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Resumiendo

Un paso más

Este año que ya termina tuvo similares características a lo que vivimos durante el año 2011. Si bien la movilización social no alcanzó los niveles de amplitud, masividad y continuidad que el año anterior, lo cierto es que éste estuvo marcado por constantes manifestaciones a lo largo del territorio.

A comienzos de año fue la población de Aysén la que se alzó en demanda de soluciones para los problemas de diversa índole que afectaban a la comunidad y se organizaron en el Movimiento Social de Aysén para representar sus exigencias al gobierno central. Como siempre ocurre, la respuesta del gobierno fue sordera, manipulación mediática y represión; solo después de dos meses de duras confrontaciones, los gobernantes se avinieron a dialogar y proponer soluciones a las demandas de los patagones.

Pero Aysén no fue más que el comienzo, o más bien la continuidad de lo que venía ocurriendo desde antes en el país. Luego fueron los ciudadanos de la nortina comuna de Freirina quienes se levantaron contra el atropello empresarial que, con las gigantescas plantas faenadoras de cerdos que han instalado en la zona, arruinan la calidad de vida de los habitantes y las condiciones medioambientales. Siguiendo su natural costumbre, el gobierno mandó a reprimir las manifestaciones populares y restablecer el sagrado orden público para que se continuara haciendo la voluntad del empresariado; recién, luego del fracaso de la respuesta represiva, los gobernantes debieron negociar una solución con los ciudadanos, hoy continúan en lucha.

El freno a la voracidad empresarial también estuvo puesto por las constantes movilizaciones de los habitantes de comunidades afectadas por la amenaza de instalación o por el efecto de la instalación de plantas generadoras de energía. Tal es el caso de Aysén, de Panguipulli, de Coronel, Laraquete, Castilla, Ventana y Quinteros, por mencionar los lugares que más se han movilizado. Algunas de estas luchas tuvieron un saldo positivo puesto que sendas resoluciones judiciales fallaron poniendo un alto a los mentados proyectos, como en Castilla y Laraquete, o fallaron en favor de los ciudadanos. En otros casos, la movilización social continúa para impedir se consumen verdaderas catástrofes para los habitantes de los territorios afectados y para el país.

De igual modo, la movilización del sector estudiantil se mantuvo durante este año como telón de fondo de las manifestaciones sociales. Si bien, las movilizaciones fueron menos amplias y masivas que el 2011, de todos modos el movimiento estudiantil siguió levantando las banderas de la educación pública, gratuita y de calidad, junto a reivindicaciones específicas de sus sectores. El déficit sigue siendo, la falta de una expresión política madura y propositiva, que le de continuidad al movimiento y le vincule de modo natural a los sectores populares o ciudadanos que también se movilizan.

En la Araucanía, el movimiento mapuche se mantiene desarrollando una intensa y permanente actividad. Ya sea en sus demandas de recuperación de tierras, o en sus exigencias de ser reconocidos como nación, o en la defensa de sus derechos ancestrales y culturales, o en la defensa de sus hermanos reprimidos y encarcelados por el aparato gubernamental y represivo, los mapuches no han cejado de levantar sus demandas y de movilizarse en pos de ellas.

El gobierno y la clase política, por su parte, han mantenido las características nefastas de su nueva forma de gobernar. A la represión, sordera y manipulación mediática como método de enfrentar los reclamos ciudadanos, han sumado mecanismos de manipulación de datos para tratar de torcer la porfiada realidad hacia cifras que le resulten cómodas para engañar a la población y favorables a sus mezquinos afanes políticos. Estas prácticas manipuladoras sufrieron serios reveses en el plano judicial puesto que se derrumbó el montaje del caso bombas, y las acusaciones contra los comuneros mapuches, una y otra vez, se desinflan en los tribunales.

Ante el fracaso de la represión, la manipulación y la judicialización de la protesta social, al gobierno y la clase política no le queda más que refugiarse en las elecciones para tratar de salir del paso y distraer la voluntad ciudadana. Sin embargo, a juzgar por los resultados, el primer ejercicio electoral no les resultó  muy alentador en cuanto a elemento distractor; nada hace presagiar  algo distinto en el ejercicio del año venidero. La situación general demuestra que los chilenos ya tienen claro que la forma de avanzar en la conquista de sus demandas es mediante la organización y movilización propias. Este parece ya un paso consolidado. Y esta tendencia lo más probable es que continúe acentuándose en el futuro, a pesar de los afanes de la clase política y gobernantes.

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