Resumiendo
La conmemoración de este 1° de Mayo ha estado precedida por el ambiente de agitación y creciente movilización social de los sectores trabajadores. En este último tiempo los trabajadores del cobre, los trabajadores portuarios, los pescadores artesanales, los tripulantes pesqueros, entre otros sectores sociales, han protagonizado importantes movilizaciones y logrado significativos avances en sus luchas.
Lo cierto es que los trabajadores en particular y la ciudadanía en general, se hartaron de las manipulaciones mediáticas del gobierno y de los embauques concertacionistas. Las organizaciones sociales, sindicales y gremiales, ya no se quedan en la formulación de sus reclamos ni se conforman con la denuncia de sus demandas, sino que se movilizan y articulan exigiendo soluciones a los problemas que los afectan. Esta tendencia es una clara demostración que la demagogia, la manipulación mediática y la política de circo con que la clase política acostumbra a desenvolverse y manejar el país ya no le resulta suficiente. Tampoco resultan suficientes los amedrentamientos y chantajes empresariales, que ante cualquier movilización amenazan con la crisis, la cesantía, el caos, el Apocalipsis y las penas del infierno. Ni basta con el despliegue de pertrechados contingentes policiales represivos que no escatiman en fuerza, violencia y maldad para castigar a los ciudadanos movilizados.
La ciudadanía y los trabajadores ya no compran huevos, ni se dejan engañar con espejitos de colores, ni se atemorizan con los demonios del mal; por el contrario, a pesar de las maniobras y acciones de los dueños del sistema dominante, la población demuestra que con su organización y movilización consigue avances reales en sus demandas. La lógica del negociado y el engaño, conque habitualmente gobernantes, empresarios y políticos manejan los conflictos, ya no es tan fácil de imponer. Y es natural que así sea. El modelo económico, se torna cada día más abusivo, más cruel, más explotador; pero eso lo convierte al mismo tiempo, en más intolerable para la ciudadanía y los trabajadores que sufren las consecuencias de un sistema aberrante. Importantes sectores de la población, sea por los efectos depredadores o expoliadores del modelo (como en Coronel o en Freirina, por citar solo dos ejemplos recientes), se ven afectados directamente en la continuidad de sus vidas; el modelo no afecta solo su calidad de vida, sino que atenta directamente contra la continuidad del sistema de vida de las personas, de las familias, de la comunidad en su conjunto.
Estas situaciones en nuestra zona están expresadas no solo por el drama provocado por la extinción de la sardina y la anchoveta que lleva a la movilización de los pescadores y tripulantes pesqueros de las caletas del borde costero, sino en las movilizaciones de pobladores afectados por la fraudulenta reconstrucción, de agricultores y campesinos de la cuenca del Itata (afectados dramáticamente en sus sistemas productivos por las nefastas consecuencias contaminantes de la Celulosa instalada en su entorno), de trabajadores de la salud y, una vez más, del movimiento social por la educación que ha vuelto a protagonizar una de las movilizaciones más masivas de los últimos años con la demanda por una educación pública, gratuita y de calidad.
El sistema político y económico dominante está siendo puesto cada vez más en evidencia por la cruda realidad que no pueden disimular las manipuladas cifras y las interesadas encuestas.
Por otra parte, la clase política sigue dando un espectáculo decadente y deprimente. En el Congreso, un diputado estafador y condenado por malversación de fondos públicos es designado como vicepresidente de la Cámara de Diputados; este hecho refleja el desprecio que los políticos del Congreso tienen por la función pública en la que han sido puestos por la ciudadanía.
La acusación constitucional contra el ex Ministro de Educación, Harald Beyer, significó un duro revés para la clase política. Los unos porque no pudieron impedir su destitución; los otros porque se vieron obligados por la presión social a sancionar la destitución de Beyer, reconocido impulsor y defensor del negocio educacional. Ambos sectores no pudieron evadir hacerse cargo de la demanda social que reclama el fin al lucro, ni pudieron eludir las responsabilidades por el descrédito del sistema de educación superior. Ambos sectores han generado su respectivo show mediático con el asunto. Espectáculo que, una vez más, durante este mes trasladará su circo a Valparaíso en torno a la última cuenta que debe rendir el Presidente Piñera al Congreso.