Cuba y Bolivia ingresaron a partir del 1 de enero oficialmente al grupo de los BRICS, sumándose a Brasil como los tres Estados asociados a la mayor alianza económico-comercial del mundo.

Por Joaquín Pérez

Cuba y Bolivia adquirieron oficialmente el estatus de países asociados del grupo BRICS, uniéndose a una plataforma fundada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, la cual realizó una primera ampliación de socios el 1 de enero 2024 con Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán), y que suma recientemente a Cuba y Bolivia, además de Argelia, Bielorrusia, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.

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Con estas nuevas incorporaciones, los BRICS representan en 2025 cerca del 40% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, y prácticamente el 50% de la población global.

Si bien la noticia ya circulaba extraoficialmente desde la última cumbre de los BRICS en Kazan (Rusia) en octubre pasado, la oficialidad de la medida se informo recién este primero de enero.

Cuba una oportunidad de romper el bloqueo

Para Cuba, su incorporación al BRICS supone una oportunidad clave para sortear el prolongado bloqueo económico impuesto por Estados Unidos.

El potencial de Cuba dentro del bloque radica en su desarrollo biotecnológico, la producción de medicamentos y vacunas, además de la cooperación científica y tecnológica, como también la industria del turismo.

Los BRICS son una oportunidad para Cuba de comerciar con monedas locales dentro del BRICS, disminuyendo con ello su dependencia del dólar.

Bolivia el acceso a nuevos mercados

Bolivia, por su parte, encuentra en el BRICS la posibilidad de expandir sus exportaciones a gigantescos mercados como la India y China, pero además la posibilidad de negociar la exportación de sus materias primas a cambio de transferencia tecnológica e industrialización del país.

Otro hecho relevante para ambos países cooperación financiera multilateral, el Banco de los BRICS como alternativa al FMI y el Banco Mundial.

El presidente boliviano Luis Arce recalcó el carácter diverso y multilateral del grupo, que no está basado en afinidades coyunturales, sino en principios de cooperación y respeto a las diferencias.