Boric en Brasil: El nuevo papelón del mandatario chileno y su ciega obediencia a Washington

Por J. Murieta

La reactivación de UNASUR y la recomposición de las relaciones diplomáticas latinoamericanas encabezadas por el histórico mandamás brasileño, Lula Da Silva, se vieron un tanto empañadas por un, nuevamente, desatinado Gabriel Boric.

Boric, cual guardián de los intereses geopolíticos estadounidenses, salió a "corregir" a Lula a través de una supuesta diferencia de opinión con el mandatario brasileño a propósito de Venezuela. Sí, el mismo mandatario que ha perdido dos elecciones seguidas con la ultraderecha, buscó aleccionar a quien sacó al fascista Bolsonaro y resistió su intento de golpe de Estado.

El presidente chileno ha tenido un impensado doble estándar a nivel latinoamericano: duro contra Venezuela, pero ciego -por ejemplo- ante la dictadura peruana de Dina Boluarte y la crisis social en Ecuador.

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Y es que si había un lugar donde era innecesario criticar a Venezuela -como si no hubiese suficientes tribunas mediáticas para golpear a Maduro- era en esta cumbre, porque sus palabras boicotean el intento de Lula de volver a acercar a la nación caribeña al resto de los países latinoamericanos y sacarla de esa condición de paria del mundo contemporáneo, además de avanzar en la cooperación e integración regional.

Eso sí que es hacerle el juego a la derecha, tal como le cuestionan sus obcecados seguidores del Frente Amplio chileno a quien se atreve a criticar el actuar de su gobierno.

Boric hizo lo mismo que el mandatario de derecha uruguayo, Luis Lacalle Pou, quien criticó a Lula por sus palabras sobre Venezuela cuando planteó que se trataba de una narrativa más que una realidad y que dicha narrativa podía cambiar. «No se puede tapar el sol con un dedo» dijo el mandamás uruguayo.

El destacado periodista brasileño Breno Altman escribió un tuit respecto al gesto de Boric:
«intragable y pusilánime la actitud de Gabriel Boric, Presidente chileno. Se alineó con la derecha contra Venezuela y criticó públicamente al presidente Lula por su discurso contra las narrativas imperialistas, para ser aplaudido y utilizado por la prensa reaccionaria en Brasil.»

La innecesaria crítica de Boric o su afán por figurar en un encuentro internacional, tensionó nuevamente lo ánimos en una cumbre que buscaba justamente lo contrario. Cualquier proyecto de una verdadera independencia latinoamericana debe tener en cuenta a todos los países de la región y los duros escollos que el imperialismo estadounidense interpone en ese camino.

La periodista Mônica Bergamo publicó una columna en Folha de Sao Paulo donde señaló al respecto que "El presidente chileno Gabriel Boric, quien vino a Brasil esta semana para una reunión de líderes sudamericanos organizada por Lula (PT) y se opuso a las declaraciones del petista sobre Venezuela, es considerado por el gobierno brasileño como un mal ejemplo para la izquierda en América Latina."

Y agregó: "Según la percepción de los miembros del gobierno, Boric se convirtió en aquello que Lula debe evitar a toda costa: un líder que no comprendió el contexto de su victoria, las limitaciones de su poder y permitió que la derecha, en poco tiempo, volviera a dominar la agenda del país."

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