«Encontramos un nuevo nieto, el 131.» con este mensaje las Abuelas de Plaza de Mayo comunicaron el encuentro luego de 45 años de trabajos de búsqueda de niños y bebés secuestrados durante la última dictadura militar que sufrió Argentina.
Por Macarena Montes
Se del hijo de los mendocinos Lucía Ángela Nadin y Aldo Hugo Quevedo. Entre septiembre y octubre de 1977, Lucía, embarazada de dos o tres meses, y Aldo fueron secuestrados en la ciudad de Buenos Aires.
«La pareja permaneció detenida en el centro clandestino ‘Club Atlético’ y ‘El Banco’. Por testimonios de sobrevivientes, pudo saberse que Lucía fue trasladada desde ‘El Banco’ para dar a luz entre marzo y abril de 1978. Hay sospechas de que el parto podría haberse producido en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)» indica el sitio web de la organización.
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Desde entonces, no se supo nada más de la pareja ni del bebé que Lucía esperaba.
La familias desconocían el embarazo, mediante una investigación de 2004 se enteraron y comenzaron la búsqueda. En 2005, la familia de Nadin dejó su muestra en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y en marzo de 2010, la CoNaDI logró dar con el hermano de Aldo y se sumó su perfil al Banco.
Así, en septiembre de este año, fue contactado un hombre que sospechaba ser hijo de desaparecidos y se hizo las pruebas genéticas, confirmando finalmente su identidad.
«En estos 45 años de lucha, las Abuelas hemos resuelto 131 casos. En los últimos tiempos, a pesar de la pandemia, seguimos trabajando día a día con esperanza y con la convicción de que vamos a encontrar a nuestros nietos y nietas, que pueden estar en cualquier lugar del mundo» señaló la organización.
«En estos años difíciles, centenares de hombres y mujeres con dudas sobre su origen se acercaron a nosotras y otros aportaron información sobre posibles hijos o hijas de personas desaparecidas; también elaboramos nuevas campañas y estrategias para mantener viva la búsqueda, que fueron acompañadas por un enorme sector de la sociedad. Solo en los últimos cuatro años, dos de ellos en pandemia, se analizaron más de 2.000 personas con dudas de su identidad, por presentación espontánea, y cerca de 400 a través de la justicia, entre ellos el último nieto encontrado» señalan.
«En estos días de alegría y celebración, en los que sentimos la fuerza de lo colectivo y el valor de la perseverancia, terminamos el 2022 con la esperanza renovada. En nuestro brindis, también levantaremos la copa por un año lleno de reencuentros. Porque, sabemos, la única lucha que se pierde es la que se abandona» concluyen.