[resumen.cl] Desde hace bastante tiempo se acusa a la empresa Biobiogenera (ex Octopus) la «compra de consciencias» con el propósito de captar apoyo a su proyecto de construcción de terminal marítimo y un gasoducto, destinados a recibir y transportar el combustible hacia una termoeléctrica, planificada para ser construida en la comuna de Bulnes y producir 1140 MW de energía eléctrica.
El pasado sábado 25 de junio, tres días antes de la aprobación del proyecto, por parte de la Comisión Evaluadora del Biobío, la alcaldesa Ivonne Rivas denunció que "unos dirigentes estaban molestos porque habían llegado a ofrecerles recursos, que más que [ser] soluciones a algunos sectores de la comuna es como ir a comprar conciencias... Yo lo denuncié, lo hice ver con el Intendente... para nosotros es preocupante… porque si el proyecto es tan bueno, si el proyecto no tiene problemas, esas artimañas, obviamente, no se pueden andar utilizando".
La acusación de la edil tiene respaldo en un documento contenido en la Adenda del proyecto, emitida el 16 de septiembre de 2015. Específicamente en el Anexo 25, denominado «Convenio de entendimiento y colaboración con el Sindicato de Trabajadores Independientes Buzos Mariscadores de Lirquén«, se detallan los ámbitos de colaboración entre la empresa Octopus LNG SPA y esta organización compuesta por 60 socios, según el texto. El convenio está rubricado por Carlos Inzunza Bustos, Gabriel Quiroga Fierro y Rafael Navarrete Sandoval, en calidad de Presidente, Secretario y Tesorero del Sindicato, respectivamente. Y, por Juan Gana Errázuriz, en representación de Octopus LNG SPA.
En su introducción se establece que: «Este programa consistirá en la materialización de inversión directa en iniciativas del sindicato y en la opción preferente de miembros de esta organización para la prestación de servicios requeridos por el terminal».
Más adelante se afirma que el programa de colaboración «se hará efectivo una vez comenzada la construcción del terminal…». Y éste constará de las siguientes acciones:
-La colaboración de Octopus LNG SPA en la adquisición de un terreno para la construcción de una zona de servicios para el sindicato. Además, en la construcción e implementación de una nueva sede para éste.
-Aportación de recursos para un sistema de vigilancia sobre los cultivos del sindicato. También en el financiamiento de la confección y equipamiento de un bote orientado a la misma función y a otras.
-Aportación de recursos para la construcción e implementación de un restaurant.
-Aportación de recursos para financiar asesoramiento técnico respecto a los cultivos manejados por el sindicato.
-Octopus LNG SPA, entregará al sindicato un listado con los servicios requeridos durante la construcción del terminal y el gasoducto, en los cuales sus miembros tendrán una «opción preferente» al momento de evaluar su contratación por Octopus LNG SPA o por sus contratistas.
-Finalmente, la empresa se comprometió a destinar recursos a la compra de un terreno, donde se construirían viviendas para familiares de socios del sindicato.
La promesa de entrega de dinero a un grupo afectado por la instalación de este proyecto, a cambio de «colaboración», cuando ésta se encuentra en evaluación ambiental, no fue entendida como ilícita o, por lo menos impropia, por parte de la Comisión Evaluadora que aprobó el proyecto GNL Penco-Lirquén. Entonces, pareciera que el traspaso de dinero a organizaciones sociales, condicionado al apoyo de iniciativas empresariales en evaluaciones técnicas (como se han encargado de enfatizar), se ha institucionalizado, junto a la naturalización del soborno y el cohecho acostumbrado en la clase política. Por último, falta conocer si es lícito el ocultamiento de la cantidad de dinero comprometida en el presente Convenio.
Aquí está el documento íntegro.