A menos que se ponga la justicia para el Sur Global al centro de la discusión, las políticas y acciones resultantes estarán muy por debajo de las necesarias para abordar la crisis climática, y la COP26 habrá resultado en el mismo desprecio por aquellos cuyas vidas y medios de subsistencia son los más importantes.

Por War on Want

El Reino Unido dio apertura a la cumbre anual de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP26), que se realizará del 31 de octubre al 12 de noviembre. Los científicos que estudian el clima han emitido una advertencia de código rojo para la humanidad mientras que las sequías, las inundaciones, los incendios y las hambrunas devastan las vidas y los medios de subsistencia de millones de personas en el mundo. La prevención del colapso climático catastrófico y descontrolado, que dejaría a muchos luchando por sobrevivir, requiere que los aumentos de temperatura se limiten a no más de 1,5 ° C.

Sin embargo, durante décadas, los gobiernos ricos que han sido los principales responsables de causar la crisis y han acumulado una enorme riqueza a partir de actividades altamente contaminantes se han negado a hacer lo que les corresponde para reducir las emisiones. Ahora, los gobiernos del Norte global están tratando de trasladar su responsabilidad a los países en vía de desarrollo, mientras ellos mismos continúan contaminando y explotando los recursos del planeta, y apuestan nuestro futuro por tecnologías arriesgadas y no probadas.

Los países más ricos han incumplido su promesa de proporcionar la financiación que tanto necesitan los más pobres. En lugar de ello, los obliga a asumir aún más préstamos que generan deuda, mientras que las empresas contaminantes reciben enormes subsidios públicos y acuerdos comerciales que protegen sus ganancias. Este enfoque convierte ecosistemas, comunidades y ciudades enteras en zonas de sacrificio.

Reino Unido: un fracaso del liderazgo climático

La cumbre tendrá lugar en medio de la pandemia Covid-19, y un «apartheid» de vacunación. En algunos países del Sur Global, solo el 1% de los ciudadanos han sido vacunados. Este es un resultado directo de que el Reino Unido, los EE. UU., La UE, Noruega, Suiza y otras naciones ricas prioricen las ganancias de las grandes compañías farmacéuticas por encima de la vida y la salud de las personas, al negarse a renunciar a las patentes de las vacunas.

A un nivel muy básico, el Reino Unido no ha logrado garantizar que los países más afectados estén debidamente representados en la Cumbre COP26. A muchos delegados de gobiernos de países en desarrollo, así como a observadores de la sociedad civil, se les ha impedido efectivamente asistir a la Cumbre del Clima por la mala gestión de la crisis de Covid y por los requisitos de entrada de visado. El Reino Unido no ha implementado los planes necesarios para facilitar la participación efectiva y establecer una agenda ambiciosa.

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En cambio, el Reino Unido se ha propuesto hacer de la COP26 un ejercicio de relaciones públicas para que el gobierno aparezca como un "líder mundial" después del Brexit. La visión del Reino Unido para la COP26 se centra principalmente en asegurar una imagen positiva de sí mismo en lugar del mejor resultado posible de las negociaciones.

A pesar del discurso fuerte sobre el clima, el Reino Unido ni siquiera está cumpliendo sus propios objetivos débiles para reducir la contaminación, se niega a implementar los ambiciosos planes necesarios, continúa expandiendo el uso de combustibles fósiles y promulga políticas destructivas que protegen los intereses de las grandes empresas y su centro financiero, The City of London.

El principal objetivo de la estrategia del Reino Unido es acorralar a los países para que «sigan el ejemplo» del Reino Unido y anuncien un objetivo de cero emisiones netas para 2050. Pero el concepto del llamado «cero neto» es profundamente inequitativo y no contribuye de manera significativa a las reducciones necesarias para limitar el calentamiento a 1,5 ° C. «Cero neto» no hace nada para cambiar la dependencia de la extracción y quema de combustibles fósiles. Es un enfoque que se basa en «compensar» el carbono liberado a la atmósfera en lugar de mantener los combustibles fósiles en el subsuelo. Los esquemas de «cero neto» permiten a los países y corporaciones más responsables de causar la crisis climática evitar la responsabilidad y su parte justa de esfuerzo y reparación, y le da un tinte verde a su enfoque de negocio como es de costumbre. La pertenencia a este «club cero neto» se utiliza como punto de referencia para determinar si un país es un «líder» o no.

El gobierno del Reino Unido también ha dicho que el progreso sobre «carbón, automóviles, efectivo y árboles» será el criterio para juzgar el éxito de la Cumbre COP26. En realidad, para que cualquier COP tenga éxito, los países deben anteponer a las personas y al planeta a las ganancias, comprometiéndose con un enfoque más radical; un Nuevo Pacto Verde Global. Eso significa una transición de la justicia que desarraigue los sistemas de injusticia y opresión que han creado estas crisis.

Afrontar la crisis: nuestras demandas

Para abordar la urgencia de la crisis climática, la COP26 como mínimo debe comprometerse a:

1. Lucha por 1.5c y objetivos 'cero emisiones reales

Los países ricos deben hacer su parte justa de esfuerzo y comprometerse con objetivos cero reales para 2030, con objetivos de cero emisiones reales para los países en desarrollo para 2050.

2. Entregar los $ 100 mil millones en financiamiento climático

Los países ricos deben entregar los $100 mil millones al año en financiamiento público nuevo y adicional que han prometido, y comprometerse con un nuevo objetivo financiero basado en las necesidades reales de quienes enfrentan el colapso climático.

3. Un objetivo mundial para la adaptación

Los países deben acordar un objetivo global que apoye a los países más pobres con la planificación y la implementación para adaptarse al clima cambiante, y garantizar que se disponga del apoyo financiero y tecnológico adecuado.

4. Reparaciones por daños climáticos

Los países ricos deben acordar proporcionar financiación pública adicional en compensación a aquellos que soportan la peor parte de las pérdidas y daños por el colapso climático en la actualidad, para ayudarles a recuperarse y reconstruir sus vidas.

5. Invierta en soluciones reales de descarbonización

Los países deben abandonar la falsa solución de la compensación de carbono y los mercados de carbono y, en cambio, comprometerse a promover las soluciones reales necesarias a través de enfoques cooperativos y no de mercado.

6. Un Nuevo Pacto Verde Global para una Transición por la Justicia

Los países deben comprometerse a establecer una vía de transición basada en la justicia que responda a la urgente necesidad de actuar, sin dejar a nadie atrás, a través de un marco global de cooperación y solidaridad. Para lograrlo, deben comprometerse a proporcionar los billones necesarios para garantizar a todos el derecho a vivir con dignidad.

A medida que los líderes mundiales negocian, cualquier compromiso y resultado de la COP26 debe probarse con cuatro medidas básicas:

A – ¿Nos mantiene por debajo de 1,5 ° C?

B – ¿Nos permite vivir dignamente respetando los límites planetarios?

C – ¿Deshace las injusticias históricas, la desigualdad y los desequilibrios de poder?

D – ¿Contribuye a construir una sociedad de cuidado y reparación, donde todxs tienen derecho a una vida digna?

Estas pruebas subrayan la naturaleza global, injusta e interconectada de las crisis que enfrentamos y la importancia del internacionalismo, la equidad y el pensamiento sistémico en las soluciones que se proponen.

A menos que se ponga la justicia para el Sur Global al centro de la discusión, las políticas y acciones resultantes estarán muy por debajo de las necesarias para abordar la crisis climática, y la COP26 habrá resultado en el mismo desprecio por aquellos cuyas vidas y medios de subsistencia son los más importantes.

Fotografía principal: DW | Reuters