La autoproclamación en una plaza de Caracas del exdiputado Juan Guaidó como «presidente encargado» de Venezuela fue la estrategia de Estados Unidos, secundada sus Estados feudatarios en Europa y América Latina, así como por la oposición del país caribeño durante los últimos cuatro años. No obstante, ante el evidente fracaso de esta política (el gobierno chavista sigue ahí) y la necesidad de comprar petróleo venezolano por las sanciones a Rusia, la estrategia será dada oficialmente por superada, dejando en ridículo para la historia del derecho internacional a los gobiernos que se sumaron, como de igual manera el vergonzoso rol que jugó la prensa.
Por Alejandro Baeza
Prácticamente todos los dirigentes de la oposición venezolana que apoyaron la autoproclamación de Juan Guaidó como «presidente encargado» de Venezuela en 2019 llamaron al fin de esta «ha perdido apoyo nacional e internacional».
«Cada vez son menos (países), en primer lugar porque hay gobiernos que han cambiado desde el punto de vista ideológico, pero también hay gobiernos que ya ven que esta estrategia se ha agotado y que hoy, a pesar de que siguen desconociendo a (el presidente de Venezuela) Nicolás Maduro, no siguen respaldando (a Guaidó)», dijo en una rueda de prensa el exdiputado Alfonso Marquina.
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En nombre de 69 de los 112 parlamentarios de la legislatura que asumió en 2015 y que ejecutaron el plan Guaidó, aseguró este miércoles que la «figura del gobierno interino no ayuda a conseguir los objetivos del pueblo de Venezuela».
No obstante, este no es el «primer paso» para acabar con un gobierno interino que nunca existió, como señala prácticamente toda la prensa. El primero paso lo dio el mismo gestor de plan, Estados Unidos, cuando una delegación del presidente Biden llegó a Caracas en marzo de este año para reunirse con el presidente Maduro, donde según informó entonces la Casa Blanca, se abordaron varios temas incluyendo energía y seguridad energética.
Este reunión se dio en medio del comienzo de la aplicación de restricciones a Rusia para exportación de gas, petróleo y carbón, momento en que figuras tanto demócratas como republicanas apuntaron a Venezuela como un potencial sustituto para suplir la escasez.
Este reconocimiento a Guaidó hizo que Reino Unido aprovechara para que el Banco de Inglaterra bloquear el acceso del gobierno venezolano a enormes reservas de oro, una interpretación de un Estado a la Constitución de otro sin precedentes.
El asunto escala a dimensiones impensadas, pues según expertos legales consultados por BBC, el caso en el que el tribunal superior de un país interpreta la Constitución de otro, no tiene precedentes.
Esta apropiación a permitido a los dirigentes opositores profitar de las reservas de divisas que Venezuela acumuló durante décadas en el extranjero, que además han desembocado en una serie de acusaciones de corrupción y denuncias dentro del bloque opositor. De hecho, Marquina indicó, su intención mantener al gobierno interino inexistente en tres instancias de reservas internacionales, las juntas creadas para tratar temas de la estatal Petróleos de Venezuela (PdVSA), la del Banco Central (BCV) y una comisión ejecutiva que se ocupará de asuntos relativos a la «defensa de los activos en el exterior».
Finalmente, cabe recordar que las sanciones, bloqueos, y esta imposibilidad de acceder a los activos (entre otras) que aplicó unilateralmente Estados Unidos contra el pueblo venezolano, es una de las principales causas del agravamiento de la crisis económica que sufre el país sudamericano y que se ha traducido en una diáspora de millones personas por todo el continente.