sexualidad integral, muchos tienen vergüenza y como que efectivamente muchos prefieren no tener herramientas. Yo creo que hay dos salidas, o se capacita a los profes para que sean capaces de enseñar, que es más a largo plazo, o se utilizan otro tipo de profesional. Por ejemplo, hoy día las matronas están súper capacitadas para poder estar educando, bueno y eso es otro tema, muy pocos colegios tienen matronas, cuando es tan necesario como una psicopedagoga u orientadora, para que los niños tengan un apoyo real en base a la ciencia en este tipo de cuestiones.» Nos comenta la matrona María Jesús Montecinos.

Ahora bien, ¿a qué edad debería comenzar la educación sexual? Esta es una pregunta que probablemente los lectores y lectoras se estén haciendo. Por norma, en Chile debiese comenzar -en los casos en que sí se aplica- en séptimo básico, siendo que en la mayoría de los países que tienen mejores índices que nosotros, comienza desde los 5 años, donde se trabaja en naturalizar la sexualidad y la afectividad en los seres humanos. Hay que considerar que en algunos sectores hay niños de 14 o 15 años en séptimo u octavo, con un inicio de la vida sexual incipiente o que derechamente ya ha comenzado, por lo que es una política absolutamente tardía.

Según estimaciones hechas por las autoridades de salud en el Ministerio, cerca de 50 mil personas son portadoras sin saberlo, por lo que una de las misiones más urgentes es poder localizarlas, darles tratamiento requerido y que en alguna medida no sigan transmitiendo.

En este marco de urgencia es que el gobierno decidió la implementación de test rápidos para detección de VIH, pero que es otra política pública puesta en marcha sin la planificación correcta, pues no existió la difusión necesaria, información a la población y capacitación a profesionales «porque para poder aplicarlo debes tener profesionales que sepan del tema, no se le puede decir a una nutricionista o a un profesor que aplique el test, tiene que ser una persona capacitada porque si te llega un VIH (+) igualmente más allá de lo técnico y profesional de sacar sangre, tiene que ver cómo te guía y cómo te acoge, cómo contender y como canalizarlo en términos legales porque hay que ingresarlo al ISP (Instituto de Salud Pública), hay que empezar a hacer una serie de pruebas que son al menos tres más, por lo tanto todo esto es una burocracia más o menos para que sea atendida y reciba los medicamentos que corresponden para que pueda llevar una vida normal de una persona enferma crónica. Entonces eso no es llegar y hacerlo porque el gobierno entregó, por ejemplo, 5 mil test para cada ciudad pero nadie con la capacitación efectiva para hacerlo. Las matronas ya tienen las agendas copadas, no dan abasto en el sistema de salud pública, está colapsada porque tampoco hay inversión para contratar profesionales por la cantidad de horas que se necesitan, entonces ¿qué pasa con esos test? muchos no se han podido tomar, porque no se puede sacar a una matrona que está viendo control ginecológico, que está atendiendo a las embarazadas, cáncer de mamas, cáncer cérvico uterino, un montón de cosas, para que se salgan de sus labores que está viendo por obligación y vaya tomar test rápidos. Entonces aquí hay un tema más que nada de recursos humanos que el gobierno no financió más allá de decir ‘compren los test y apliquen’.» puntualizó Montecinos.

Además es necesario tener en cuenta que como la aplicación de estos tests, al realizarse a través esencialmente de los CESFAM u otros centros de salud municipales, su efectividad depende en gran medida de la gestión que realice cada administración municipal, por lo que genera resultados dispares entre una comuna y otra. Por ejemplo, en Talcahuano, el municipio ha hecho un muy mal trabajo, nadie sabía si habían llegado los tests o cómo se iban a aplicar, relataron funcionarias de la red de salud de la comuna, «nadie tenía idea, el trabajo ha sido nulo» señaló una trabajadora que no quiso revelar su nombre, afirmando que tanto funcionarias y funcionarios como los mismos usuarios no manejaban información. Por otro lado, municipios como el de Iquique han realizado una buena labor en la materia, pues ya están prácticamente todas las matronas capacitadas y los tests están efectivamente implementándose.

«En el Gran Concepción en general hay profesionales muy técnicamente capacitados, pero como que les cuesta ir a las urgencias sociales, porque hoy el VIH es una urgencia, una urgencia terrible, tenemos índices de aumento disparados, casi a niveles de países africanos.» Nos puntualiza María José Montecinos.

Lamentablemente estos datos son tratados de manera poco profesional y poco responsable en algunos casos por nuestros representantes que instalan mitos que poco ayudan al combate a este problema, como lo sucedido por el exalcalde de Coronel y actual diputado por la zona, quien es integrante de la autodenominada «bancada evangélica», Leonidas Romero (RN), quien dijo que el aumento de las tasas de transmisión del VIH respondía al aumento de inmigración, declaración que no tiene relación con la realidad, pues este aumento se da principalmente en las cohortes jóvenes, en donde países de quienes están inmigrando presentan niveles de aumento de transmisión más bajo que el nuestro. «Colombia o Venezuela tienen una lógica cultural distinta, donde sí se realizan controles sanitarios y los índices de VIH son significativamente menores a Chile» concluye la obstetra María José. En la Región del Biobío sólo el 1,4% de los portadores corresponde a inmigrantes, o visto de otra forma «sólo el 0,003% de la población migrante presente en la zona tiene VIH, respecto a la población general de la Región» como señaló el SEREMI de la cartera, Héctor Muñoz.

Finalmente, como conclusión, no hay que dejar nunca de hacer campañas, pues la transmisión del VIH se puede controlar. Al menos así lo demuestran las experiencias en otros países, ya que si bien existen muchas formas de prevenir, la forma más efectiva es a través de la promoción del uso de condones, principalmente hacia los hombres (especialmente si practican sexo anal) e inculcar en ellos que deben hacerse responsables de su bienestar así como el de sus parejas. Se debe entonces trabajar en naturalizar el sexo con condón, para tener una sexualidad y vida afectiva placentera y responsable.

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