[resumen.cl] El proyecto minero Agua Rica -integrado al Proyecto MARA- liderado actualmente por la empresa Yamana Gold debe pagar apenas 3.650 pesos argentinos al gobierno de Catamarca (Argentina) por utilizar 20.000 litros de agua al día, lo cual son cerca de 30 mil pesos chilenos. La insólita cifra representa la situación de la mercantilización del agua pese a las situaciones que afrontan las comunidades de Andalgalá.

Más de una década de organización es la que existe en Andalgalá, ciudad ubicada en la provincia de Catamarca en el hermano país de Argentina, contra la profundización del extractivismo liderado por capitales transnacionales. Específicamente, y de forma más reciente, se encuentra la amenaza del Proyecto MARA (Minera Agua Rica Alumbrera) liderado por la empresa canadiense Yamana Gold, la cual busca desarrollar la explotación de, principalmente, oro y cobre.

Las movilizaciones no se han detenido en el territorio, donde las y los habitantes de Andalgalá ya cumplieron 600 «Caminatas por la Vida», expresiones de protesta que se realizan cada sábado y ha instalado consignas tales como «¡Bajen las máquinas del cerro!», en oposición a la intervención minera.

En este contexto es que durante esta semana se ha revelado información sobre la mercantilización de las aguas en el territorio. Concretamente, documentación timbrada por el Gobierno de Catamarca, en representación de Javier Camisasso, director de hidrología y evaluación de los recursos hídricos, reveló que la administración estatal cobra $3.650 pesos argentinos a la minera Agua Rica -la cual está integrada a Yamana Gold- por usar 20 mil litros de agua al día.

Fotografía: Elextremosur.com

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Desde Catamarca Informa han declarado que, considerando un año de perforaciones, «esa cantidad implica 7,3 millones de litros. Como añadidura, nadie controla el volumen utilizado, por lo que la minera usa discrecionalmente el recurso».

La insólita suma de cobro, que serían cerca de 30 mil pesos chilenos por 20.000 litros de agua diarios, ha sido duramente criticada por la población tras hacerse pública considerando la grave crisis ambiental que azota a escala internacional. En esta línea, tal como dio a conocer Rosa Farías, integrante de la Asamblea El Algarrobo en abril de este año, el proyecto se instalaría «sobre uno de los ríos que alimenta la cuenca del río Andalgalá, que es del que nosotros tomamos agua», lo cual ha significado una férrea defensa por parte de las comunidades.

Asimismo, tal como informa Extremo Sur, esta mercantilización de las aguas facilitándola al extractivismo minero se presenta en un escenario donde «a los productores se les secan los cultivos por no tener suficiente agua para regar los cultivos».

Fotografía principal: econojournal.com.ar