Sr. Director.

Nuevamente esta subametralladora la encontramos a plena luz del día, incluso fuera de colegios donde se apuestan pacos debido a consecutivos robos, como lo fue en el caso de la Escuela Chile-España en Concepción.

Expertos hacen gárgaras apuntando a que es «lo mínimo para enfrentar delincuentes«, y otros victimizan el actuar de la policía debido a la falta de entrenamiento. Sin embargo, luego del retorno de esta arma a las manos de una policía viciada ¿Se ha planteado nuevamente la formación de Fuerzas de Orden y Seguridad en cuanto al manejo de sus fierros? ¿Se ha limitado su utilización? Pues pareciera ser que el Gatillo Fácil es su única preocupación para poder validar las vulneraciones que encabezan.

Y es que el tema es de fondo. No nos referimos solo al poder de armas de la misma policía que ha protagonizado su comercialización con el narco, sino que también a los usos que se les da y la política estructural que se encuentra detrás. En su edición del 13 de abril, El Mercurio dio cabida a duras críticas por la propuesta que buscaba consultar al Instituto Nacional de Derechos Humanos sobre la actualización las Reglas del Uso de la Fuerza, acusando «captura ideológica»; es decir, se busca dar aún más rienda suelta a la injerencia y presión policial a las decisiones políticas.

Parece que aún no se comprende que la crisis no se superará aumentando el poder de fuego a tontas y locas. El caso del joven David Toro en San Antonio es un claro y lamentable ejemplo. Aumento de fuego para la policía, se suma a un pésimo e irregular procedimiento y desemboca en un asesinato sobre el cual se acusa fuerza desmedida.

El tema acá es estructural, y le pueden entregar todos los fierros a ratis, pacos y milicos. Pero sus procedimientos y sus vicios anclados seguirán propulsando y aumentando las vulneraciones contra la población sin avanzar en la lucha contra el narco y el crimen organizado. Es más, quizá hasta estos últimos se vean beneficiados con una eventual compra-venta de UZI en las calles.

Por J. Arroyo Olea