[resumen.cl] Un estudio publicado en agosto de 2020 evaluó los cambios históricos en la producción de sueros y vacunas en Chile, que fueron tan exitosos durante la historia del Siglo XX, poniendo énfasis en cómo durante las últimas décadas se ha desmantelado el abastecimiento local, siendo el punto final el año 2002 cuando Ricardo Lagos cerró el último laboratorio.
El estudio fue publicado en la Revista Chilena de Infectología y se encuentra disponible para su descarga gratuita
La pandemia por el coronavirus SARS-CoV-2 mostró de golpe la debilidad de los países cuyo sistema de salud ha sido desmantelado por las políticas neoliberales de privatizaciones masivas.
En Chile desde finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX, la producción nacional de vacunas estuvo a cargo de institutos del Estado para abastecer al servicio de salud y realizar programas e vacunación.
La investigación destaca las situaciones históricas de desabastecimiento de medicamentos importados durante la Segunda Guerra Mundial y los terremotos de Chillán y Valdivia en 1939 y 1960, respectivamente-
Te puede interesar: ¿Por qué la salud pública chilena resiste la pandemia?
Institutos estatales, particularmente el Instituto Bacteriológico (IB), fabricaron, envasaron y distribuyeron vacunas. Incluso realizaron exportaciones a otros países de América Latina, destacándose con la vacuna Fuenzalida-Palacios para el control de la rabia humana y canina.
La investigación se propuso realizar un completo registro de la producción de vacunas en Chile. Desde 1887 hasta 2005.
Cabe destacar que en 2002 el gobierno de Ricardo Lagos cerró el área de producción del Instituto de Salud Pública (ISP), quedando con stock hasta al menos 2004, pero en 2005 los registros sanitarios caducaron y no se renovaron, por lo que se determinó como el final de la producción nacional.
El listado de vacunas producidas en Chile en los institutos del Estado
1) Suero y Vacuna Anti-variólica. (1187-1929)
2) Vacuna Anti-rábica (virus Lab. Pasteur) (1887 y 1938)
3) Suero Tuberculina Serotopía. (1896)
4) Suero Anti-diftérico desde 1899 (caballos) y su última producción por el ISP fue en 2005
5) Suero Anti-escarlatinoso (1929 hasta 1945)
6) Suero Anti-tetánico. (1929 hasta 2005 en la última producción del ISP)
7) Suero Anti-tífico (desde 1929 hasta la última producción del ISP en 2005)
8) Suero Anti-meningocócico (de 1929 a 194)
9) Suero Anti-perfingens (de 1929 a 2005)
10) Suero Anti-histolítico (de 1929 a 1945)
11) Suero Anti-oedematiens. (de 1929 a 1945)
12) Vacuna Anti-variólica glicerinada. (de 1930 a 1960)
13) Vacuna Anti-variólica (de 1929 a 1978)
14) Vacuna Anti-tuberculosa (BCG) (de 1953 a 2005)
15) Vacuna Anti-escarlatinosa. (de 1929 a 1945)
16) Vacuna Anti-neumocócica (de 1929 aprox)
17) Vacuna Anti-coqueluche (B. pertussis) de 1929 a 2005
18) Vacuna Anatoxina escarlatinosa de 1929 a 1945
19) Vacuna Anti-gonocócica (de 1929 a 1945)
20) Vacuna Anti-estafilocócica (de 1929 a 1945)
21) Vacuna Anti-gripal (de 1929 al menos hasta 1949)
22) Vacuna Anti-tífica preventiva (Salmonella) de 1929 a 2005
23) Vacuna Anti-tífica curativa (Salmonella) de 1929 a 2005
24) Vacuna Anti-virus antipiogeno (de 1929 a 1945)
25) Vacuna Anti-virus stafilocócico (de 1929 a 1945)
26) Vacuna Anatoxina diftérica (toxoide) (de 1930 a 2005)
27) Vacuna Anti-colibacilar (cepas de E. coli) (de 1930 a 1945)
28) Vacuna Anti-ducrey (Haemophilus ducreyi) (de 1930 a 1945)
29) Vacuna Anti-estreptocócica Depto. Inmunología, IB (de 1930 a 1945)
30) Vacuna Anti-piógena polivalente (S. pyogenes) (de 1930 a 1945)
31) Vacuna Anti-pestosa (Yersinia pestis) (de 1930 a 1945)
32) Vacuna Anti-tífica vía bucal (desde 1930 aprox)
33) Vacuna Anti-rábica fenicada (de 1938 a 1954)
34) Vacuna DP (vacuna mixta) (de 1943 hasta 1970)
35) Vacuna Anti-rábica uso humano (desde 1959-60 a 2005)
36) Vacuna Anti-rábica uso veterinario (de 1954-55 hasta 2005)
37) Vacuna DT adulto (desde la década de 1960 hasta 2005)
38) Vacuna DT infantil. (desde la década de 1960 hasta 2005)
39) Vacuna DPT, (desde la década de 1960 hasta 2005)
El estudio concluyó que «El discurso hegemónico del rol subsidiario del Estado llevó a la des-inversión en la producción de vacunas en el ISP. No invertir es una decisión de política pública, que tiene un impacto en el largo plazo en cualquier área, más aún en un área con gran dinamismo en la innovación tecnológica. Esta decisión permitió terminar con la producción evitando el potencial conflicto de abrir una discusión democrática respecto del cierre. La obsolescencia aparece como la culpable, sin reconocer que es el resultado de las decisiones de planificación y presupuesto de cada administración, lo que, en estos días, en la política climática, se ha llamado "el costo de la inacción". Este costo deja oculta la responsabilidad de la inacción e impide el debate democrático porque nada hay que debatir cuando ya no hay planta competitiva»
Las investigadoras advierten que «La pandemia de SARS-CoV-2 ofrece quizá una oportunidad para repensar la estrategia de abastecimiento de vacunas y el rol de la producción estatal. Sobre todo, considerando que, con esta emergencia sanitaria global, hemos podido comprobar la importancia de que cada país cuente con producción local de todo tipo de productos como insumos médicos, reactivos químicos, materias primas para alimentos, etc., en que los medicamentos y las vacunas juegan un rol primordial. Esperamos que este artículo pueda aportar con una mirada histórica a una discusión democrática con visión de largo plazo».
Cabe destacar que países latinoamericanos como Brasil tiene una producción local de la vacuna china CoronaVac tras con convenio entre el Instituto Butantan de Sao Paulo y el laboratorio Sinovac, y Cuba está produciendo su propia vacuna llamada «Soberano». Estos casos demuestran la necesidad de recuperar la producción propia de vacunas y medicamentos que fue tan exitosa en Chile para asegurar la soberanía sanitaria nacional.
Vea el estudio aquí