Son diversos sectores de la clase trabajadora británica los que se encuentran movilizados en protestas callejeras y huelgas laborales en todo el Reino Unido exigiendo aumento de salariales ante el costo de los alimentos y de la vida en general, en las huelgas más grandes desde la época de Margaret Thatcher.

Por Alejandro Baeza

Reino Unido está viviendo protestas de trabajadores y trabajadoras de diversos sectores en demanda de subidas salariales en respuesta al aumento del costo de la vida producto de la inflación.

A pesar que en el país se han registrado importantes alzas en los salarios, éstos están por debajo de la inflación, por lo que el aumento no ha significado una subida real, sino al contrario, una disminución. En concreto, el crecimiento promedio de los salarios regulares para el sector privado fue del 6,9% en el trimestre y del 2,7% en el sector público, no obstante, el IPC del país ha crecido en 10,7% en 2022.

Los principales sectores en huelga son en el transporte, principalmente en ferrocarriles, sanidad, correos, aduanas, educación y otros, siendo ola de huelga es la más grande en 40 años, en la época de Thatcher. Las dificultades generadas en los desplazamientos han llevado a cancelar numerosas actividades típicas de fin de año, funciones y reuniones familiares.

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El personal de aduanas e inmigración de todos los aeropuertos de Reino Unido han anunciado que se sumarán a la huelga. Ante este escenario, el Gobierno llamó a evitar viajar y replanificar las vacaciones. «Si se llevan a cabo todas estas huelgas, innegablemente habrá un trastorno grave para los miles de personas que tengan planes de viaje», afirmó la ministra del Interior, Suella Braverman, para posteriormente agregar que el Ejército intervendrá para suplir algunas plazas puestos control de pasaportes, así también en médicos y enfermeros, conductores de trenes y autobús y agentes de aduanas.

Este paro se programó para los días entre el 23 y el 29 de diciembre en los aeropuertos londinenses de Heathrow y Gatwick, el de Manchester, Birmingham, Newhaven y en el galés de Cardiff.

Desde el gobierno del Partido Conservador y la clase alta están en una guerra mediática contra los sindicatos y trabajadores movilizados. El primer ministro, Rishi Sunak, señaló que las demandas "no son razonables". Por su parte, la oposición del Partido Laborista se ha mantenido al margen en una posición timorata, aceptando los aumentos salariales, pero diciendo que deben ser manera moderada y gradual.

A esta huelga en el sector de aduanas e inmigración se suman también los paros convocados por el Sindicato Nacional de Trabajadores de Ferrocarriles, Mar y Transportes (RMT), que desde junio tienen en jaque al transporte ferroviario y por carretera de todo el país.

Se prevén también paros entre los afiliados del Sindicato de servicios públicos y comerciales (PCS, en inglés) en el Ministerio de Trabajo y Pensiones, la Agencia de Carreteras y los examinadores de autoescuela.

En los próximos días también se han programado huelgas entre trabajadores de los servicios públicos, como profesores, médicos, enfermeros, carteros y conductores de ambulancias.

Frente a esta oleada de descontento, el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, ha prometido «leyes más duras». Ante esta amenaza, la secretaria general de la confederación sindical TUC, Frances O'Grady, ha denunciado que el premier «sólo persigue que las clases trabajadoras tengan mucho más difícil alcanzar mejores salarios y mejores condiciones de trabajo».

Finalmente, durante la jornada de ayer jueves 15, más de 100 mil enfermeras y enfermeros se sumaron a los grupos huelguistas, la primera vez en 106 años que los enfermeros realiza una huelga, tanto en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte.

La situación no es la única en Europa, pues en menor medida, movilizaciones por las mismas causas se están llevando a cabo en Alemania, Francia, Italia y el Estado español ante el alarmante alza en el costo de la vida producto de la inflación, situación que afecta de manera mucho más fuerte a la clase trabajadora de América Latina.