Acuerdo de Rusia, Irán y Turquía sobre Siria salta por los aires con la traición de Erdogan

Rusia ha dejado caer al gobierno sirio de Bashar al-Ásad, tras la ofensiva relámpago lanzada por terroristas islámicos -herederos directos de Al Qaeda- apoyados por Turquía, Estados Unidos e Israel, que ha concluido con la toma de las dos principales ciudades Sirias: Alepo y Damasco. Rusia sacrifica Siria en función de asegurar su victoria en Ucrania. En tanto Israel y las potencias occidentales bloquean el contacto entre Irán y Hezbolá en el Líbano (el Eje de la Resistencia) y de paso garantizan el acceso al soñado gaseoducto qatarí para Europa.

Por Joaquín Pérez

El vuelco de la situación en Siria, puede tener implicaciones geopolíticas enormes, el derrocamiento del último gobierno del otrora poderoso Baaz, movimiento laico, republicano, nacionalista panarabista, de carácter socialista, fundado en 1957 en el Líbano, por árabes de diversas culturas religiosas: cristianos, sunitas y alauitas, que posteriormente se extendió a Siria, Egipto, Irak, pero cuya influencia se extendió a todo el mundo árabe. El Baaz fue siempre un partido laico, combatía el fundamentalismo religioso y su división sectaria, promoviendo la unión entre los árabes, como mecanismo de lograr la verdadera independencia de sus Estados del yugo colonial de la potencias europeas, promoviendo incluso la integración de los estados árabes en una sola gran nación, un símil al bolivarismo en Latinoamérica.

En algún momento los gobiernos del Baaz propiciaron, la nacionalización de las empresas estratégicas y de los principales recursos naturales, propiciaron algunos tibios procesos de reforma agraria, se solidarizaron con la causa palestina. Aunque los gobiernos de la familia al-Ásad fueron un golpe interno a esa corriente, llevando al país hacia el autoritarismo personalista, aunque manteniendo su postura laica y alineada con Rusia.

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Sin embargo, en paralelo a este movimiento laico, los servicios secretos de las antiguas potencias colonialistas, a las cuales se sumó también Estados Unidos, que tenían muy controladas las monarquías absolutas como Arabia Saudita, al sha de Irán, a los emires árabes, comenzaban a tener problemas con las repúblicas árabes y sus gobiernos democráticos, donde el Baaz venia imponiéndose, y comienzan a desarrollar entonces grupos fundamentalistas como la Hermandad Musulmana, como competencia al Baaz, este grupo de fanáticos sunitas sectarios, a los cuales adscriben Erdogan en Turquía, en sus origen Hamas y Yihad Islámica de Palestina, pero que tienen presencia en Jordania, Líbano, Sudan, Egipto y Siria.

Contradictoriamente, Hamas y la Yihad Islámica Palestina, enviaron combatientes a luchar contra el gobierno de Bashar al-Ásad el Siria a apoyar a los grupos de fanáticos islamistas alzados en su contra, el gobierno Sirio fue defendido por Rusia que prestó importante apoyo aéreo, pero en tierra principalmente por milicianos chiitas de Hezbolá y las fuerzas de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní. Durante esos años en Siria, Hamas y la Yihad tomaron el mismo bando de Israel que atacó y prestó apoyo al Estado Islámico y los grupos yihadistas alzados.

Irónicamente, tras el inicio del genocidio palestino en Gaza, han sido sólo las fuerzas del eje de la resistencia de Irán y Hezbolá contra quienes ellos combatieron, los únicos en apoyarles contra el ejército israelí. Hoy el derrocamiento de Bashar al-Ásad es un importante triunfo para los potencias imperialistas occidentales, que aseguran una ruta para un gran gaseoducto que atraviese Siria y el Kurdistán, para entrar a Europa vía Turquía, gaseoducto que será construido en base a la masacre de la población árabe y kurda.

Israel se ha anotado una importante victoria, ya de hecho ha ingresado a ocupar más territorio Sirio, pero por sobre todo, logra interrumpir el abastecimiento de las milicias de Hezbolá, que realizaba Irán vía Siria, cortando así el eje de la resistencia.

El pueblo palestino tiembla en estos momentos, el Líbano también, Israel logra una importante posición en estos momentos, Turquía ha vuelto a traicionar a sus "hermanos musulmanes" en palestina, nunca paso más allá de la retórica contra Israel y sólo a riesgo de perder su influencia geopolítica frente a Irán, que si apoyo efectivamente al pueblo palestino. Rusia, tras la traición de Ergoran, deja caer a Siria, su problema principal hoy está en Ucrania y no pretende dejar de asegurar aquella partida. Hoy la prensa neonazi ucraniana alardea de su apoyo a la formación e implementación de los yihadistas islámicos en Siria.

Turquía e Israel negocian ahora, la eliminación total de las comunidades cristianas y musulmanas chiíes de Siria y el Líbano, junto con un nuevo reparto de Asia Occidental, con la imposición del salafismo como corriente única del islam en toda la región.

El Times of Israel no tiene ningún empacho en decirlo en voz alta y reconocer esta alianza con los yihadistas salafistas (los mismos de las torres gemelas): "Los rebeldes sirios parecen atribuir a los ataques israelíes contra Hezbolá la ayuda para el avance de las fuerzas de choque. Dirigentes de la oposición declaran a la televisión israelí que quieren al estado judío y que desean forjar una amistad".

 

Imagen principal: «Netanyahu y Siria» de Mahmoud Rifai (Jordania)

 

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