Entre las tantas banderas marroquíes y españolas presentes en el estadio de la Ciudad Educativa en Doha donde se realizó el partido España-Marruecos el pasado 6 de diciembre, se podrían ver muchas banderas palestinas. Y luego apareció la bandera palestina al final del partido en la foto oficial del equipo ganador en la cancha. Pasó exactamente lo mismo en el partido Marruecos-Portugal unos días más tarde.
Por Dima Khatib, periodista palestina. Directora ejecutiva de los canales AL Jazeera+
¿Pero por qué los jugadores del equipo nacional de Marruecos escogerían la bandera de otro país para celebrar su victoria, sobre todo después de que Marruecos se haya convertido en un aliado político de Israel?
No fueron los únicos jugadores en hacerlo en este mundial. Otros jugadores de equipos árabes hicieron lo mismo. Palestina ha sido desde temprano en el torneo un ganador inesperado, ganando en los corazones de la gente en este gran evento, seguido por miles de millones de personas.
En cada uno de los partidos del mundial, las banderas palestinas han penetrado entre todas las otras banderas como ninguna otra bandera de un país que no juega el torneo, además de brazaletes palestinos, gritos de «Palestina Libre» en los estadios, en las zonas de fanáticos, en las calles de Doha y en redes sociales la presencia de Palestina en este mundial ha sido tan contundente que algunos medios de comunicación llegaron a hacer referencia a Palestina, simbólicamente, como el equipo 33, además de los 32 calificados.
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Pero la selección palestina no está jugando
Obviamente, la Copa del Mundo es mucho más que un evento deportivo. Es una gran congregación de personas del mundo entero que vienen a compartir su pasión por el fútbol y celebrar la diversidad y la solidaridad humana. La edición de este año de la Copa Mundial es la primera que se celebra en un país árabe y musulmán. Por lo tanto, ha sido accesible (geográfica, logística y culturalmente) para la gente de la región, más que cualquier mundial anterior. También ha dado a esta región un espacio inédito para reunirse en grandes nombres sin el temor habitual a la represión política. Como resultado, Palestina ha tomado automáticamente el centro del escenario, uniendo a pueblos de la región en una atmósfera alegre y de celebración.
En este raro momento árabe de vox populi, apoyar a Palestina parece ser una expresión sencilla de libertad, un símbolo de resistencia no solo contra la ocupación de Palestina y la represión contra los palestinos, sino también contra el orden neocolonial de los regímenes árabes represivos, especialmente contra aquellos que han normalizado sus relaciones con Israel, en contra de la voluntad de sus pueblos. Es un momento que trae recuerdos de momentos poderosos vividos durante los intentos de revoluciones árabes hace más de una década, cuando los árabes también enarbolaron la bandera palestina y gritaron «Palestina libre» junto con sus demandas de libertad y dignidad. En ese sentido, la bandera palestina termina siendo una expresión de la agencia política árabe.
Hay banderas gigantes en muchos partidos que se trasladan entre la gente. En el partido Túnez-Francia, un aficionado tunecino izando la bandera palestina corrió al campo e dio vueltas en el aire antes de ser escoltado a la fuerza por seguridad; la gente en la audiencia gritaba «¡Falastin, Falastin!» (árabe para Palestina). También se ha visto a hinchas marroquíes celebrando en el icónico Souq Waqif de Doha, cantando el famoso canto de Rajawi (un club de fútbol): Nuestro corazón está triste por ti. Nuestros ojos han estado llorando por ti durante años, Oh amada Palestina ¿Dónde están los árabes, están durmiendo? Oh, el más hermoso de todos los países, resiste Que Dios te proteja…
En varios partidos también se han izado banderas palestinas en el minuto 48, acompañadas de cantos pro-palestinos, para recordarle al mundo la Nakba (catástrofe) del año 1948 cuando cientos de miles de palestinos fueron desposeídos y convertidos en refugiados de por vida.
«Palestina libre, Palestina libre», se escuchó corear a los hinchas brasileños en el metro de Doha, mientras se dirigían a su partido contra Camerún. Lo interesante es que también los hinchas de Camerún llevaban una bandera palestina en el estadio. Aficionados de todo el mundo han estado felices de aceptar y ondear banderas palestinas regaladas por voluntarios en las calles de Doha.
Israel presente y rechazado
Periodistas y ciudadanos israelíes pudieron asistir de forma excepcional al mundial por los requisitos de la FIFA, aunque Israel y Qatar no tienen relaciones diplomáticas formales. Es probable que el gobierno israelí haya pensado que el torneo sería una oportunidad sin precedente para tratar de demostrar que es capaz de existir en la región con los otros pueblos, de manera natural. Pues resultó que no.
Los fanáticos han rechazado abrumadoramente a los medios israelíes. Docenas de videos virales han circulado en redes sociales mostrando a israelíes tratando de hablar con gente común y corriente en las calles de la capital catarí, y no lo lograron para nada. Libaneses, saudíes, marroquíes, egipcios, jordanos, cataríes, yemenitas, tunecinos, palestinos, pero también japoneses, brasileños, iraníes y hasta ingleses han sido captados por las cámaras negándose rotundamente a participar en conversaciones con israelíes, o tratando de pararse detrás de los reporteros israelís durante sus grabaciones o su transmisión en vivo con banderas palestinas.
«No te damos la bienvenida aquí», le dice un fanático de Arabia Saudita a un periodista israelí en un video. En otro video, algunos hinchas ingleses se alinean detrás de un reportero israelí, uno de ellos de repente le sorprende diciendo: «¡Pero lo más importante es Palestiiin libre!» antes de alejarse. (Dice Palestiiin en inglés en vez de Palestine para acercarse de la pronunciación árabe)
Les fue tan mal a los medios israelíes que algunos de sus reporteros comenzaron a fingir que eran de otros países, como Portugal, Alemania y Ecuador. Otros continuaron intentándolo.
«Tenemos paz, ¿eh? Habeís firmado la paz, habeís firmado el acuerdo de paz», imploró un periodista israelí, tratando desesperadamente de convencer a los fanáticos marroquíes de que hablaran con él, mientras se alejaban, gritando: «Palestina, no Israel».
De hecho, en 2020, Marruecos, junto con Baréin, Emiratos Árabes Unidos y Sudán, firmaron acuerdos para normalizar las relaciones diplomáticas. Eso permitió a los israelíes viajar a estos países y sobre todo a los Emiratos Árabes Unidos, donde tuvieron una muy cálida recepción. Esta experiencia pudo haberles hecho pensar, erróneamente, que serían bienvenidos en la región, pero ese no es el caso. Quizás no sabían que en Emiratos no está permitido expresar ninguna opinión diferente a la del gobierno y nadie se atrevería a mostrar lo que realmente piensa.
La prensa israelí terminó reconociendo tras los incidentes de rechazo popular a los periodistas israelíes que los esfuerzos de normalización no resultaron tan exitosos como han sido presentados al público israelí por los políticos.
Los pueblos árabes siempre lo sabían: la normalización y los acuerdos de paz solo son válidos en papel con gobiernos que no representan a sus pueblos. Sus corazones permanecen con Palestina hasta que los palestinos sean libres, lo que sucederá solo cuando el resto de la región también sea libre. La supervivencia del estado israelí (que se presenta hacia Occidente como «la única democracia regional») depende esencialmente de regímenes dictatoriales antidemocráticos que hacen oídos sordos a las voces de su gente en todo lo relacionado con la libertad, incluida Palestina.
Boicot exitoso
Los videos virales de las desventuras israelíes en la Copa del Mundo retrocedieron. Diplomáticos israelíes expresaron su descontento con la forma en que se trató a los ciudadanos israelíes y pidieron a la FIFA y a Catar que garantizaran la seguridad y la comodidad de sus periodistas. También ha pedido Israel a la FIFA que castigara a la selección de Marruecos por haber izado la bandera palestina. Hay que recordar que las autoridades Israelíes prohíben de facto la bandera palestina en lugares como Jerusalén e usan la fuerza para bajar cualquier bandera e arrestar a los que la icen, aunque no esté prohibido por ley ni escrito en ninguna parte que eso sea ilegal.
Las quejas de los medios israelíes han sido recibidas con burla por muchos árabes, y algunos señalan la larga lista de periodistas palestinos que Israel ha maltratado, arrestado y asesinado, incluida la famosa periodistas de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, asesinada en mayo 2022, cuyo ataúd fue atacado por las fuerzas israelíes precisamente por el tema de la bandera. Su retrato también se pudo ver en el torneo.
Esta fuerte presencia palestina ha servido como un recordatorio de que la situación en Palestina es intolerable y no puede ser ignorada. A medida que avanzan los equipos o se eliminaban, los palestinos están siendo asesinados, desplazados, deportados, intimidados y arrestados sin ninguna solución en el horizonte. Ya van más de 20 palestinos asesinados por Israel desde el comienzo del mundial, es decir en promedio uno por día. Mientras tanto, una coalición de partidos de extrema derecha estará formando el gobierno israelí en los próximos días en un ambiente político cada vez más cargado de racismo institucional y normalizado contra los palestinos, patrocinado por el poder político. Varios aliados de Israel como EEUU y la Unión Europea ya han expresado su inquietud hacia el nuevo gobierno.
Mientras que Ucrania y sus seguidores lograron que la FIFA y la UEFA (Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol) suspendieran a la selección y los clubes de fútbol rusos de competir en sus torneos por la agresión rusa, los esfuerzos palestinos para obtener el mismo trato para Israel -por su ocupación ilegal según la ley internacional- de tierras palestinas, han fracasado hasta ahora. Sin embargo, los palestinos y sus aliados han logrado que este boicot se llevase a cabo en el mayor evento mundial a su manera: desde abajo hacia arriba. Si bien queda por ver qué fruto político traerá esta poderosa muestra de solidaridad, lo que quedará grabado en la memoria de los que asistieron a esta Copa del Mundo es definitivamente una victoria histórica contundente: Palestina 1, Israel: 0.
Texto publicado en Público.es