Diversos cuestionamientos fueron presentados en el pronunciamiento de la Corporación Nacional Forestal sobre el proyecto de tierras raras encabezado por la minera Aclara que busca instalarse en Penco. Entre estas se incluye la omisión a la existencia de especies en categoría de conservación y la no evaluación de impactos al bosque nativo, por lo que solicitó al SEA dar término anticipado a la evaluación ambiental.
Por J. Arroyo Olea
Este 19 de junio la Corporación Nacional Forestal ingresó su pronunciamiento acerca del Estudio de Impacto Ambiental del proyecto que pretende explotar tierras raras en los cerros de Penco.
El pronunciamiento del organismo fue contundente tras la revisión de los antecedentes: «Se solicita al Servicio de Evaluación Ambiental considerar poner término anticipado al proceso de evaluación ambiental de EIA, ya que sobre la base de los antecedentes aportados por el titular, no es posible determinar la inexistencia de los efectos, características o circunstancias establecidas en el Art. 11 de la Ley N° 19.300″.
En este sentido, los argumentos de CONAF refutan el Estudio de Impacto Ambiental en relación a flora y vegetación que se verían afectadas en el área de influencia del proyecto encabezado por la minera Aclara, el cual «señala que no existen especies en categoría de conservación afectadas en forma directa en las obras del proyecto».
Sin embargo, continúa el organismo, «esto no es correcto, ya que funcionarios de la Corporación Nacional Forestal, en visita realizada al sector de emplazamiento del proyecto entre los días 6 - 14 de junio del 2023, encontraron en el área de emplazamiento del proyecto y área de influencia; en la formación boscosa nativa que es parte del área que se pretende intervenir e indicada por el titular en PAS 148; ejemplares de la especie Citronella mucronata, comúnmente llamado Naranjillo, especie en categoría de conservación y le es aplicable el artículo 19 de la Ley N° 20.283/2008; por tanto el Bosque nativo a intervenir e incorporado en PAS 148, correspondería a un Bosque Nativo de Preservación».
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De esta forma, el pronunciamiento de CONAF declara que la minera no evaluó los impactos que se tendrían sobre la flora en categoría de conservación como tampoco del bosque nativo de preservación. Así, el organismo «considera que el proyecto genera un impacto significativo sobre el Bosque Nativo de Preservación debido a que será intervenido por obras del proyecto como los son el ensanchamiento de caminos y las zonas de extracción y disposición, situación (Victoria Sur y ZD Júpiter) que no fue indicada por el titular en el EIA. Por esto se solicita término anticipado por falta de información esencial».
De igual manera, existen otros puntos cuestionados sobre el Estudio de Impacto Ambiental, como lo es el plan de seguimiento a variables ambientales, sobre el cual CONAF indica que el periodo presentado por la empresa -entre 5 y 8 años- «no es suficiente para evaluar completamente el éxito de las medidas a lo largo de toda la duración del proyecto».
La semana pasada, Fundación Keule informó mediante sus redes sociales que el proyecto dejó fuera la presencia de ejemplares de naranjillo en su Estudio de Impacto Ambiental, planteando la necesidad de realizar terrenos de registro.
El hecho viene a colocar en entredicho la calidad del Estudio de Impacto Ambiental, a tal grado de solicitar el término anticipado de su evaluación y cuya decisión recae legalmente en la dirección regional del Servicio de Evaluación Ambiental representada por Silvana Suanes Araneda, o la dirección ejecutiva por parte de Valentina Durán.
Anteriormente, el proyecto minero ya había sido cuestionado respecto a la construcción de su línea base al clavar códigos QR en monumentos naturales como el queule y pitao sin contar de autorización de CONAF.