Por vecinos de Coronel
Por 14 meses se ha extendido el Toque de Queda en Chile, medida que seguirá vigente al menos hasta el 30 de Junio de este año. Las autoridades han tratado de disfrazar esta política como una medida sanitaria ya que tiene su origen en la declaración de Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe realizada el 18 de Marzo del 2020, pero en la práctica ha sido una instancia represiva y de control social, que además de limitar el libre desplazamiento de las personas tiene como objetivo impedir las expresiones de resistencia contra el criminal modelo neoliberal y condicionar la articulación social en los territorios, todo esto mientras el país atraviesa un momento político crucial.
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Chile es uno de los cinco países con el toque de queda más largo de América Latina, pero a diferencia de los vecinos, aquí no hay horarios diferenciados, aun cuando existan zonas con bajos índices de contagios. Al comienzo de la pandemia las autoridades apostaron por el toque de queda, y lo defendieron férreamente para negarse a implementar otras políticas que realmente resguardaran la salud de la clase trabajadora, como lo habría sido la cuarentena total con renta básica universal. Siempre dejaron en claro que el bienestar de la población no está entre sus prioridades.
Jornada Muralista: Justicia para Maximiliano R. Quiñilen
El toque de queda se ha convertido cada vez más en una medida impracticable, es imposible ejercer el control en todo el territorio y vigilar todas las calles. Tampoco se ha podido demostrar su efectividad para reducir el número de los contagios ni para evitar delitos, pero por el contrario, sí ha quedado en evidencia que ha perjudicado al pequeño comercio, la vida nocturna y ha debilitado los espacios culturales. Las siete horas que dura actualmente la restricción significa menos tiempo para la vida y más espacio para el miedo.
En este sentido, durante la semana distintos colectivos de la comuna de Coronel se autoconvocaron en la población Gabriela Mistral para una jornada muralista antiautoritaria por el fin al toque de queda. La actividad tuvo también un carácter conmemorativo, ya que se pintó por la justicia para Maximiliano R. Quiñilen, joven de 21 años y trabajador del puerto de Coronel, quien fue injustamente asesinado por el cabo segundo de carabineros, Meykohl Cáceres Matus. El hecho ocurrió el 23 de Diciembre de 2020 en Playa Blanca, donde Maximiliano se encontraba con sus amigos compartiendo, cuando llegó una patrulla policial que al ver a los jóvenes correr asustados abrió fuego impactándolo en la ingle.
La jornada muralista fue acompañada por el hermano de Maximiliano y también contó con la colaboración del muralista PLÁ. En el lugar a su vez se colgaron lienzos con consignas alusivas a la liberación de lxs presxs de la revuelta.
«Rechazamos normalizar el vivir encerradxs y con los espacios públicos militarizados, el estado policial con las calles en silencio es el sueño de los poderosos. El toque de queda es el velo que oculta los crímenes del extractivismo en el territorio y la vulneración de los derechos de lxs humildes. El toque de queda solo extiende la agonía de este modelo y orden asesino en decadencia que de a poco se resquebraja».