Descarrilamiento de la vía represiva en el Wallmapu

Más de un año y medio de estado de excepción en Chile bajo el pretexto de la pandemia, con presencia militar en todo el país, no impidió que el conflicto en Wallmapu no solo se expandiera geográficamente, sino que también aumentara en el número de acciones y principalmente, que la magnitud de las mismas fuera superior.

Por Agustín González

Tras el término del Estado de excepción por pandemia, el Gobierno jugó con un estado de excepción restringido solo a 4 provincias en territorio mapuche, con el supuesto fin único de contener lo que ellos denominan "violencia rural". Sin embargo, esta medida aplicada previo a las elecciones presidenciales y parlamentarias, más bien tiene el objetivo de sacar provecho electoral a la situación, principalmente, en la región de la Araucanía.

El cálculo de la Moneda, implicaba una ratificación del parlamento solo a días de las elecciones, para prolongar la medida y con ello ratificar una de sus apuestas comunicacionales que apunta a responsabilizar al parlamento del rotundo fracaso de la administración Piñera en materia de seguridad pública.

Con Carabineros y PDI desmoralizados tras su rotundos fracasos en Wallmapu o territorio mapuche, los únicos dispuestos a cumplir el histórico papel esbirros de los intereses de grandes empresas forestales en la zona fue la Armada de Chile, antiguos altos mandos de aquella institución dieron violentas y bravuconas declaraciones en esa línea previo a la declaratoria de la Moneda, en un contexto de campaña comunicacional que tuvo un pseudo paro de los dueños de camiones en Bio Bio y la Araucanía como simulacro de la estrategia.

A todas luces el Gobierno jugaba con fuego, el desmoronamiento de la vía judicial represiva dirigida por los fiscales antimapuche -de donde provienen sujetos como el actual constituyente del Distrito 20 con cupo del Partido Socialista Andrés Cruz, con sus montajes, prisiones preventivas de inocentes extendidas hasta el infinito, pruebas obtenidas bajo amenazas e incluso con denuncias de torturas por parte de las comunidades-, tocaban fondo con el caso Catrillanca.

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Este mismo caso se había llevado consigo además la apuesta de los puentes de negociación abierta por Huenchumilla durante el gobierno Bachelet y continuada por el ministro Moreno durante el segundo Gobierno Piñera, quien había logrado involucrar a personajes con mucha historia en el conflicto en Wallmapu como el Lonco Norin o a Victor Ancalaf, ambos ex figuras públicas de la CAM, cuando la CAM dirigía todo el proceso.

Era cuestión de tiempo, días u horas, para que la Armada chocara con la realidad. Ya hace varios años los marinos debieron salir derrotados del lago Lleu Lleu en la Provincia de Arauco, por eso las comunidades no tenían ningún temor en desafiarlos e insultarlos, como lo hicieron en el cruce Peleco el día miércoles, en el marco de los hechos que terminaron con el asesinato del weichave mapuche Yordan Llempi en Huentololen, donde varias otras personas más resultaron heridas, incluidas mujeres y niños.

Por horas la versión oficial del Gobierno y sus instituciones circuló con graves errores informativos -como por ejemplo, que se trataba de 2 personas asesinadas, cuando en realidad solo había una víctima mientras la otra estaba internada en Temuco- y omitiendo deliberadamente que infantes de marina habían disparado brutalmente a población desarmada mientras conducían sus vehículos por la ruta P-72, lo que muestra el nivel de manipulación, descordinación y desorden al interior del mando político del Ministerio del Interior.

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Lo que nunca entendió el alto mando de la Armada, como si lo entienden los de Carabineros, PDI y el Ejército, es que este estado de excepción de Piñera en Wallmapu es solo una venta de humo a sus votantes reaccionarios de la Araucanía, para intentar salvar ese reducto electoral de la derecha, pero jamás han pensado en forma seria una estrategia efectiva por recuperar el control del estado chileno sobre el Wallmapu  -donde hoy se desarrolla un conflicto político, social y militar- porque están absolutamente conscientes que para lograr ese objetivo, por el nivel de desarrollo del conflicto mismo hoy, deben pasar por sobre el estado de derecho, violando abierta y masivamente los derechos humanos.

El alto mando de Armada dio un paso en falso y hoy ha expuesto a su personal a la justicia no solo nacional, sino también internacional, ningún Matte ni Angelini irá a Punta Peuco o será requerido por un tribunal internacional, por algo tras los sucesos de Huentelolen Carabineros entrego inmediatamente sus cámaras personales y todo su armamento: ninguna de las armas de carabineros había sido percutida, señaló la institución.

La impunidad de la que ha gozado la Armada por los crímenes que cometió durante la dictadura militar, la hace tener un falso sentido de la realidad, que la impunidad se puede sostener incluso hoy, no entienden que el contexto político, no solo nacional, sino también internacional ha cambiado.

Al interior de la puerta Los Leones en Talcahuano, parecen no vivir la realidad, sin embargo, nadie escapa de ella.

 

Foto de Aukin

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