El sacerdote Miguel Woodward, cura obrero, militante político y popular, comprometido con las causas de los más humildes, fue detenido por la Armada de Chile pocos días después del golpe de Estado y llevado a distintos lugares de detención, donde fue torturado en numerosas ocasiones hasta causarle la muerte estando prisionero en el Buque Escuela Esmeralda.
Por Guillermo Correa Camiroaga
Este sábado al mediodía, como se viene haciendo desde hace ya muchos años, se realizó una romería y un acto en el Memorial de Miguel Woodward, ubicado frente al mar en el cementerio N° 3 de Playa Ancha, lugar hasta el que acudieron representantes de diversas organizaciones de DDHH de la región de Valparaíso. En esta ocasión estuvieron presentes también compañeros provenientes de Santiago, pertenecientes al Comité Oscar Romero, quienes acudieron junto al sacerdote Eugenio Pizarro.
Al inicio de la ceremonia, Javier Rodríguez, parte de la agrupación Amigos de Miguel Woodward, expresó que, «han pasado muchas cosas desde que nos vimos en directo por última vez. Vino el Estallido Social, casi derrocamos a Piñera, salimos con una Convención Constituyente y así pasaron cosas y cosas. Pero al mismo tiempo no pasaron cosas, no hemos encontrado más compañeros detenidos desaparecidos, no se ha hecho verdadera justicia y estas cosas son las que duelen».
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El cuerpo de Miguel Woodward fue enterrado clandestinamente en una fosa común o en algún otro lugar del cementerio Playa Ancha el 25 de septiembre de1973, según consta en los libros del mismo recinto. En la actualidad, la Armada de Chile continua manteniendo un pacto de silencio, sin entregar ningún sus restos el paradero de sus restos a sus familiares y amigos.
Los familiares y la agrupación de Amigos de Miguel Woodward han realizado numerosas diligencias para encontrar el cuerpo del sacerdote asesinado por agentes de la marina, pero aún hoy después de cumplirse 48 años de su desaparición, sus restos no han sido encontrados.
Javier Rodríguez expresó que «estar acá mirando todas las caras presentes, que hacía tiempo que no nos encontrábamos, me llena de orgullo, de satisfacción al poder decir que una vez más estamos presentes, porque el olvido es lo peor que nos puede pasar. El olvido es matar al compañero y la compañera otra vez. Por eso nuestra presencia hoy es por no olvidar y no perdonar».
Pese a que esta ad portas de concluir el juicio que investiga la detención y desaparición del sacerdote, desde la agrupación de Amigos de Miguel Woodward dejaron en claro que no cesaran con la búsqueda de su cuerpo.
Dentro de las cosas malas que están pasando en nuestras poblaciones está el hambre, pero la cara "buena" de todo esto es que los jóvenes se han organizado y en forma autogestionada han levantado Ollas Comunes, organizándose silenciosamente, solidariamente. Esto ha sucedido en todo Valparaíso, en todo Chile. También en el cerro Placeres la juventud de la organización Amigos de Miguel lograron crear una Olla Común y llamamos a solidarizar con esta iniciativa.
Tenemos que estar muy atentos también porque desde la dirección del cementerio nos pidieron reunirse porque quieren hacer una transformación de este lugar, de este memorial. Quieren eliminar la escalera, pero nosotros ya nos negamos rotundamente a que se haga alguna transformación. Por eso llamamos a estar atentos para no encontrarnos con hechos consumados."
Debido a las restricciones derivadas de los protocolos sanitarios como consecuencia de la pandemia de coronavirus, esta vez no se realizó un acto artístico cultural, por lo que luego de la introducción de Javier se ofreció la palabra en forma libre para que los y las asistentes expresaran las reflexiones que estimaran pertinentes realizar en esta oportunidad.
Desde la agrupación de Ejecutados y Ejecutadas Políticas, Detenidos y Detenidas Desaparecidas de Valparaíso, expresaron que acompañaron la ceremonia «con un sentimiento cada vez mayor de rabia, pena y dolor, porque vamos sabiendo de a poco, de a goteras, de todos los tormentos que tuvieron que pasar nuestros compañeros y compañeras. Rabia y dolor por la imposibilidad de justicia, negada desde siempre, pero también con el convencimiento que con el amor y el ejemplo que ellos nos entregaron seguimos rescatando la memoria popular y combativa de ellos».
Agregaron que, «estamos convencidos que es necesario rescatar esta memoria para hacerla carne en cada cosa que hagamos, entregando esta memoria a las nuevas generaciones, contándoles quienes fueron ellos, ellas, qué hicieron, como vivían, porqué lucharon y porqué los mataron. No creemos en la justicia porque está secuestrada hace mucho tiempo, sabemos que es un brazo más de la represión a la que es sometido el pueblo cuando levanta su voz, cuando exige derechos arrebatados. Por eso jamás perdón, jamás olvido y exigir justicia, verdad y reparación».
Apuntaron a la necesidad de «construir una alternativa popular combativa para lograr justicia social, avanzando de a poco, organizándonos, creando autodefensa popular. Es necesario empezar a defendernos, ya basta de que nos golpeen, que nos maten. Tenemos que seguir exigiendo la libertad de todos nuestros jóvenes que siguen presos, exigir la liberación de Mauricio Hernández, un combatiente ejemplar. En él sitúa todo el odio está clase dominante, porque a través del castigo de él pretenden castigar a todo el pueblo».
También se hicieron presentes, representantes de la Comisión Chile de Derechos Humanos de Valparaíso, quienes también se refirieron a la muerte del destacado cantautor y poeta Patricio Manns.
Expresaron que, «todos y todas las que estamos acá tenemos claro que nuestra misión es rescatar el legado del compañero, junto a todos los compañeros y compañeras que hoy recordamos, como es el caso del sacerdote Miguel Woodward, quien era mucho más que un sacerdote, era un trabajador y un luchador social, al igual que Alsina y Llidó. También nuestros otros detenidos desaparecidos, ejecutados y ejecutadas eran mucho más que trabajadores y trabajadoras, eran militantes y eso es súper importante que lo reivindiquemos. Es decir, hay que rescatarlos en su integralidad."
Durante la ceremonia, un amigo y compañero de seminario de Miguel Woodward enfatizó en que, «Miguel entregó su vida por la causa de los marginados, los más pobres, el pueblo. Hoy, Chile puede renacer si el pueblo, que es el soberano, se organiza y se moviliza como lo hizo el 18 de octubre».
Otra de las intervenciones hizo alusión a la militancia de Woodward en el Movimiento de Acción Popular Unitaria, hasta donde el sacerdote llegó a, «combatir, no para llorar, no para rezar. Recuerdo que en la Célula donde compartimos, Miguel nunca trató de adoctrinarnos en ningún catecismo. Él rompió con el sitial tranquilo de una parroquia, de un sacerdocio donde podía tener el apoyo de una iglesia poderosa y al romper con esa iglesia, la iglesia lo expulsó».
Acotó que, «Miguel fue un verdadero militante cuyo objetivo, igual que el de todos nosotros, los mapucistas, los comunistas, los socialistas, los radicales, los miristas, era construir el socialismo en Chile. Y para construir el socialismo no bastaba con tener el sartén, había que romper los huevos y había que contar con todos los medios de lucha».
Destacaron también la participación del sacerdote en la Junta de Abastecimientos y Precios, del que fue presidente y que surgieron, «para proveer de abastecimientos, de alimentos a los pobladores, a los trabajadores, mientras la derecha y sus monopolios acumulaban los alimentos, acumulaban todo lo que el pueblo necesitaba de manera de crear un mercado negro para combatir al gobierno popular. En esa lucha por el socialismo participó Miguel Woodward, y por eso lo mataron, como a muchos compañeros».
En la conmemoración, las y los asistentes también se refirieron al Estallido Social, calificándolo como «una rebelión popular contra todo este sistema neoliberal, organizado por la dictadura y continuado por la Concertación. Ahora estamos en una nueva etapa, donde las banderas de Miguel, las banderas del socialismo, las banderas del poder popular vuelven a surgir y nos acompaña ahora una nueva bandera, la bandera del pueblo mapuche. Recordamos a Miguel no para llorar, recordamos para tomar conciencia de que estamos tomando la posta de otros compañeros que cayeron por la misma causa».
En esta línea agregaron que «hoy día nuestro país todavía sigue dependiendo de los grandes monopolios internacionales, sigue dependiendo del imperialismo, por eso he recordado esto, porque la palabra pueblo trabajador, clase obrera, lucha de clases, socialismo, lucha contra los monopolios, los latifundios, el imperialismo, tiene que volver a surgir en la conciencia de todos los compañeros, tiene que volver a surgir para que hagamos una verdadera unidad de todos los trabajadores, de todo el pueblo, para seguir avanzando en la lucha por la liberación. Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a Miguel Woodward."
En Placeres Alto, los jóvenes del Grupo Amigos de Miguel mantienen una olla común debido a que en ese sector, Miguel vivió con los más pobres. Han pasado cincuenta años desde eso y Placeres Alto sigue teniendo a los más pobres. Hemos entregado por más de un año, por lo menos una vez a la semana, alrededor de cien raciones de comida. Como la olla común se llama Miguel Woodward, las familias que llegan de repente nos comentan: ah, el curita, sí, yo lo conocí. Todas las casas y las tomas de terreno en las que Miguel ayudó siguen estando ahí y siguen siendo igual de pobres».
Refiriéndose a las problemáticas actuales de la comunidad en Placeres Alto, encarecieron que, «hay sectores que no tienen agua potable y estaba ahí escondido. La pobreza está muy vigente y hay niños, hay familias que a veces no tienen para comer. Al fondo de la quebrada hay familias que no tiene agua potable y no tienen que comer. Frente a eso es la figura de Migue la que nos impulsa a seguir trabajando allí».
Desde el colectivo Pueblo Organizado, apuntaron a «rescatar el trabajo que hizo Miguel en la población, en Los Placeres, el compromiso con este concepto del cura obrero, que se despoja de todas sus pertenecías y solamente viste con la ropa del pueblo. El rescate de Miguel como político, militante, de compromiso con el poder popular, con la construcción del poder en lo cotidiano, en el día a día».
Representantes del Comité Oscar Romero hicieron hincapié en que, «en este mismo acto en que hacemos un homenaje al sacerdote Miguel Woodward, recordamos a tantos caídos como a Joan Alsina, que lo recordaremos dentro de sus 48 años de martirio, Gerardo Poblete, otro sacerdote que fue asesinado en Iquique, Antonio Llidó, que está como detenido desaparecido, André Jarlan, que fue asesinado en plena dictadura, en la población La Victoria, etc».
«Miguel Woodward nos da una inspiración para seguir junto con estos otros sacerdotes que optaron por un compromiso político real para poder cambiar las condiciones de los más humildes», aseguraron las y los asistentes de la ceremonia.
Agregaron que, «hace poco falleció otro de los grandes, Pablo Richard, también militante, perseguido por la iglesia católica, perseguido por la dictadura y falleció en Costa Rica donde tuvo un largo trabajo intelectual, poblacional, al lado de la gente, por eso nosotros también hacemos memoria de todos ellos. Junto a Miguel recordamos también a muchos otros caídos. Lo más importante es la organización, volver a los cabildos, volver a los comités de adelanto de las poblaciones, en los centros universitarios. No dejar de lado nunca la organización."
Finalizaron el acto conmemorativo comentando que «estamos haciendo un acto de memoria, pero también estamos haciendo un acto de militancia, dando testimonio de lo que hemos sido, el rol que hemos jugado y lo que estamos haciendo ahora, en distintos lugares y en distintas instancias son actos de militancia. Las Ollas Comunes son un ejemplo de esto. Es importante reconocer el aporte de muchos hombres comprometidos con la iglesia. Hace algún tiempo nos dejó el padre Mariano Puga, un hombre que al igual que Miguel hizo su apostolado, no solamente en términos de una iglesia, sino en términos de compromiso con su gente, con su pueblo, con los humildes. La Comisión Ética Contra la Tortura, de la cual soy parte, se estructuró en torno al sacerdote José Aldunate, también recordar a los sacerdotes Alsina y Llidó...