El gobierno boliviano invirtió 478 millones de dólares en la construcción de la empresa estatal Laboratorio Industrial Farmacéutica Boliviana (LIFAB), la que hoy avanza en su concreción. Estas inversiones incluyen nueve plantas industriales de base química, en el parque industrial Santibáñez en la ciudad de Cochabamba, y cuatro plantas industriales en base a plantas naturales en el municipio de Sacaba (departamento de Cochabamba).
Por Joaquín Pérez
La creación de la industria nacional farmacéutica en Bolivia, fue aprobada por el gobierno de Luis Arce a través de decreto supremo, el que fijó el capital de inversión. La novedad es que la industria producirá medicamentos tanto de base química como de base natural. El complejo industrial también producirá desde los fármacos hasta sus envases. Se espera que las primeras plantas ya estén montadas en los primeros meses de 2024 y el término del proyecto para 2027.
El objetivo es que, desde enero hasta julio de 2024, se emplacen los laboratorios de investigación, desarrollo e innovación, y en agosto de 2025, se encare el proceso de certificación, se inicien pruebas de estabilidad, eficacia y seguridad, con vistas a liberar 40 medicamentos por año.
Te puede interesar: Estudio destaca importancia de que Chile vuelva a producir vacunas: último laboratorio fue cerrado por Ricardo Lagos
En su etapa constructiva como en la productiva, la nueva industria generará miles de empleos directos e indirectos, además de beneficiar a más de 131 laboratorios farmacéuticos a escala nacional con la provisión de insumos. LIFAB producirá medicamentos granulados, comprimidos, cápsulas, pomadas, ungüentos, inyectables, jarabes, suspensiones y emulsiones.
Sinovac cancela su proyecto en Antofagasta
Mientras Bolivia avanza en su desarrollo de la industria farmacéutica, en Chile llegó la noticia de la suspensión del proyecto de farmacéutica China Sinovac en Quilicura. La empresa China decidió además no seguir con su proyecto de instalación de un Centro de Innovación y Desarrollo en Antofagasta.
Chile tuvo su propia fabricación de vacunas, fue país pionero en América Latina en esta materia, desde finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX; sin embargo, el periodo neoliberal se encargó de destruir la industria de vacunas y farmacéutica en nuestro país, al igual que el resto de la industria nacional.