Por Jeza Goudi / El Salmón Contracorriente
Desde hace más de dos años y medio, Vio.Me, una fábrica en Grecia recuperada pos los trabajadores, produce detergentes y jabones naturales en una fábrica abandonada por sus dueños en junio 2011. Hoy, es un proyecto en peligro bajo la amenaza de desalojo.
Ubicada en las afueras de Tesalónica, la fábrica Vio.Me. producía entonces pegamentos y aislantes y era filial de la empresa Philkeram-Johnson. La fábrica recuperada por los trabajadores es una referencia en las luchas sociales en Grecia y una muestra de dignidad en medio del azote de la crisis: la autogestión del trabajo y la recuperación del tejido productivo como alternativa a la precarización y la pobreza. Actualmente ya cuenta con 22 trabajadores.
En junio de 2011, en el apogeo de la crisis griega y tras severos problemas de impagos a empleados, la familia Fillipou, dueña de la empresa, desaparece de Vio.Me. Numerosas irregularidades han sido demostradas y certificadas por un estudio encargado a la auditoría Deloitte. Endeudar a una empresa para lucro personal o traspasar dinero de la filial, que era perfectamente sostenible, a la empresa matriz fueron algunas de las causas de la bancarrota de Vio.Me. El cierre de la fábrica dejó a 70 personas sin trabajo. Dada la situación en Grecia, con una tasa de desempleo por encima del 27%, ese abandono de la empresa significaba dejar sin recursos a todas esas familias.
Los trabajadores decidieron entonces ocupar la fábrica para bloquear la venta del material en stock hasta que hubiese garantías de que les pagaran lo que les debían. Nadie intentó recuperar ese material, que aún está ocupando una parte del almacén de la fábrica. Cuentan los mismos trabajadores que después de reunirse con un trabajador de una fábrica recuperada de Argentina, decidieron hacer lo mismo, es decir retomar la producción pero en sus manos. Seguir la fabricación de pegamento requería de una inversión inicial que no tenían y decidieron pasarse a los jabones y productos de limpieza naturales con la idea de hacer un producto de calidad que además fuera asequible para todos los hogares. La producción se inicia en febrero de 2013 y con ella la odisea de los trabajadores para legitimar la recuperación de la fábrica y legalizar sus productos. Un importante paso dado en este sentido fue el intento de formar una cooperativa, que se formo finalmente en 2014 después de superar los obstáculos burocráticos.
Otra manera de organizar la producción y el comité de solidaridad
La producción y la gestión de la fábrica la dirigen los trabajadores de forma horizontal en asamblea. Trabajan sólo hasta las 3 de la tarde para poder conciliar la vida familiar y entre ellos se respira un buen ambiente. En una de mis visitas a la fábrica, no pude menos que emocionarme cuando todos los trabajadores pararon lo que estaban haciendo para rodear a uno de ellos y felicitarle por su reciente paternidad. Los trabajadores han dejado de ser números en las bases de datos de algún ordenador contable. La vida es importante en Vio.Me.
No obstante, sacar la fábrica adelante no es un trabajo sencillo. Aunque cuentan con bastante apoyo social, los litigios a los que les someten los dueños y el resto de ex-trabajadores azuzados por los poderes políticos y económicos, van minando las finanzas de la fábrica. Tampoco ayuda el no poderse legalizar y poder distribuir el producto sólo por centros sociales, mercados sin intermediarios (muy abundantes en Grecia) y directamente al consumidor. Estrategias como la de el "socio solidario", en la que se paga una cantidad al año por una serie de productos fijos, garantizan una cierta venta. Después de la formación de la cooperativa han podido lanzarse a la exportación, via estructuras solidarias, a Alemania, Austria e Italia, pero todavía esperan la legalización con la que la distribución aumentaría.
Alrededor de la fábrica se reúne un comité de solidaridad formado por distintas organizaciones y personas que sensibilizan sobre la situación en su entorno, ayudan en la distribución de productos y debaten con ellos cuestiones políticas y legales como la organización de marchas o manifestaciones, eventos solidarios para recaudar fondos, etc. Más allá del comité de solidaridad, el grupo de solidaridad se extiende por todo el país y los productos naturales de Vio.Me llegan ya a muchos hogares. El comité de solidaridad también facilita la proyección internacional de Vio.Me, ayudando a generar red con otras fábricas recuperadas de Europa o Turquía o con las de Sudamérica. Figuras de la talla de Naomi Klein no solo han visitado el proyecto, sino que son firmes defensoras de éste.
Los partidos políticos y los sindicatos
Algunos miembros de Syriza han mostrado su solidaridad con el proyecto, sin embargo, el apoyo de este partido ha ido disminuyendo a medida que iba aproximándose al poder, para quedar en que, de facto, han delegado la prometida solución a un sistema judicial que en Grecia falla casi siempre en favor del capital y no de las personas. El partido comunista (KKE) no quiere ni oír a hablar de la fábrica autogestionada e incluso ha impedido que se realizaran proyectos de este tipo en otras fábricas convenciendo a los trabajadores, a través de los sindicatos que dominan, de que eso no podía funcionar. Otros partidos más pequeños, tal vez no le prestan la atención que merece, demasiado enfrascados en solucionar sus múltiples problemas internos.
Por otro lado, todos los gobiernos han tratado de ahogar la iniciativa a base de costosos juicios e inmensas distracciones y dolores de cabeza que van más allá de la mera producción. Si bien el desalojo podía haber generado una ola de solidaridad entre una red que ya se extiende por toda Grecia como símbolo de lucha y dignidad, y tal vez una nada conveniente ola de réplicas, era seguro que se evitarían todo eso si lograban demostrar que el proyecto no era viable, si los trabajadores no podían sacar la producción y la distribución adelante. Pero claro, llenando el camino de piedras y barreras para que no pudieran hacerlo.
La actualidad: el inminente desalojo
Durante años, Viome ha luchado por constituir una cooperativa para poder comercializar legalmente sus productos, pero ello ha sido imposibilitado en primer lugar por la propiedad del terreno de la fábrica y más tarde por el proceso de bancarrota de la empresa matriz, Filkeram, que abre la posibilidad de una subasta pública del terreno que ocupa, una octava parte del cual representa la fabrica de Vio.Me. Se da la circunstancia de que parte de esos terrenos eran estatales, y fueron cedidos a la familia Filippou en agradecimiento a la creación de empleo que supondría la fábrica. Empleo por el que han demostrado muy poco apego y compromiso: La fábrica podía haber sido salvada pero los dueños aprovecharon la situación para su lucro personal. Los trabajadores reclaman la expropiación por parte del estado del terreno de Vio.Me, que está situado además en un lateral que no molestaría la subasta del terreno restante, y su cesión a la cooperativa de trabajadores para seguir con la autogestión de la empresa, como alternativa para no caer en el desempleo y la precariedad. Para presionar, han hecho, como en otras ocasiones, una llamada a la solidaridad internacional y avisan «no vamos a permitir el desalojo de Vio.Me».
El actual gobierno, igual que los anteriores, por su acción o por su inacción se hace cómplice de los intereses que intentan acabar con el proyecto por la vía judicial. Pero no saldrá bien, porque la solidaridad, como el corcho, flota con más fuerza cuanto más se trata de hundirla.
Jeza Goudi. Plataforma de la Auditoria Ciudadana de la Deuda Barcelona
Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?Vio-Me-la-fabrica-recuperada-en