Jean Luc Godard, uno de los cineastas más importantes de la historia, solicitó su derecho a una muerte digna asistida en Suiza a los 91 años sin estar enfermo, pero sí muy cansado, dejando un enorme legado para la historia del cine. Su obra, reflejo del siglo XX, es el referente para un montón de cineastas contemporáneos.
Por Joaquín Pérez
La noticia filtrada por el diario francés Liberatión cita a uno de sus amigos: «No estaba enfermo, simplemente estaba agotado. Había tomado la decisión de terminar. Era su decisión y para él era importante que se supiera», información que fue confirmada por la familia en un comunicado de prensa. Su esposa la cineasta suiza Anne-Marie Miéville, señaló: «murió apaciblemente en su domicilio, rodeado de sus personas más próximas».
Godar nació en París el 3 de diciembre de 1930, de un padre un médico francés y una madre suiza de familia de banqueros. Vivió sus primeros años precisamente en el país de su familia materna, hasta que volvió a Francia en su juventud a estudiar etnografía en la Sorbona, en esos años comienza su pasión por el Cine. En 1950 ya trabajaba como crítico de Cine en varias revistas, allí se produce su primer acercamiento a directores como François Truffaut, Éric Rohmer, Claude Chabrol y Jacques Rivette.
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Al morir su madre en 1954, se trasladó nuevamente a Suiza, donde trabajó como albañil en la construcción, hecho que sirvió como argumento a su primer documental, Operation Béton.
Desde su origen como artista, Jean Luc Godard se vincula a la clase obrera y lo dirá muy claramente más adelante cuando ya se constituya en un afamado director: «Los obreros hablan mucho entre sí, pero ¿Dónde están sus palabras? Ni en los diarios ni en las películas están las palabras de las gentes que constituyen el 80% de la humanidad. Hay que forzar a la minoría que tiene la palabra, a cederla al 80%».
Tras regresar a Paris roda un par de cortometrajes: Une femme coquette (Una mujer coqueta-1955) y Tous les garçons s’appellent Patrick (Todos los chicos se llaman Patricio-1957).
Sin embargo, su salto a la fama se produjo por con su primer largometraje en 1959: À bout de soufflé (en castellano Sin aliento o Al final de la escapada), sobre un guion de François Truffaut y con la colaboración de Claude Chabrol y con la gana el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín. La película, protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Jean Seberg, supuso una revolución en la manera de filmar al utilizar técnicas hasta entonces inéditas, como rodar cámara en mano, utilizar el estilo documental o saltar de un plano a otro. Aquí se inicia una serie de rompimientos, de cambios revolucionarios en el cine, que a muchos les hará decir que hay antes y un después de Jean Luc Godard, o que con Godard se acaba el cine moderno y nace una nueva era.
Al año siguiente (1960) dirigió su segundo largometraje: El soldadito, que fue prohibido en Francia durante tres años por su crítica al colonialismo y a la Guerra de Argelia. Este filme fue protagonizado por la actriz, escritora y directora danesa Anna Karina, con quien se casó en 1961 y con quién visitó Chile en 1962.
Posteriormente vendrán películas como Banda aparte o Pierrot el loco, marcadas por una propuesta radical desde el punto de vista estético, que caracterizó a toda una generación la cual es denominada "nouvelle vague" o nueva ola del cine francés.
A partir de Made in USA, el cine de Godard, ya antes caracterizado por el radicalismo formal, incorporó el radicalismo político, luego vendrá "La Chinosie" (1967) y "Week End" (1967) con un Godard militante de la izquierda maoísta francesa.
En mayo de 1968, en medio de la revuelta obrero estudiantil en las ciudades de Francia, el Festival de Cannes fue suspendido por la interrupción de las proyecciones que hicieron Godard, François Truffaut, Polanski y otros cineastas, en apoyo y solidaridad con la lucha que se libraba en aquellos momentos.
Ese año 1968 también dirigió Sympathy for the Devil, un documental que no sólo muestra cómo los Rolling Stones van dando forma a esta canción paso a paso, sino que también es un relato simultáneo de dos o tres discursos políticos y estéticos revolucionarios.
Con el fin de diluir la propia autoría en un colectivo cinematográfico militante, creó el Grupo Dziga-Vertov, como homenaje al cineasta soviético Dziga Vértov junto al estudiante de Filosofía Jean-Pierre Gorin, la actriz Juliet Berto y su nueva pareja, Anne Wiazemsky. En palabras del propio colectivo eran "películas revolucionarias para audiencias revolucionarias".
Aun participando del colectivo Dziga Vértov, comienza un trabajo en paralelo, intentando a través de largometrajes, ejemplificar la teoría maoísta. Son los años de "Todo va bien" (1972), protagonizado por Yves Montand y Jane Fonda.
En 1976 Godard, ya separado de Anne Wiazemsky, y disuelto el colectivo Dziga Vértov, estrena el documental "Aquí y en otro lugar" (1976), codirigido con Anne-Marie Mieville, quien será su compañera hasta el día de su muerte. En este documental de solidaridad con el pueblo palestino, compara a los judíos con los nazis, causando gran revuelo y crítica a nivel internacional.
Más tarde se llevará el reproche del papa ultraderechista Juan Pablo II tras su film "Yo te saludo María" (1984), en la que la Virgen aparece desnuda en pantalla.
Refugiado en Suiza, recordando los paisajes de su infancia, permaneció durante su vejes, con aperciones esporádicas, recibió muchos premios, entre otros el 2018, la Palma de Oro del Festival de Cannes, el mismo que boicoteó para salir a filmar las protestas callejeras en el Mayo del 68. Como muchos de los premios que se le otorgaron, jamás lo fue a recibir.
Su muerte deja un enorme legado enorme para el cine y un ejemplo del compromiso con su trabajo.