Comer y Pensar: una alternativa ante la frivolidad gastronómica actual

Luis Vega Corrales (33), cocinero comunitario y fundador de Comer y Pensar, medio de difusión gastronómico que desarrolla una propuesta para abordar de manera crítica los problemas sociales actuales vinculados al desperdicio alimentario y al hambre en nuestro país, organizando diferentes iniciativas que vinculan el oficio de la cocina con el medio social donde se desarrolla.

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Distintas voluntades se suman para dar vida a este nuevo enfoque con el cual se aborda la alimentación y producción de alimentos, avanzando hacia una apuesta que disponga al servicio de la comunidad el conocimiento y la praxis gastronómica en torno a la recuperación del "desperdicio alimentario", la educación y alimentación de los sectores más vulnerables.

– ¿Qué motivó a la fundación de Comer y Pensar?

Comer y Pensar nace el 9 de junio del 2012, en mi primer semestre de estudiante de cocina, a pesar que previamente cuando estudiaba diseño realizamos nuestro proyecto que se llamaba El Circuito Culinario. Luego, el año 2015, tuvimos nuestro primer acercamiento con la comunidad en el centro de prevención de drogas padre André Jarlan, donde al realizar la primera actividad para 50 niños en Navidad nos dimos cuenta cuál era el rumbo de la cocina que buscábamos tomar, el participar con la comunidad, sencillamente nos llamó a hacer de la gastronomía un motor de inclusión social y desarrollo económico.

Como bien trata su nombre, Comer y Pensar hace un llamado a comprender ¿cuál es el trasfondo de lo que comemos?, ¿qué hay detrás de un plato de alimentos?, ¿cuánto cariño y esfuerzo previo existe en su elaboración, desde quien cocina hasta quienes producen los alimentos con los cuales se prepara?. Estas preguntas nos llevaron a concluir que la necesidad y carencias alimentarias son el resultado de un mal diseño de la sociedad y por tanto una oportunidad de aportar al futuro de todos nosotros.

Luis Vega Corrales

– ¿Que iniciativas han desarrollado?

Hemos realizado cuatro tipos de iniciativas: talleres de empoderamiento femenino a través de la cocina y el emprendimiento en la cual se han capacitado a 240 mujeres; la chocolatadas solidaria para niños y niñas de campamentos y poblaciones durante 8 años, llegando a un total de 30,000 niños a la fecha; modelos de gestión y proyectos en contra del desperdicio alimentario en centros de distribución como la Vega y el agro campesino (Terminal Agropecuario de Antofagasta); y la creación de un libro llamado Apologías del Hambre el cual es un testimonio y radiografía de una reinterpretación del significado de la palabra hambre para el contexto nacional.

– ¿Cuáles son los principales desafíos para el futuro de Comer y Pensar?

Crear procesos comunitarios y generar instancias de unidad entre cocineros y gente del rubro gastronómico, lo cual siempre será el desafío principal para los procesos que requieren una educación a largo plazo. También, integrar nuevos actores que estén dispuestos a trabajar en propuestas innovadoras y que vayan en directo impacto de la sociedad.

– ¿De qué manera se sostiene la iniciativa?

En la actualidad, todo esto se sostiene con la voluntad de muchas personas alrededor de Chile, que no solo apoyan participan y difunden nuestra labor, sino que también son parte del cambio y de una estrategia común que busca generar conciencia y educación para los más jóvenes y futuros cocineros.

– ¿Existe alguna legislación o regulación respecto al desperdicio alimentario, hay otras iniciativas similares a Comer y Pensar?

Actualmente en Chile no existe una ley específica respecto a los residuos alimentarios de restaurantes, cadenas de supermercados o grandes centros de distribución, por lo cual el desperdicio alimentario queda totalmente desregulado y al arbitrio del mercado, por ello es fundamental la labor desarrollada por iniciativas existentes a nivel nacional, entre las cuales podemos encontrar bancos de alimentos, fundaciones encargadas de concientización alimentaria, empresas que buscan disminuir el desperdicio alimentario y otras alternativas hermanas de este medio de difusión de gastronomía llamado Comer y Pensar.

 

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