[resumen.cl] El denominado «Gran Incendio de Quillón» fue un megaincendio forestal que comenzó a finales de diciembre de 2011 y afectó principalmente a las comunas de Quillón, Florida, Ranquil y San Rosendo en la región del Biobío, además de algunas zonas en la provincia de Cauquenes en la región del Maule. El siniestro marcó un hito en la historia reciente de los grandes incendios forestales en la región, dejando 28.000 hectáreas destruidas y 2 víctimas fatales.
Hay diversas versiones respecto al gran incendio del verano del 2012, pero la más reconocida es que el fuego se inicio la tarde del sábado 31 de diciembre de 2011 en el sector de Pichiqueime, en la comuna de Quillón. Aunque otras fuentes señalaron que el incendio se inició en la mañana del viernes 30 en varios puntos simultáneos.
El incendio avanzó sin control los primeros días de enero de 2012 debido los extensos parches de monocultivos forestales, las altas temperaturas y fuertes vientos en la zona. Como consecuencia dos personas perdieron la vida: Juan Ernesto Campos Bello de 75 años de edad, en el sector la Gloria en Quillón y Rumualdo Urrea Alarcón, de 69 años de edad, en el sector de Queime también de la comuna de Quillón. Más de mil personas quedaron damnificadas, un total de 224 casas fueron destruidas y más de 28.000 hectáreas fueron arrasadas por las llamas.
Las condiciones generadas el extensivo monocultivo forestales de Pinus radiata y Eucalyptus en el sector, unido a las condiciones climáticas favorables, generaron una tormenta de fuego que se extendió desde la comuna de Quillón a su vecina Florida, Yumbel y San Rosendo hacia el Sur, mientras otra lengua de fuego avanzo hacia el norte pasando de Quillón a la comuna de Ranquil, donde de paso quemó parte importante de la Planta Paneles Plywood del complejo de pulpa de celulosa y papel Nueva Aldea (Grupo Angelini) el 2 enero de 2012.
Posteriormente el incendio continuó al norte pasando por la comuna de Quirihue y llegando finalmente hasta la comuna de Cauquenes en la Región del Maule.
El incendio que se expandió a gran velocidad, no solo dañó las plantaciones forestales, sino que además dañó zonas agrícolas y frutícolas dedicadas al cultivo de viñas y cerezos, afectando también a la importante fracción de bosque nativo que hasta ese entonces aún conservaba en el Cerro Cayumanque, altura máxima de la cordillera de la costa en esta zona.
También puedes ver: Portugal limita el monocultivo de eucalipto tras oleada de incendios
Lo que nos pareció un infierno en 2012 fue rápidamente revivido solo 5 años después con los grandes incendios forestales del verano del 2017 que afectaron diversas comunas de la región del Biobío.
En enero del año pasado, un incendio en Florida se había extendido por los sectores San Antonio de Dadi y Peninhueque de Florida, cruzó la carretera, que une esta comuna con Concepción, a la altura del kilómetro 40 y desde ese momento, sectores como el propio Kilometro Cuarenta, Granerillos y Rahuil fueron alcanzados por el incendio que, de paso, calcinó el Parque Coyanmahuida de propiedad de Forestal Arauco.
Vea también: Incendio en Florida evidencia la necesidad de que la Industria Forestal se deba ir
Durante los incendios forestales de 2017 en la región del Maule, la población local explicó que la escasez hídrica que impera en la zona durante los veranos, es un factor importante que agrava las condiciones para los incendios, y responsabilizan por ello a la la presencia masiva de plantaciones forestales de rápido crecimiento de Pinus radiata y Eucaliptus sp. Estudios realizados anteriormente en la zona confirman, tal como en diferentes regiones del mundo, que en pequeñas cuencas hidrográficas las plantaciones forestales de rápido crecimiento reducen el potencial hídrico.
Peligro latente en contexto de cambio climático y mantención de los monocultivos.
Cabe recordar que este 2017 Quillón tuvo el récord de calor, desde que existe medición en Chile el 26 de enero, con 44,9 grados a la sombra. Las proyecciones climáticas para las próximas décadas prevén un aumento progresivo de las temperaturas en la zona central y sur de Chile, lo que acentuará el peligro incendios forestales de grandes magnitudes.
Junto a esto, la mantención de extensos parches de monocultivos forestales con árboles de características aptas para la rápida propagación del fuego y condiciones de sequedad mayores al ecosistema original boscoso, incrementaría el riesgo de una propagación más rápida y extensa, con la formación de denominadas «tormentas de fuego» que pueden avanzar sin control, superando los medios técnicos del Estado, empresas privadas y equipos militares.
Pese a los varios centenares de cortafuegos que las grandes empresas forestales como Arauco y CMPC, entre otras, han realizado para esta temporada, poco más ha hecho para regular la situación prioritaria en el uso de suelo de la zona centro-sur como fábrica masiva de monocultivos, manteniendo de esta forma, amplias zonas del territorio bajo riesgo latente de catástrofe en esta temporada.