La crisis que vive Perú fue uno de los temas centrales durante VII Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Diferentes mandatarios del continente comentaron su condena a las acciones represivas llevadas por el régimen de Dina Boluarte, que se han traducido en más de 60 muertes, incluso la legitimidad del gobierno.
Por Alejandro Baeza
Durante la jornada de este martes 24 de enero se vivió el cierre de la VII Cumbre de la CELAC celebrada en Buenos Aires, Argentina. La instancia, además las intenciones manifiestas de avanzar en materia de integración regional, sirvió para que mandatarios de la región condenaran la represión de la que está siendo víctima el pueblo peruano, las violaciones a los derechos humanos.
Una de ellas fue la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien señaló: «Condenamos el golpe de Estado en Perú y la agresión a la que está sometido el pueblo peruano. Nuestra solidaridad con el presidente legítimo electo, Pedro Castillo, y demandamos su inmediata liberación».
También puedes leer | Héctor Béjar: Perú vive momento constituyente de un nuevo sistema
Por su parte, el mandatario chileno, Gabriel Boric, indicó: «Más de 50 personas han perdido la vida y eso nos debiera escandalizar, es inaceptable también que las universidades de América revivan las tristes escenas de los tiempos de las dictaduras del Conosur como sucedió recientemente con el violento ingreso de la policía a la Universidad Mayor de San Marcos».
En tanto, el colombiano Gustavo Petro indicó: «¿Por qué tenemos que seguir manteniendo violaciones del sistema interamericano a pesar de que nuestros gobiernos firmaron en el pasado el tratado? ¿Por qué tienen que haber golpes parlamentarios y violentos? ¿Por qué presidentes elegidos popularmente hoy están presos cuando deberían en esta mesa? ¿Por qué se le vulneran, a partir de autoridades administrativas e incluso parlamentarias, los derechos políticos a cualquier ciudadano o ciudadana, cuando la carta que firmamos todos en 1972 no permite que se le violen los derechos políticos a ningún ciudadano o ciudadana si no es por sentencia de juez penal».
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, además aprovechó la instancia para criticar a la Organización de Estados Americanos (OEA): «En estos momentos el pueblo peruano merece nuestra atención y solidaridad. Digo igualmente que no reconocemos ni reconoceremos autoridad alguna a la OEA, que es la organización que al servicio de Estados Unidos apoyó y apoya intervenciones militares, golpes de Estado y la injerencia en América Latina y el Caribe, contra gobiernos populares y legítimos. La OEA es la organización que no hizo nada contra los asesinatos, las torturas, las desapariciones forzosas y la persecución de líderes sociales progresistas y de izquierda de la región, que permanecerán por siempre en nuestra memoria».
Así, se establece una postura similar como bloque respecto a la grave crisis que atraviesa el Perú desde que fue destituido Pedro Castillo en diciembre pasado.
¿Qué es la CELAC?
La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) es el primer intento concreto de generar unidad geopolítica a nivel internacional de todas las naciones de América Latina y el Caribe, sin la injerencia de Estados Unidos.
Fundada en 2010 en sesión de la Cumbre de la unidad de América Latina y el Caribe, entró en operación en enero de 2013. Si bien se trata de un esfuerzo coordinado de diversos gobiernos, se trata de una instancia impulsada principalmente por el fallecido presidente Hugo Chávez y sin duda se trata de uno de sus principales legados.
Como pretendía ser un organismo de integración regional real sin el control de Estados Unidos (y con la presencia de Cuba, a diferencia de la OEA), la primera presidencia en 2013 la ocupó el Chile de Sebastián Piñera, siendo sucedido en el cargo por Raúl Castro, presidente de Cuba, como una muestra de la transversalidad ideológica que pretende el proyecto.
La CELAC está compuesta por 32 países, de entre los cuales 18 son hispanohablantes, uno de habla portuguesa, 12 de habla inglesa, uno de habla francesa y uno de habla neerlandesa.
En enero de 2020, el Brasil del ultraderechista expresidente Jair Bolsonaro comunicó su decisión de suspender su participación en la CELAC por considerar que el organismo «daba protagonismo a regímenes totalitarios», decidiendo así restarse de un espacio del que el país está llamado a ser el líder natural.
La decisión del recién asumido Lula da Silva de retornar a la CELAC apenas a cuatro días de iniciar su mandato, pone en relive la importancia del organismo y vuelve a poner a Brasil como un referente internacional, un papel que perdió completamente durante la desastrosa gestión de Bolsonaro, en que se convirtió en un país satélite de las políticas de Donald Trump.