Cómo y por qué Israel creó a Hamás

«Hamás, a mi pesar, es una creación de Israel. Fue un enorme y estúpido error» dijo en 2009 quien fuera responsable de asuntos religiosos del gobierno israelí, Avner Cohen. Pero ya en 1981, el general a cargo de la ocupación de Gaza, Yitzhak Segev, señalaba a los medios que «El Gobierno de Israel me da un presupuesto y yo se lo doy a las mezquitas», centros que en apenas unos años serían la escuela de formación de Hamás, a tal punto, que medios de Tel Aviv cuestionan cómo la estrategia de promover a Hamás les ha explotado en la cara ¿Cómo y por qué pasó esto?

Por Alejandro Baeza

Hamás, el grupo que lidera los ataques hacia el territorio controlado por el Estado de Israel que causan noticia a nivel mundial, es una organización islamista, fundamentalista religiosa, salafista, nacionalista, racista y anticomunista, que si bien es parte de la resistencia palestina, también ha realizado una serie de atentados terroristas. Su origen se remonta al inicio de la Primera Intifada (de 1987 a 1993). En términos de categorías del mundo occidental, podría considerarse como un grupo de extrema derecha.

Actualmente, se ha convertido en la agrupación más grande de los grupos en resistencia a la ocupación sionista. Su nombre es un acrónimo árabe de Movimiento de Resistencia Islámica, aunque la palabra por sí sola tiene también significado en esta lengua: entusiasmo, fervor o celo. Es considerado un grupo terrorista por Israel y por su principal aliado, Estados Unidos, así como la Unión Europea, pero otros países como Brasil, Rusia, China, Turquía, Noruega o Suiza no lo consideran como tal.

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Está conformado por un brazo político comandado por Ismail Haniye (exiliado en Catar) y por una rama militar, las Brigadas Al Qassam. Desde que ganó las elecciones en 2006 gobierna a la Franja de Gaza, escenario actual de las acciones militares. No obstante, tras su victoria democrática, comenzó a sufrir un brutal bloqueo por parte del Estado de Israel, que impide el acceso de bienes y servicios, en una algo que Naciones Unidas califica como un «castigo colectivo» y como la cárcel a cielo abierto más grande del mundo como lo dice Amnistía Internacional o HRW, mientras que otros analistas, incluido el presidente Petro de Colombia, definen a Gaza como un campo de concentración.

Si bien fue fundado en 1987, su estructura venía forjándose desde antes. Ya en 1979, el líder religioso, Ahmed Yasín, logró la venia de Israel (ocupante de Gaza, entonces) y fundó el Centro Islámico, el origen de Hamás y una suerte de filial del movimiento de los Hermanos Musulmanes de Egipto.

Desde un principio tuvo apoyo constante y sonante de la entidad sionista. Avner Cohen, quien fuera responsable de Asuntos Religiosos en la Gaza ocupada de entonces, afirmó en una entrevista de 2009 al The Wall Street Journal  que «Hamás, a mi pesar, es una creación de Israel (…). Fue un enorme y estúpido error». En tanto, del general de las tropas de ocupación en Gaza, Yitzhak Segev, ya en 1981 le comentaba al The New York Times que «El Gobierno de Israel me da un presupuesto y yo se lo doy a las mezquitas», las que no eran solamente centros de cultos religiosos, sino que eran los puntos en que Hamás realizaba su reclutamiento.

En 2019, el Jerusalem Post publicó una nota en que filtraba declaraciones de Netanyahu donde defendía que se siguiera permitiendo el financiamiento a Hamás como una estrategia de promover el gobierno autónomo en Gaza para mantener divididas ideológica, de acción y territorialmente a las facciones palestinas. En relación a esto mismo hace unos días el periódico en inglés de Tel Aviv, Times of Israel, denunció este asunto en un artículo derechamente titulado «Durante años Netanyahu apoyó a Hamás. Ahora explotó en nuestras caras«.

¿Pero cuál era el interés del Estado de Israel en apoyar la formación de un grupo islamista? La respuesta es sencilla: debilitar a quien durante décadas fue la principal organización que representaba los intereses del pueblo palestino: la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

La OLP, liderada por Yaser Arafat, era una organización de izquierda que agrupaba a socialistas, comunistas, nacionalistas laicos, ateos, panárabes, baas, socialdemócratas y otros. El Estado de Israel prefirió alimentar un grupo radical islámico para quitarle poder a una organización fuertemente politizada, con vínculos internacionales y con un proyecto, pues Hamás les veía como un grupo entreguista y blasfemo, por promover el comunismo y ateísmo, muy a grandes rasgos. Algo parecido a lo que hizo la CIA con los muyahidines de Afganistán (luego transformados en talibanes), que fueron sostenidos para combatir a los comunistas afganos y luego a la Unión Soviética.

El quiebre más grande fue cuando la OLP reconoció al Estado de Israel en 1993 en los Acuerdos de Oslo, un plan que nunca se aplicó y uno de los tantos errores del organismo que terminaron por radicalizar a una juventud que en alguna parte se acercó al yihadismo.

A partir de entonces, la OLP -encabezada por el partido Al-Fatah- comenzó un declive de pérdida de poder, influencia y legitimidad en Palestina, aferrada a los compromisos internacionales que su contraparte nunca respetó, mientras Hamás seguía recogiendo buena parte de ese descontento y ganando poder e influencia.

En 2005, cuando Israel retiró sus tropas y asentamientos de Gaza, Hamás postuló a todos los cargos, ganando ampliamente los comicios de 2006 por sobre el 75% (en elecciones respaldadas por la comunidad internacional). Desde entonces, Hamás gobierna este territorio de la Palestina histórica, mientras Cisjordania se mantiene bajo el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), bajo hegemonía de Al-Fatah.

Por ello es correcto decir que el Estado de Israel creó a Hamás. No porque haya nacido de la cabeza del Mossad, sino porque hicieron todo lo posible para que este grupo radical creciera: financiándolo, promoviéndolo, legitimándolo, pero también, han sido sus propias acciones contra el derecho internacional, los acuerdos firmados, desobedeciendo 15 resoluciones de la ONU, así como la humillación y despojo hacia el pueblo palestino, los que han radicalizando a la población y han hecho que lamentablemente Hamás se haya convertido en la única fuerza que ha estado haciendo resistencia efectiva.

 

*Imagen: Brigadas Al Qassam de Hamás. Hadi Mohammad | Farsnews.ir | Obtenida de WikiMedia

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