La Corte de Apelaciones de Temuco confirmó la sentencia que condenó al ex oficial de Ejército Sergio Hernán Valenzuela González, y a los entonces soldados Exequiel Eugenio Trullenque Sepúlveda, Eduardo Urrutia Ronda y Ariel Valdemar Reyes Figueroa a 20 años de presidio, en calidad de autores de los homicidios del funcionario de Indap Eliseo Segundo Jara Ríos y del joven Pedro Mario Alonso Muñoz Apablaza. Ilícitos de carácter de lesa humanidad, perpetrados en octubre de 1973, en la comuna de Victoria.
Por Darío Núñez
En fallo unánime (causa rol 345-2024), la Tercera Sala del tribunal de alzada descartó infracción en la sentencia impugnada, dictada en enero del 2024 por el ministro en visita extraordinaria Álvaro Mesa Latorre, y confirmó, además, la condena impuesta al civil Jorge Octavio Temer San Martín a 19 años de presidio, en calidad de coautor de los delitos.
Asimismo, La Tercera Sala confirmó la sentencia que condenó a los ex oficiales Hernán Augusto Salazar Schifferli y Manuel Alfonso Fernández Domínguez; y de los ex soldados Carlos Enrique Molina Cabrera, Jacinto Mansilla Villarroel y Juan Bautista Santibáñez Hermosilla a 15 años de presidio, como cómplices de los delitos. En tanto, los ex oficiales Darío Alejandro Reyes Núñez y Alfredo Hernán Parra Uslar deberán cumplir 5 años de presidio, en calidad de encubridores.
En la investigación judicial y sentencia de primera instancia, el ministro Álvaro Mesa Latorre dio por establecido que la víctima Eliseo Segundo Jara Ríos, de 38 años de edad, jefe de área del Instituto de Desarrollo Agropecuario INDAP de Victoria y militante del Partido Socialista, fue detenido el 16 de septiembre de 1973 y trasladado a la cárcel de esa ciudad. Durante los días siguientes, Jara Ríos fue sometido a interrogatorios en la Fiscalía Militar, que estaba a cargo del capitán de Ejército René Castro Lobos (fallecido) del Batallón de Transportes N°4 de esa comuna; luego fue dejado en libertad y vuelto a detener a lo menos en tres oportunidades.
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La última aprehensión ocurre el 16 de octubre de 1973. Durante todo este proceso, hubo otros detenidos por motivos políticos en la cárcel de Victoria que notaron el deteriorado estado de salud de Jara Ríos. En ese período recibieron la visita del segundo comandante del Batallón de Victoria, mayor Humberto Julián Torres Torres (fallecido), quien les dijo que estaban detenidos bajo la tutela de la Gobernación.
La víctima Pedro Mario Alonso Muñoz Apablaza, joven de 21 años, estudiante, sin militancia política, fue detenido en horas de la mañana el 27 de octubre de 1973 en las afueras de su casa por una patrulla militar al mando del teniente Germán Jorge Barriga Muñoz (fallecido), del Regimiento de Ingenieros Ferrocarrileros de Puente Alto. Muñoz Apablaza fue subido a un camión militar en presencia de sus padres señalándoles el oficial a estos que se lo llevarían para efectuarle algunas preguntas.
La misma mañana del 27 de octubre, el capitán Sergio Valenzuela González organizó dos grupos con la mayoría de los militares bajo su mando conformado por instructores y soldados conscriptos disponiendo de un camión y un jeep para cada uno de estos. Él encabezó el primer grupo presentándose momentos más tarde en la guardia de la cárcel de Victoria donde solicitó se le entregara al detenido Elíseo Jara Ríos para efectuar diligencias en el proceso que se llevaba en su contra, quedando estampado en el libro de novedades que por orden verbal del fiscal militar de Victoria se le hacía entrega del detenido al oficial requirente. Según un testigo, Jara Ríos iba esposado.
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Posteriormente, la comitiva se dirigió hacia el Batallón de Transportes N°4 Victoria, donde Valenzuela le ordenó al teniente del Regimiento de Ingenieros Ferrocarrileros Manuel Alfonso Fernández Domínguez que se subiera al jeep en el que se movilizaba, que conducía el cabo Luis Alberto Cortés Beltrán (sobreseído). Tanto el camión que transportaba al detenido como el jeep se dirigieron hacia el sector rural de la ciudad.
El segundo grupo de militares quedó al mando del teniente Germán Jorge Barriga Muñoz (fallecido), proveniente del Regimiento de Ingenieros Ferrocarrileros de Puente Alto, integrando este grupo, además de soldados conscriptos y clases, el civil de derecha perteneciente al grupo fascista Patria Y Libertad, Jorge Octavio Temer San Martín, que la noche anterior había invitado a Valenzuela y sus acompañantes a su domicilio. A este facho civil le fue proporcionada ropa de camuflaje e indumentaria militar.
Ambas patrullas militares se dirigieron con los dos detenidos hasta el fundo California, que era de propiedad del Ejército, y estaba ubicado hacia el camino a Curacautín. En ese lugar hicieron bajar de los vehículos a Eliseo Jara Ríos y a Pedro Muñoz Apablaza, tomando el capitán Valenzuela a Jara Ríos y el teniente Barriga a Muñoz Apablaza, llevándoselos hacia lugares distantes el uno del otro donde los ejecutaron disparándoles ráfagas de fusil.
Dichas ejecuciones recibieron la activa colaboración de los soldados clase que componían cada patrulla, a saber: Exequiel Eugenio Trullenque Sepúlveda, Eduardo Urrutia Ronda, Ariel Waldemar Reyes Figueroa, Carlos Enrique Molina Cabrera, Jacinto Mansilla Villarroel, Juan Bautista Santibáñez Hermosilla, Luis Alberto Cortés Beltrán (sobreseído), Jorge Humberto Bravo Campos (sobreseído), José Mercedes Videla Gallardo (fallecido), así como la del facho civil, Jorge Octavio Temer San Martín. Fueron testigos presenciales de estas ejecuciones otro teniente del Regimiento de Ingenieros Ferrocarrileros, Manuel Alfonso Fernández Domínguez y algunos soldados conscriptos.
Posteriormente, el capitán Valenzuela González reunió a todo el grupo involucrado en los hechos y ordenó guardar silencio respecto de lo que allí había sucedido.
En días posteriores emanó un bando desde la Gobernación que fue publicado en la prensa local y regional que señalaba que los detenidos Jara Ríos y Muñoz Apablaza eran peligrosos extremistas que habían sido dados de baja por intentar fugarse mientras eran interrogados por una patrulla de Fuerzas Especiales del Ejército.