Movilizados
El mes de mayo se asemejó más a una primavera que al otoño que en realidad es, ha sido un despertar de la movilización social en Chile y especialmente en nuestra región, por diversas razones, sucesivas manifestaciones han recorrido las calles de las principales ciudades, primavera social que florece no sólo en las calles, más bien emerge en la convicción de hombres y mujeres cansados del sistema neoliberal.
Ya sea por el rechazo al proyecto HidroAysén, ejemplo de la especulación financiera, el real enemigo del medioambiente; o por la reconstrucción de nuestra región y el aprovechamiento que a razón de ello se quiere hacer, veamos la polémica por la concesión de la Ruta 160, o las aldeas y su reasentamiento (Dichato es el mejor ejemplo); o la defensa de los derechos sociales, ya sea los de los estudiantes y su lucha por la educación pública de calidad; o el apoyo a los derechos humanos de los mapuches encausados injustamente por el Estado chileno, razones no faltan.
Este puede ser el inicio del fin para los políticos, empresarios y sus contubernios, ya lo atisba la encuesta Adimark, que dice claramente que el pueblo no le cree al gobierno de los empresarios. El debate está en los caminos que estos movimientos emprenderán, ¿serán movidas ciudadanistas, que tarde o tempreano terminan negociando reformas con el sistema político através de sus partidos o agencias del Estado?, ¿o puede que constituyan fuerzas autónomas con potencial político que tenga vocación de un cambio real de sistema económico, social y político?
En la región se demuestra que ese movimiento asoma la cabeza con sentido de radicalidad democrática, identidad territorial y apuesta por la defensa de los derechos sociales de manera inclaudicable, de eso nos habla la lucha de los trabajadores portuarios de Lirquén y la estrategia de ruptura a través de la unidad de los sindicatos del área exportadora, esperanza para todos y todas.